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Los Jonas viven dentro de ti.

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domingo, 24 de junio de 2012

Love You Out Loud (Cap 24)

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Cuando cometes alguna tontería, es cuando te das cuenta de lo que puedes llegar ganar, o lo que puedes perder.

Opciones

(OLIVER)

No lo puedo creer. ¿Qué hice? La hice sentir mal.
Eso seria lo último que debería pesarme, pero ¿Por qué me pesa?

Ella tenía toda la razón. Me metí a una guerra que ya tenía perdida. Creí que si era persuasivo me ganaría su amor limpiamente.

Pero no lo logré, ella seguía queriendo a Kevin me gustara o no. ¿Qué podría hacer ante esto? Podría luchar hasta que uno de los dos simplemente se rindiera. Pero, tenía la guerra perdida. Lo sabía perfectamente

Aun recuerdo el día de la conocí, y me enamoré de ella. La mujer más hermosa que podría haberme encontrado en aquella clínica.

(FLASHBACK)

Veterinary Medical Teaching Hospital - Texas A&M University

El único veterinario (hombre) en turno. Tenía un montón de enfermeras rodeándome y claro, pretendiendo tener algo más. ¿Qué? Siempre fui muy agraciado, pero eso sí, siempre les guardé el debido respeto que merecían todas las mujeres en ese lugar. Siempre me trataron bien todas, y yo me sentía feliz por tener atenciones muy lindas de su parte, aunque eso sí, me exigían, y bastante.

Un día de esos, nos llegó un caso bastante crítico. Un perro había ingerido clavos, o no sé cómo demonios habían llegado ahí. Parecía un buen caso, pero cuando estuve a punto de tomar el expediente, la mano suave con uñas arregladas de forma discreta, pero bella se adelantaron.
Estaba a punto de decirle algo, pero no pude decir ni media palabra cuando la vi a los ojos. Los ojos más latinos y bellos que había visto en toda mi vida.

         -¡Perdón! – Dijo ella mirándome y entregándome el expediente - ¡Creo que me vi bastante abusiva!
Sonrió de forma que casi me mata. Era la chica más linda que pudiera existir.

No sabía que contestar. Sus ojos y su sonrisa me habían atrapado de tal forma que no podía ni moverme.

         -¡No! Está bien, tómalo – le di el expediente.
         -Tú habías ganado, no tengo ningún derecho a quitártelo.
Se iba dar media vuelta, cuando la detuve y se lo entregué.

Uno de los doctores nos vio, y simplemente nos unieron al caso. Me di cuenta que a pesar de ser una de las jóvenes de los residentes, tenía un espectacular forma operar.
Con ayuda de un doctor en turno, hiso un excelente trabajo a pesar de su disque “mínima experiencia”.

Pasaron días y no podía evitar ver su forma de trabajar. Era precisa y profesional, pero era cariñosa y realmente adorable con los animales que atendía ¿Cómo no fijarse en eso?

Andrew
         -¿Podrías deja de mirar a Montgomery? – dijo Andrew aquel día en la cafetería de la escuela, que tomaba su desayuno a lado de Alice.
         -¿Qué? Es demasiado linda para dejarla de ver. Como me gustaría invitarla a salir.
         -¡Olvídalo! Es muy dedicada y una repelente de primera con los chicos que se le acercan en plan de conquista.

En ese momento, vi que Mark e Isaac se acercaron, y ella los invitó sentar con aquella encantadora sonrisa.

         -¿Qué? ¿Por qué no me dijeron esos idiotas que le hablaban?
         -Se acaban de conocer en clase de bioquímica animal y se la llevan muy bien con ella.
         -¿Crees que podamos acércanos?

Pero en ese momento, Diana volteó hacia nosotros.
         -¡Hey chicos! – Nos habló, haciendo que me quedara sin movimiento alguno - ¿Por qué no nos acompañan?

Prácticamente, Andrew tuvo que remolcarme hasta la mesa donde nos sentamos.
Me tocó quedarme sentado al lado de ella, mientras conversaba acerca del profesor de fisiología, que la hacía pasar malos tragos.

         -¡Yo creo que algún día terminaras dando tú las clases! – bromeó Alice.
         -Te lo juro que hasta dan ganas. Lo dice como si tuviera razón en todo. ¡Eso me desespera! Y más cuando uno le dice de buena forma “Maestro, pero ¿Qué debería ser de esta forma?…”
         -¡Claro! ¿Cómo quieres que Thurman diga “claro señorita, tiene razón? – dijo Mark imitando el acento del profesor.
Todos reímos.

         -¿Qué pasa Sanlonga? – me dijo ella, haciendo que se me notaba la saliva que me desbordaba por la boca.
         -¿Qué? – todos soltaron la risilla.
         -¿Acaso es más entretenida las charlas de las enfermeras en la clínica?
         -¿Qué? ¡Claro que no! Es solo que… - alzó la ceja esperando una respuesta inteligente de mi parte, y yo temblaba como estúpido – Lo que pasa es que, jamás había escuchado a una chica con un sentido del sarcasmo tan desarrollado.
         -Pues supongo que podrás acostumbrarte a escuchar porque aun tengo más en mi repertorio amigo mío.
         -Me gustaría mucho escuchar lo que hay en su repertorio – sonreí tímidamente, haciendo que ella ampliara aun más la sonrisa que llevaba en el rostro.

Desde aquel momento, la amistad entre Diana y yo sé hiso muy notoria. Nos íbamos a la clínica juntos, íbamos a algún bar a tomar cerveza, veíamos los deportes juntos. Eran nuestros momentos, y ahora todo esto por mi culpa… se había arruinado.

FIN DEL FLAHSBACK

(NARRADOR)

Eran las 8 de la mañana.
Joe fue el primero en abrir los ojos, pero todo por la preocupación, así que se levantó de su cama con tal de ir a ver como seguía su amiga.

Lentamente, abrió la puerta de la habitación, y ahí estaba la pobre Diana, abrazando a "Teddy Bear" de Nick.
Alice estaba sentada en el suelo, pero con su cabeza en la cama de Diana, dormida. Su novia había estado velando a la mejor amiga de ambos, un detalle bastante lindo.

Se acercó lentamente y trató de cargar a Alice sin despertarla, pero fue inútil, ya que sí despertó.

         -¿Qué pasa? – dijo ella algo asustada.
         -¡Nada cariño! Pero te quedaste dormida en el suelo y eso no es bueno para tu cadera.

Se dejó levantar por su novio y este la depositó en la cama para después regresar a ver a su amiga.
         -Tiene los ojos hinchados – susurró Joe preocupado.
         -Toda la noche se la pasó llorando. Ella jura que es la única culpable de todo esto.

(JOE)

Eso era de las cosas malas que tenia Diana. Siempre creía que era la culpable de todo lo malo que pasaba alrededor de ella. A pesar de no quererlo mostrar ante los demás, yo sabía la realidad. Era muy difícil para ella esta clase de cosas, y más por el regreso de Oliver de forma tan tempestiva.

La arropé con sus cobijas para que siguiera durmiendo, inclusive cerré las cortinas para que siguiera oscuro y no fuera despertada por la luz.

         -¿Crees que podríamos hacer algo para mejorara esta situación? – susurró Alice.
         -Tal vez sí. – Contesté acercándome a ella y sentándome en su cama – Pero lo que más me gustaría saber, es quién demonios fue el hijo de puta que fue de chismoso a decirle a Oliver la relación entre Kevin y Di.
         -Eso debe de ser lo primero que debemos averiguar. No se vale que se haya enterado de esa manera y que viniera con todo el derecho de reclamar algo que no es suyo, y está haciendo sufrir a nuestra amiga – una lágrima se escapó de sus lindos ojos. Rápidamente enjugue dicha con mi dedo y la abracé.
         -No te preocupes. Vamos a averiguar qué es lo que paso y vamos a correr al estúpido como diría el tío Will, “A balazos”. Pero ¡Ya no llores!
Era desesperante no saber mucho sobre este asunto, pero no me iba a quedar con los brazos cruzados.
---

Después de dejar a Alice que se cambiara el pijama, yo me fui a mi habitación. Kevin y Nick estaban conversando.

         -¿Qué pasa? – pregunté.
         -Nada… ¡Que este imbécil quiere cancelar la cita con Jaz! – acusó Kevin con el dedo a nuestro hermano menor.
         -¿Qué? ¿Estás loco? ¡No lo harás!
         -¿Qué no estás viendo la situación precaria que están pasando en esta casa? ¡No es conveniente que yo salga!
         -¡Nada de eso! – Interrumpió Kev - ¿Qué no estás viendo la oportunidad que tienes? Estarás con la chica que más te gusta en el mundo. ¡No lo vas a echar a perder solo porque no quieres “ser impertinente”!

Nick simplemente se quejó y tomó su teléfono. Sabíamos que llamaría a Jaz para cancelar. Ambos nos fuimos encima de él para evitar semejante tontería.
         -¡Déjenme en paz! – gritaba Nick sin soltar el teléfono.
         -¡Danos el teléfono maldita sea!
         -¡No vas a cancelar la cita! – gritó Kevin.
         -¡No se metan que lo que nos les importa!

Cuando de repente…

         -Si cancelas esa cita te juro que te amarro a Storm y hago que te de vueltas por todo el rancho – dejamos de forcejear y alzamos la vista. Era Diana con sus ojos cubiertos por lentes oscuros y sin pijama. Ya estaba vestida para comenzar el día; venia acompañada de mi novia que también ya estaba vestida con ropa casual.

Se acercó a nosotros y se sentó en la cama, mientras nos separamos y la imitamos.

         -¿Sabes que esto es demasiado importante para que simplemente lo eches a perder?
         -Lo sé, pero…
         -¿Sabías que Jaz inclusive me llamó hace unos instantes para que la acompañara a Austin a escoger ropa para no avergonzarte?

Todo el mundo guardó silencio a escuchar que Di nos estaba diciendo tal cosa.

(DIANA)

Esto era cierto. Después de que salió Joe de la habitación, me levanté de la cama. Alice no quería que lo hiciera, pero le dije que me deprimirá más si no me dejaba levantar.

Después de ir al año y buscar la forma de quitarme estas horribles bolsas causadas por llorar, recibí una llamada a mi celular, era mi pequeña amiga Jazmin.

         -¡Bueno!
         -¡Diana! ¿Interrumpo algo?
         -¡No! ¿Por qué?
         -Bueno, es que ya se corrió la noticia de que Oliver llegó ayer y se armó un problema.
         -¿Solo para eso llamabas? – pregunté algo molesta.
         -¡No! Perdón, es que necesito de tu ayuda y sirve que a ti también te distrae.
         -¿Qué pasó?
         -Lo que pasa es que hoy es mi cita con Nick y honestamente no tengo nada de que ponerme.
         -La ropa que utilizas se te ve preciosa. ¿Crees que se avergonzaría de ti? – un silencio prologando por la línea - ¡Por favor! Sabes que Nick no es así.
         -Lo sé, pero no me siento a gusto. ¡Por favor! ¡Ayúdame! Quiero comprar algo lindo en Austin para poder impresionarlo.

Era obvio que no me negaría a tal cosa. Además, creo que el “shopping” me vendría bien en estos momentos.

         -¿Qué paso? – preguntó Alice.
         -Alístate, ¡iremos de compras! Tenemos a una amiga en apuros que nos necesita.
         -Significa que también Joe irá ¿Verdad? – sonrió.
         -¡Obvio! ¿Qué sería el “shopping” sin Joe Jonas?


Cuando llegamos a la habitación y escuché lo que dijo Nick sobre la cita, que la quería cancelar por mi culpa; en ese momento tuve que intervenir.

         -¿De verdad cree que no es digna de mi? – preguntó algo triste.
         -Es que cree que por el hecho de ser hija de unos campesinos, puede ser que te avergüences de ella. Sé perfectamente que no es así, pero honestamente no me haría mal ir de compras.
         -¿Entonces iremos de compras? – dijo Joe entusiasmado.
         -Iremos a ayudar a Jaz a comprar, no iremos nosotros de “shopping” – dijo Alice bromeando, queriendo cortarle el entusiasmo un poco.
         -¡Ja! Se nota que no sabes a quien tienes por novio – se levantó y la abrazó.

         -¿No te enojas si salgo hoy? – Preguntó de forma tan absurda Nick - ¡Sé que necesitas mucho apoyo!
         -¡Nada de eso mocoso! ¡Tú y Jaz saldrán! Me harán muy feliz con su cita, y apoyo creo que lo tengo de sobra – sentí la mano de Joe en mi hombro. Miré a Kevin y me sonrió, yo se la devolví.

Salimos Joe, Alice y yo de la habitación, mientras ellos bajaban las escaleras diciendo el montón de cursilerías, entré a mi habitación para tomar un sweater, cuando de repente, la puerta se cierra. Volteó hacia ella, y veo que Kev está apoyado en ella, mirándome.

         -¿Qué pasa?
         -¿Por qué no me muestras los ojos? – me dijo preocupado.
         -¿Para qué? – evadí con el pretexto de que buscaba mi sweater favorito que por cierto, que estaba frente a mí.
Cuando me di cuenta, tenía a lado a Kev, entregándome la prenda y mirándome fijamente. Yo seguía con mis lentes oscuros estilo aviador que me regaló.
Acercó sus manos a mis ojos, y sin decir ni una palabra, me los quitó, dejando al descubierto el dolor en mi mirada.

(KEVIN)

Sus lindos ojos estaban hinchados. Obvio por que había llorado, pero no sabía a qué magnitud.
         -Supongo que verás que parezco un sapo con semejantes bolsas. – trató de bromear.
         -¡No juegues con eso Diana Laura! ¿Sabes que odio saber que sufres? No tienes una idea de lo que siento al saber que has derramado lágrimas por un par de idiotas que te queremos de verdad.
         -¡No te preocupes! ¡Ya se me pasará! – procuró sonar despreocupada.
         -¡Por favor Diana! Te afecta lo que le está pasando a Oliver y no querías lastimarlo. ¡Tal vez ya te arrepentiste de estar con! … - tapó mis labios con los suyos, besándome.
         -¡Ni se te ocurra decir eso jamás en tu vida! – me dijo entre besos, haciendo que mi respiración se cortara. Parecía que no quería soltarme ni dejar de besarme, cosa que se me hiso increíblemente hermoso. Tampoco quería dejarla por ningún motivo. Sentí como por instinto la empujé un poco hasta la pared, acorralándola y besándola sin piedad alguna. Sus manos no dejaban de acariciar mi espalda y las mías su estrecha cintura, pero se detuvo cuando tuve contacto con un poco de piel de su vientre.

         -¡Tranquilo vaquero! – dijo ella alejándome un poco. Vi que ella estaba algo ruborizada por esta pequeña acción de salvajismo de nuestra parte.
         -¡Lo siento! ¡Pero a veces, un beso es más intenso de lo que espera uno!
         -Pues ya luego veremos si llegamos a la intensidad requerida – guiño el ojo, haciéndome morir por dentro.

Salió de su habitación en camino a la cocina (donde por cierto, tomó una bolsa y unos hielos para ponérselos en los ojos y bajar lo hinchado).
Yo que me quedé en la sala, mirando hacia la cocina. Mientras ella conversaba con Joe y Alice, yo tenía aun esas escenas en la cabeza, de estarla besando como todo un loco, acorralarla en la pared… llegué a pensar que algún día ella y yo podríamos tener algo más…

Pero en ese momento…

         -¡Buenos días! – la voz de Brad Stamper irrumpió la charla que tenían.
         -¡Hola! – saludaron todos. Pero tuve la sensación de golpearlo hasta morir.
         -¿Cómo sigue patrona? ¡Ayer la vi muy alterada! – parece que el bastado no me había visto aún, porque se acercó bastante a ella, mientras Di seguía en su asunto con el hielo en los ojos.
         -¡Estoy bien Stamper! – respondió con frialdad.
         -Con todo respeto, pero sus lindos ojos nos dicen lo contrario. Usted estuvo llorando y una bella dama jamás debe de llorar por tonterías que hacemos los hombres.

Y en este momento, Kevin Jonas esta celoso.

(DIANA)

Esas palabras, quieran o no, me hicieron sentir bien. Importante diría yo.
Los ojos de Brad Stamper me mostraban cierta sinceridad en sus comentarios. Me dio cierta seguridad e inquietud a la vez que me pareció extraña.
De repente, vi como Kevin se levantó del sillón molesto.

         -¡Gracias por la preocupación por MI novia, Stamper! Eso significa que le tienes cierto aprecio.
         -¿Aprecio? ¡Claro que no! – Rápidamente dijo, mi mirándome a los ojos dijo sin temor - ¡Le tengo respeto y cariño! ¿Cómo no llegar a encariñarse con una mujer tan noble y fuerte con la patrona? ¡Con todo respeto!

Simplemente sonreí por el comentario tal educado de su parte. Esta no era la primera vez que me llamaba la atención su forma de expresarse. Pero era obvio que me guardaba todo el respeto a mi novio que estaba presente ahí. Cosa que al parecer, no lo estaba notando.

(KEVIN)

Diana simplemente sonrió, pero esto por alguna extraña razón me sentí amenazado.

         -¿Podrías dejar de hablar de esa forma? Parece como si te gustara mi novia – fue un grave error por haber dicho eso, ya que Diana simplemente me volteó a ver de manera severa. ¡Efectivamente! ¡La había cagado!

         -Stamper. Necesito que vayas por la camioneta. Joe, Alice, Jazmin y yo iremos de compras. ¡Así que tenla lista! – todos nos volteamos a ver con cara de ¿QUÉ?
         -¿Quiere que yo los acompañe? – dijo también sorprendido.
         -Necesitaremos a alguien que nos apoye en manejar a Austin. Sé que no es mucho de camino, pero honestamente no quiero ir de chofer ¿Crees poder? – en ningún momento ella me puso la mirada encima.
         -¡Claro patrona! ¡Claro que puedo! – y rápidamente se salió de la cocina dejándonos a todos anonadados.
         -En un rato vengo, iré por mi bolsa – dijo ella ignorando nuestras caras. Iba directo a su habitación, no dudé en seguirla y detenerla.

-¿Se puede saber qué demonios fue eso? – le dije enojado y confundido.
         -Será que no me digas nada Jonas – Señaló con el dedo de forma acusatoria - ¡Sabes perfectamente que odio que me hagan esa clase de escenas!
         -¡Estaba coqueteándote! – Le dije pretendiendo no gritar - ¿Qué no viste?
         -Simplemente escuché que un trabajador se preocupaba por mí porque ayer mi novio y uno de mis amigos estaban peleándose en la sala de mi casa.
         -Pero de todos modos, no tiene por qué “hablarte bonito”  
         -¿Ahora estas celoso? – preguntó alzando la ceja.
         -¡Claro que no! – rápidamente contesté.
         -Creo que el que menos debe de ponerse en ese plan eres tú, ya que me di oportunidad de estar con la persona que más me ha lastimado en mi vida. – esas palabras me dolieron demasiado. Jaló su brazo para que la soltara. Pero en vez de pedirle disculpas, me fui a encerrar con mucha ira al despacho.

(BRAD)

Un gran avance. ¡IRÉ COMO CHOFER! Eso es mejor que tener el menosprecio de la patrona.
Cuando salí de la cocina en camino al garaje, el otro Jonas y Alice se quedaron con la cara de imbéciles. Ni siquiera yo me esperaba semejantes órdenes de Miss Diana, y con gusto no iba a desaprovechar la oportunidad.

En este momento le estoy dando una limpiada rápida a una de las camionetas.
         -¿Qué haces Brad? – preguntó mi padre viéndome muy sonriente, supongo.
         -Miss Diana quiere que yo sea el chofer que la lleve a Austin – dije muy feliz.
         -¿Y por qué te dijo eso? Por lo regular, ella maneja su auto por qué no está lejos.
         -¡Pues no sé! Ella me ordenó venir por una de las camionetas, y claro que no puedo desairar a la patrona.

(JOHN)

Esto no me gustaba para nada. Aquella sonrisa en el rostro de mi hijo se me hacia tan extraña.

         -¿Y se puede saber que estaba haciendo en Casa Grande? – pregunté.
         -Billy no había llegado al despacho, y vine a buscarlo – se excusó y siempre llega temprano.
         -¡Sabes perfectamente que los días 6 e cada mes va a Dallas!
         -¡Oh! Es cierto, bueno, tengo que acatar órdenes. – con autosuficiencia.

Me recargué en la camioneta para evitar que siguiera limpiando la defensa.
         -¿Qué estas tramando Brad? – directamente.
         -¿Qué? Simplemente no recordaba. Ayer bebí mucho y no sé en qué día vivo. Fui por pura coincidencia.
         -¡No me digas que fue por coincidencia! ¿Por qué vienes precisamente cuando hubo problemas aquí en casa? Hay coincidencias, pero contigo, no sé si creerlas.
         -¿Me das permiso de seguir limpiando? – simplemente me empujó y siguió con su labor.

Había algo que no me gustaba de esto.
Qué casualidad de que en cuanto aparecen los problemas, Brad es uno de los primeros en acercarse a la patrona.

No me quedó más que subirme al caballo e irme a hacer recorrido, pero aun tenía en la cabeza esta idea.

         -Stamper – escuché cuando iba por las hortalizas de col. Miré y noté a Rodríguez  (Antonio) que me hablaba.
         -¿Qué pasa? – le dije. Se acercó al caballo de forma sigilosa.
         -Sanders y yo queremos hablar contigo – dijo en voz baja y de forma temerosa.
         -¿De qué viejo amigo? ¿Estás bien? – me preocupé.
         -Creemos que no. Por favor, necesito que al anochecer vayas a mi casa. ¡De verdad que esto es serio!

Se alejó de mí siguiendo su trabajo, y yo no tuve más que hacer que seguir con esto. Algo apuntaba que lo que me dirían era acerca de Brad. Pretendía no hace telarañas en mi cabeza, pero algo me decía que todo esto estaba conectado.

(JOE)

Estaba que no me la creía. ¿En qué momento Diana se pone de lado de Brad Stamper? ¡Siempre le había caído en la punta del hígado!

Diana y Alice fueron por Jazmin, mientras yo comía algo.
Kevin entró a la cocina con un coraje, que inclusive aventó la puerta del refrigerador cuando la cerró.

         -¡Tranquilo! – le dije.
         -¿Cómo quieres que esté tranquilo? – Puso el plato de pastel de mala gana en la barra - ¿Qué no viste que le pidió a Stamper que los llevara? Y a mí, me mandó al diablo.
         -¿Crees que a mí no me sacó de onda con esto? – agarré el tenedor y agarré un bocado de pastel.
         -¡Ese hijo de perra! ¡No se quedará con mi novia!
Comenzamos a comer, lo vi muy enojado. Pero de repente, me iluminó el comentario. ¡Todo esto se trataba de celos!

         -¡Yo creo que se comportó porque comenzaste a portar como un novio celoso!
         -¿Tu también me vas a decir que soy un celoso? – dijo.
         .Creo que te acabas de poner en evidencia. – Alcé la ceja – Y sabes perfectamente que a Diana odia que la celen.
         -¡Lo sé! Pero ¿Qué no viste como se estaba portando el maldito? Elogiándola y todo ¡Bah! – Y siguió con sus tonterías – Además, no tiene por qué enojarse - dijo el animal – Es que no me pareció que el idiota comenzara a hablarle bonito. ¡Fue intolerable! Y sé que a ti tampoco te gustó que Stamper le hablara así.
-¿Sabes? Tienes razón -admití - Pero sé perfectamente lo que hace enojar a Diana, y una de esas cosas es que no confíen en ella.

Se quedó callado, ni siquiera replica hubo de su parte.

Me levanté de mi lugar. Pero no me quedé con las ganas de decirle algo más

-Si de verdad quieres a Di, no solo basta con pelear por ella, es confiar en ella.
Me salí bien enojado hacia la sala.
Recibí un mensaje, de que las chivas me verían en el garaje para irnos de shopping a Austin.
Sabía que Diana pretendería esconder su molestia de una u otra forma, pero hoy más que siempre, la iba a apoyar.

(NARRADOR)

Nick observaba como Brad estaba limpiando la camioneta, pero no le pareció otra cosa de otro mundo. Más bien, pensaba en Jazmin.

De repente, vio que desde lo lejos del jardín, venían las chicas conversando amenamente y se pararon por un momento esperando que llegara Joe para acompañarlas.
No podía sacarse de la cabeza el hecho que Jaz saldría con él, pero lo que no le gustaba era el hecho de que ella creía que se avergonzaría de ella.

(NICK)

-¿Como avergonzarme de ella? ¡Es tan linda y llena de vida! No entiendo cómo pudo fijarse en alguien que su vida es inestable por el hecho de ser famoso y estar viajando de un lado a otro.

Él era feliz con solo verla salir de su casa con su camisa a cuadros, pantalón de mezclilla y botas. Para mí, Jazmin era la chica más linda que pudiera ver ante mí. (Claro, a parte de mis fans).

(NARRADOR)

En ese momento, Joe se les unió a la charla.
         -¿Entonces? ¿Qué me compraré el día de hoy? – dijo animado, después saludó a Jazmin con un beso en la mejilla.
         -Iremos de compras por Jaz, no por ti – alzó la ceja Alice.
         -Y supongo que tu tampoco comprarás nada – la contradijo él, haciendo que esta le diera un golpe en el hombro.
         -¡De verdad chicos! ¡Gracias por acompañarme! – dijo.
         -¡De nada pequeña! Solo que no estoy de acuerdo en tu fundamento, pero creo que necesito urgentemente una terapia de compras.

Caminaron hacia el garaje y Brad alzó la mirada.

         -¿Nos vamos? – dijo sonriente. Alice y Joe no estaban convencidos de la idea de Di, pero no querían decir nada. En cambio, Jaz se sorprendió al ver que estaba ahí uno de los amigos de su peor enemigo… Arthur.

         -¡Si Brad! Es hora de irnos. – sonrió.
Jaz agarró del brazo a Joe algo preocupada.
         -¿Si pasa algo, lo vas a patear?
         -Es obvio que sí Jaz. No me da confianza para nada esto.
Subieron a la camioneta sin decir nada, en cambio Diana comenzaba una conversación para evitar el silencio.

Mientras tanto:

Kevin estaba mirando desde una de las ventanas de la sala lo que estaba pasando.
Ya no sentía coraje, más bien culpa. Diana en ningún momento le faltó al respeto, y él celándola, como si fuera de su pertenencia.
Pero el que estaba algo confundido, era Oliver Sanlonga, que al escuchar voces, se levantó de la cama y se fijo en como Brad trataba a Diana. Ambos sonreían, pero inclusive, de lejos se notaba que ese tenía algo con ella.

         -¡Sabia que este bastardo no lo hacía de buena fe! – dijo en voz alta.
         -¿Qué? – una  voz masculina se escuchó detrás de él - ¿Brad fue el que te hablo de todo esto? – cuando se volvió, vio a Andrew, Isaac y Mark que miraban sorprendidos ante aquella declaración. Sanlonga simplemente no tuvo otra que abrir la boca de la impresión. Lo había descubierto.
---

El día pasó, y vaya que nuestros amigos en Austin compraron muchas cosas. Diana y Alice buscaron la ropa más linda y sencilla para Jazmin que quería verse renovada, pero con su estilo. Joe daba su punto de vista masculino claro está, y también dijo lo que le gustaba a su hermano que una chica llevara en el outfit.

Brad, por lo tanto, se quedaba en el auto esperando a los demás, pero no perdía el tiempo en mirar a Diana. Le parecía interesante tu forma de caminar, su forma de expresarse, de saludar a las encargadas de las tiendas que la conocían.

En una de esas paradas, Diana se quedó en el auto haciendo una llamada. Cuando colgó, Brad aprovecho para abrir la boca.

         -Miss Diana ¿Puedo preguntarle algo?
         -¡Claro que sí! – dijo con amabilidad.
         -He escuchado maravillas de usted desde que llegué aquí, inclusive su cambio de actitud hacia la vida ¿Por qué fue?

Ella lo miró algo confundida por la pregunta, pero no dudó en contestar.

         -¡Digamos que la gente cambia de acuerdo a las cosas que van pasando! Cambié porque me jugaron de forma que no merecía, y creo que nadie merece. Pero algo si te puedo decir, por algo las cosas pasan.
         -Entonces ¿Puede ser que usted termine con Mr. Jonas y este con Mr. Sanlonga? O que mande al carajo a ambos para estar con otra persona.

Joe estaba mirando desde el aparador de una de las tiendas de que Diana y Brad conversaban. No le gustaba para nada esto, pero no quiso intervenir, hasta que se requiriera.

Diana alzó la ceja.
         -¿Sabes? Alguna vez mi padre me dijo “Las cosas que cuestan más trabajo, son las que más apreciamos”. A mí me costaba mucho trabajo estar cerca de él desde siempre. Cuando decidió casarse, pensé “si es una buena chica, juro que no haré nada para impedir que sea feliz” pero no. Inclusive, cuando estuve en la universidad, busqué de todas las maneras olvidarlo. ¿Sabes qué significa? – Brad tragó saliva.
         >>Significa que por el trabajo que me ha costado, por el tiempo que quise olvidarlo y no pude, del trabajo que me costó estar cerca de él cuando regresó a Cameron hace unos meses… Kevin Jonas y su trasero me pertenecen más que a nadie.
Simplemente Brad se quedó sin aliento ante tal declaración de parte de su patrona. Diana se alejó de él, entrando a la tienda. Joe respiró al ver la cara de sorpresa de parte del tipo que conversaba con su mejor amiga. Se acercó a la puerta y recibió con un abrazo acompañándola al interior del establecimiento para ayudar a Jaz y Alice a encontrar una blusa adecuada.

Pero el que permaneció en la camioneta estaba que ardía en celos y coraje.
A pesar de todo lo que había hecho, Diana no pretendía dejar a Kevin a pesar de la escena que sabía que le armaría. El lazo que existía entre los dos era más fuerte de lo que pensaba y eso le causaba un coraje que ni podría tragar.

---

Eran las 3:30 p.m. y Nick no encontraba que camisa ponerse. Estaba muy nervioso por la cita que tendría en media hora con Jazmin.
Quería verse bien porque sabía que si Joe, Alice y Diana le habían ayudado a Jaz la ropa que llevaría, de seguro que sería algo espectacular, así que buscaba la forma de encajar.

La computadora estaba prendida, así que no dudó en hablarle por el “Skype” a Sam que estaba conectado (Ya se había ido a la universidad en Nashville).
 
         -¿Qué pasa viejo? – saludó.
         -¡Estoy muy nervioso! ¡No sé qué hacer! – le decía.
         -Podrías empezar por acomodarte bien los botones – Nick se volteó a ver, y notó que se no estaban como deberían estar. Obvio, comenzó a renegar.
         -¿Ya ves? ¿Qué voy a hacer?
         -¡Haber Nicholas! Haz salido con las mujeres más bellas de Hollywood ¿Por qué te pone tan nervioso?
         -Porque ella no es como ellas. Jazmin es real, es menos pretensiosa y es preciosa sin maquillaje.
         -¡Ahí tienes la respuesta! Piensa en esto viejo. Con eso, con esos pensamientos que tienes hacia ella, quítate los nervios. Estarás con alguien que de verdad es ella y no necesita de todo lo que te rodea para poder brillar.

Las ansias de Nick comenzaron a disminuir, pues con el hecho de pensar que pasaría un rato agradable con una chica real, a alguien que poco le importaba la publicidad y el medio del espectáculo, una sonrisa habitaba su rostro.

---

(DIANA)

Brad no había hablado para nada en todo el camino, parecía muy serio. Le pedimos que nos llevara a casa de los Rodríguez donde Alice y yo la ayudaríamos a maquillarla y arreglarle el cabello. Queríamos que se viera aun más hermosa de lo que es.

Nick pasaría con ella en punto de las 4, así que no faltaba mucho para esto.
         -¡Wow! ¡Te ves fantástica! – dijo Joe que también había ayudado en esto.
         -¡Te dije que quedarías hermosa! – dijo Alice muy satisfecha por el maquillaje natural y llamativo que le había hecho en el lindo rostro de Jaz.
         -¿De verdad? – sonrió.
         -¡Chicas! Han hecho que mi hija se vea como una princesa – dijo Mamá Olivia.
         -¡Definitivamente mi nieta salió a mi cuando yo era joven! – agregó la abuela Soledad orgullosa de que su niña estuviera preciosísima.
         -Jaz siempre ha sido una chica muy linda, pero hoy exageró. – exclamó Joe orgulloso.
         -Me pondré celosa – alzó la ceja Alice, haciendo que Joe la abrazara fuerte y le plantara un beso en frente de todos.
         -Lo malo que papá por lo mismo que está trabajando no me pudo ver.
         -¡Eso se puede arreglar! – Exclamó Di, sacó su celular y le tomó una fotografía, para después pasársela a su móvil.
         -¡Muchas gracias! – dijo ella a punto de llorar.
         -¡Nada de lloriqueos! – Reprendió Alice – He logrado un maquillaje perfecto con el fin que no lo arruines.

En ese momento, tocaron a la puerta. Empezaron a correr todos a esconderse con tal por no verse implicados más en esto.

(JAZMIN)

Abuela Soledad se asomó por una de las ventanas.
         -¡Ya llegó! – Dijo mirando el reloj - ¡Vaya! Este muchacho es muy puntual.

Si lo seguía elogiando más, me pondría más nerviosa. Mi madre con señas me dio a entender que me fuera a mi cuarto, donde estaban escondidos todos.

         -¿Y si no le gusto? – creí que lo había pensado, pero lo dije en voz alta.
         -¡No digas tonterías! – Exclamó Diana - ¡No te sientas menos, porque eso no te queda! Eres una gran chica y cualquier hombre seria un verdadero suertudo si saliera contigo.

Diana parecía mi hermana mayor y por eso la quería mucho. Con mi ropa nueva que me ayudaron a escoger, tenía mi estilo pero con algo nuevo, y para decir verdad, me encantaba como lucía. Tenían razón, si a Nick no le gustaba como me veía, se podría ir directamente al infierno.

         -¡Buenas tardes! – escuché su voz, ahora las piernas me tiemblan aun más.

(NICK)

Espero que le gusten las rosas blancas. Tuve que decirle a tía Emi que si me daba permiso de cortar algunas rosas del jardín. Dina me hiso el favor de hacerlo y las arreglo de manera linda para poderlas traer de presente.

         -¡Hola Nick! – Mrs. Olivia me recibió con un abrazo.
         -¡Qué bien te ves Nicolás! – sonrió Mamá Soledad diciendo mi nombre en español, como cuando era niño.
         -¡Muchas gracias! ¿Está Jazmin? – pregunté.
         -¡Sí! ¡Está en su habitación! Deja voy por ella.

Caminó por el pasillo que dirigía a las habitaciones.

         -¿A dónde quieres llevarla Nick? – preguntó la anciana que me miraba con ternura desde su mecedora.
         -Me gustaría que fuéramos a la ciudad a cenar, o a una cafetería. ¡Donde ella quiera!
         -¿Sabes cuál es el postre favorito de mi nieta?
Y no sé porque, pero contesté.
         -¡Helado de vainilla con zarzamoras! – Ella sonrió – Supongo que no lo he olvidado, ya que después de la escuela, le pedíamos a papá que nos llevara a comprar helado y siempre lo pedía de eso.
         -Tiene mucho que no come. Sería un buen consejo si te digo que la invites a comer uno de esos.

Volteó hacia el sillón y noto que cierto bolso de cierta chica estaba ahí expuesto. Parece que no estamos solo s en casa.

En ese momento, volteó y veo que Jazmin viene caminando. Su vestido azul con un chaleco de mezclilla, zapatos bajos, y maquillada de forma tan natural. Su peinado,  no muy elaborado pero sofisticado. ¡Se veía hermosa!

         -¡Dios mío! – dije en voz alta.
         -¿Qué pasa? – Exclamó asustada - ¿Tengo algo malo?
         -¡NO! Para nada, es que ¡Te vez muy hermosa!

Noté el bello rubor en sus mejillas.
         -¡Muchas gracias!

Le entregué las flores con algo de pena, ya que me estaban mirando las dos señoras presentes.
         -¡Qué lindo! ¿Cómo supiste que me gustaban las rosas blancas?
         -¡Lo supuse! – Sonreí - ¿Nos vamos?

Le ofrecí el brazo para salir de la casa.
         -¡Regresaremos temprano! – dije para evitar que se preocuparan.
         -Claro. ¡Solo vayan con cuidado!

Y ahí fue donde di a notar que había espías.
         -¡Diana! ¿Traes las llaves del auto en tu bolsa que está aquí en el sillón?

Hubo silencio de parte de todos, hasta que vi que tres cabezas se asomaban por una de las puertas que estaban en el pasillo.
         -¡Eres despreciable! – dijo ella.
         -¡Gracias! ¿Me prestas el auto?
         -Lo quiero de vuelta sin ningún rayón o abolladura.

Tomé las llaves del bolso. Diana, Alice y Joe venían en fila.

         -¡Los veo en la noche! – me despedí.
         -Trata a Jaz como lo que es ¡Una dama! porque si hay quejas, te juro que no te la acabas. – creo que mi hermano se tomó muy enserio esto de la cita. Tanto que me amenazó con todo y puño.

Camino a lado de la chica más linda del mundo, con el fin de pasar el rato de manera amena y espontanea. No iba a desperdiciar ningún segundo con ella esta salida tan especial.

(NARRADOR)

Casa Grande esta algo solitario, esto lo aprovecha Oliver Sanlonga que baja algo adolorido a la cocina con el fin de comer algo. Después de que sus amigos lo habían descubierto, se sentía pésimo consigo mismo.
Y por razón desconocida, cuando se enteró que Diana se había peleado con Kev se sintió aun peor.

Le tuvo que contar a los chicos absolutamente todo, y obvio que se llevó la regañada de su vida. Pero lo peor es haberse enterado que Diana no durmió bien y que se la pasó llorando.

-¡Todo había sido por mi culpa! – se decía por dentro con un dolor indescriptible – ¡Y todo por haberle hecho caso a un estúpido! – refiriéndose a Brad, que ahora desconfiaba después de que los chicos le dijeran que sospechaban de él.

Y cuando entró a la cocina, se encontró con el chico que le había causado las lesiones por las que se quejaba de dolor.
Ahí estaba Kevin bebiendo una cerveza sentado en la barra, mirando hacia la ventana con rostro melancólico. Se sintió observado, y se volvió a la entrada de la cocina. Se encontró con Oliver que lo miraba con algo de resentimiento, pero a la vez de culpa.

Hubo un silencio sepulcral en aquel sitio. Ambos se miraban con sentimientos de coraje. Estaban solos, y no había excusas para comenzar una vez más la batalla por la mujer que ambos amaban.

Hasta aquí mis querid@s lectores.
Hay de todo en la novela. Peleas, charlas, celos, envidias, citas amor… ¿Cuál de todos estos permanecerá?
¿Cómo le irá a Jaz con su cita con Nick?
¿Pondrán en evidencia a Brad?
¿Diana y Kevin tendrán alguna reconciliación?

Todo esto y mucho más en la siguiente entrega…
No te pierdas el próximo capítulo de tu novela favorita “LOVE YOU OUT LOUD”


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