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Los Jonas viven dentro de ti.

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miércoles, 29 de febrero de 2012

Love You Out Loud (Cap 7)

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¿Qué tan sano es? No creo que sea el mejor remedio hacerlo, pero muchos prefieren callar antes de perder algo tan importante como es la amistad.

El precio del silencio

(DIANA)

Oficialmente Kevin Jonas es un idiota. ¿Cómo era posible que se dejara dominar por alguien con la que lleva poco tiempo y no lo entiende? Eso era una gran tontería de su parte. Antes no era así, tan inocente y mucho menos tan imbécil. Pareciera como si esa mujer lo tuviera embrujado o algo así.
No quería decirle más, así que por eso me fui en el caballo directo a mi escondite. Tenía tanto coraje y muchas ganas de llorar, porque me molestaba saber que Kevin no era el mismo niño con agallas que conocí. El niño que si no le parecía algo, lo decía, que no se dejaba dominar por nadie. El que si veía había una injusticia, rápidamente alzaba la voz... Ahora parecía un cachorro a expensas de su dueño, o más bien de su dueña.
 
Terminé en la casa del árbol, mirando hacia el horizonte, vi en mi reloj y era la 1 de la tarde, así que tenía mucho tiempo para calmarme y poder regresar.
Comencé a recibir llamadas. Todas eran de Kevin, pero dejaba sonar el teléfono sin pretender contestar. Fueron fácilmente 9 llamadas.

            -Ni creas que te voy a contestar. A ver si te preocupa como cuando se enojó la tipa esa. – fue lo que dije mirando el teléfono dejándolo sonar como loco.
Claro, me caló en lo más profundo de mi orgullo, pues ¿Cómo era posible? Lo que jamás me imagine de su parte.

De repente, recibí una llamada, era del teléfono de Joe. No quería contestar porque creí que sería Kevin, pero si no contestaba y realmente era Joe, tendría un grave problema con él.

            -¡Bueno! – respondí de mala gana.
            -Nena ¿Dónde estás? – efectivamente era Joe.
            -¿Esta Kevin contigo? – Guardó silencio, con eso me dijo todo. – entonces no te lo diré.
            -Ni se te ocurra colgar – amenazó mi mejor amigo – espera.

Escuché mucho ruido, como si estuviera corriendo
            -¿A DÓNDE VAS JOSEPH? – era la voz de Kevin que al parecer lo perseguía.

(JOE)

Yo no iba a pagar los platos rotos por culpa de mi hermano. Sabía que esto pasaría, de que ella le diría las cosas en la cara y Kevin lo tomaría a mal como toda una niña malcriada y terca a estar con su muñeca plástica y fea. Ahora ella había huido a caballo, a lo que me contó mi hermano mayor.
Me suplicó que le llamara por que ya le había llamado él infinidad de veces. Y lo hice para saber cómo estaba, pero no por él. (Claro, que no estoy enojado. ¡Claro que no! ESTOY FURIOSO!)


Cuando ella se dio cuenta que Kevin estaba escuchando y que yo estaba seguro que no diría nada con tal de no verle la cara, decidí correr y encerrarme en mi cuarto con mi hermano pisándome los talones.

            -¿A DÓNDE VAS JOSEPH?
Pero antes de otra cosa, cerré la puerta con seguro
            -¡Listo! ¡Kevin esta fuera!
            -¿Te encerraste? – preguntó asustada. Supongo por el estrepitoso ruido que escuchó en mi exitosa huida.
            -Dijiste que no dirías nada si Kevin estaba conmigo, así que me tienes que decir donde estas, aunque tenga una ligera sospecha.
            -Haber sabelotodo ¿Dónde estoy?
Guardé un momento de silencio. Escuché por el teléfono el fondo, se escuchaban en cantar de los pájaros y una tranquilidad casi enferma, y otro sonido más. El crujir de madera, como si la lastimaras con algo filoso. Claro, ¿Qué otro lugar más?

            -Estas en la casa del árbol, y te puedo apostar que tienes en la mano la navaja que te regaló tu padre y estas picando la tabla que tienes a lado. – silencio total. - ¿Ves? A pesar de todo, te conozco mejor que tú misma.
            -Necesito estar sola por un momento. En un rato vuelvo. – en forma cortante.
            -Pero nena, sabes que no me gusta que estés… - pero no hubo respuesta, porque me cortó la comunicación

Era obvio que no la dejaría sola, no me lo perdonaría porque lo que menos quiero es que cuando ella me necesita más que nunca.
            -¡Joe! abre la puerta te lo suplico. – me había olvidado de este problema. Kevin aun seguía insistiendo que le abriera la puerta. Lo que menos quería era tener que cruzar palabra con él.

Sabía que si salía de mi habitación, me perseguiría siendo que mi chica favorita no quería verle la cara.
Entonces, tuve que tomar medidas drásticas; así que recordando mi infancia, abrí la ventana y aproveché que había una reja que simulaba una escalera, además algunos ladrillos salidos que me permitían llegar a la planta baja con facilidad.

(KEVIN)

Este idiota tenía que salir, así que me quedé haciendo guardia mientras él hablaba por teléfono. El parecía suplicante pidiéndole su ubicación, pero si tenía la idea de donde estaba. Necesitaba confirmarlo para salir corriendo a buscarla y pedirle disculpas, no quería lastimarla.
Hubo un momento que no escuché ruido. Como si Joe se diera el gusto de quedarse dormido. Después, me llegó centello de luz y flashback. Joe no necesita salir precisamente por la puerta. Desde niño fue un bastardo que buscaba la forma de escaparse de cualquier lugar.
            -¡LA VENTANA! – grité.

Salí corriendo hacia el jardín, haciendo que todos los presentes me miraran de forma extraña.
            -¿Qué pasa? – preguntaron tanto mi tía y mi madre, pero no conteste, porque estaba enfocado a alcanzar al idiota de mi hermano y saber qué pasaba.

Cuando llegué al jardín, el ya no estaba ahí, solo vi a Sam y a Nick que venían.
            -¿Dónde está Joe? – les pregunté
            -Nos lo encontramos hace unos segundos. Parecía que llevaba prisa porque prácticamente me tumbo el caballo.
            -¿Y a donde iba? ¿No les dijo a donde se dirigía?
            -¡Pareces policía Kevin! – Exclamó Sam algo preocupado - ¿Qué es lo que sucede?

(JOE)

Era mi deber. ¡Tenía que estar con ella! Era mi mejor amiga, la persona que me conocía como nadie, que a pesar de la distancia siempre hemos estado en contacto. Esta vez, a pesar de que quería estar sola, NI MUERTO QUE LA IBA A DEJAR.

Así que casi a puntapiés bajé a Nick del caballo para huir desaforadamente hacia la casa del árbol. Tal vez no era el mejor jinete, pero como pude llegué hasta el final de la propiedad de los Montgomery. Cuando llegué a cierto punto, me baje del caballo y lo llevé hacia allá evitando algún ruido, para que Diana no saliera corriendo sin antes hablar con ella.

Podía ver que sus piernas colgaban y las columpiaba, como era su costumbre. También se escuchaba que lanzaba la navaja en contra de una de las tablas, como si con eso solucionara los problemas. Sabía que eso la relajaba y la ponía a reflexionar.

            -¡Sabia que no fue buena idea contestar tu llamada! – exclamó al verme en el suelo.
            -¿Qué querías? ¿Qué estuviera tranquilo? – Comencé a subir los escalones que estaban pegados al tronco – se nota de verdad que no me conoces. Sabes que soy una persona demasiado terca para acatar órdenes. Además, ¿Cómo pretendes que deje a mi mejor amiga después de una discusión con mi estúpido hermano mayor? – terminé sentado a su lado.
            -Tú no eres terco, eres arrogante. – seguía picando la madera con vieja navaja.
            -¿Por preocuparme por ti? – Se la quité– ¡Tenemos que hablar señorita! Kevin me contó algo, pero necesito saber los dos lados de la historia para poder llegar a un veredicto final.
            -Nada serio. Solo fue una tontería.
            -¡Claro! Tanto fue que por simple gusto y porque tenias ganas de salir a campo abierto a cabalgar con cara de limón después de una pelea sin importancia con Kevin. Si claro, nada serio.
            -OMG! ¿Acaso no huele a sarcasmo aquí? – exclamó molesta.
            -¿Cómo no quieres que me lo tome así después de que dijeras “nada serio”? Por favor Diana Laura, si vas a mentirme, procura que me la crea. Así que dime qué demonios paso.
            -¡NO PASO N-A-D-A! ¿QUÉ NO PUEDES ENTENDER?
            -¡Ahora me alzas la voz!
            -¡JOSEPH BASTA! – se puso de pie y comenzó a caminar como león enjaulado en el interior de la casa – ¿TIENES UNA DIEA DE CUANTO ME DUELE ESTO QUE ESTA PASANDO? – guardé silencio, porque… no… esto no… ¡DIANA ESTA LLORANDO!

(DIANA)

No soporté más. Las lágrimas comenzaron a surgir de tal manera que no podía evitarlas.
            -¿Qué te pasa nena? – solo pude sentir que me envolvió en un abrazo que no dude en corresponder. Pero paso un momento para que yo pudiera emitir palabras. No podía parar de llorar aunque yo lo exigiera con toda el alma. Esto que tenía por dentro tenía que sacarlo de una buena vez, porque si no, no podría vivir tranquila.
            -¡Son demasiadas cosas Joe! ¡No puedo con ellas! – No dejaba de aferrarme a su pecho - ¡Me siento tan idiota! ¡NO PUEDO CON ESTO! ¿SABES LO QUE DIRIA PAPÁ SI ME ESCUCHARA DECIR ESTAS COSAS? ¡NO PUEDO SOPORTARLO!
            -¡Diana! Por favor ¿Qué te pasa? ¡Me estas asustando! – el pobre Joe no sabía que me pasaba. Alcé la mirada y noté que sus ojos estaban llenos de pánico, como si viera que estaba sangrando. Pero, metafóricamente, lo estaba haciendo por dentro, ya que una herida causaba, no un dolor físico, más bien uno emocional y lo peor de todo es que son los que más duelen.

            -La pelea con Kevin no solo porque si.
            -¡Eso lo sé! Te molesta que la estúpida de Elizabeth le este viendo la cara de estúpido. ¡Yo también me siento así! Pero no era para que te alteraras tanto.
            -¿Qué no entiendes Joe? Yo tengo una razón aun más poderosa que solo quererlo proteger. – y en ese momento, a mi amigo pude sentir que se le tensaron los músculos de los brazos. Me alejó de manera sutil de su pecho, deshaciendo el abrazo, pero sus manos permanecieron en mis hombros.
            -¿Qué me quieres decir? – guardó silencio por un segundo. Al parecer por fin entendió porque noté que su boca se abrió en un momento dando a entender que estaba sorprendido - ¿no me digas que?
            -¡Ya Joe! – me levanté violentamente y me recargué en el tronco del árbol dándole la espalda, pero de nada sirvió porque Joe de un solo salto se puso detrás de mí.
            -Diana ¿Estas enamorada de Kevin? – No contesté por que no sabia que demonios decirle.

(JOE)

Pude ver como se puso pálida de pies a cabeza. Parecía que había acertado a la respuesta de esta complicada situación.
            -¿Estas enamorada de Kevin? – insistí.
            -¡Claro que no! – se apresuró a decir después de haber salido de su shock, y me dio la espalda.
            -¿Por qué me sigues mintiendo?
            -No te estoy mintiendo.
            -¡Entonces mírame a la cara! – La volteé de manera severa obligándola a que me mirara a los ojos - ¡pareces toda una cobarde que me esconde el rostro!
            -¡NO SOY UNA COBARDE! – explotó. Sabía que era de una de las cosas que más la exasperaba. Que le dijeran que era una cobarde o miedosa.
            -¡ DEMUÉSTRAMELO! DIME LA VERDAD. ¿SABIAS QUE ESTO TE PUEDE HACER DAÑO? ASÍ QUE DIMELO DE UNA MALTIDA VEZ.

Diana empezó a derramar pequeñas lágrimas, pero yo era el más afectado. No me gustaba tener que decirte todas estas cosas. Así que suavicé la voz para evitar que alguno saliera herido. Se dio la media vuelta para evitar que la viera llorar, como siempre. y creo que fue lo mejor, ya que yo como ya lo dije, estaba igual.

– Te prometo que no diré nada. – dije tragando saliva.

(DIANA)

Quería decírselo antes de que esto me consumiera. Y en cuando dijo que lo prometía, la luz de la esperanza regresó. Era lo que estaba esperando, quería que me dijera las palabras mágicas. En cuanto puso su mano sobre mi hombro, me volví hacia él.
            -¿De verdad?
            -¡Claro que sí! Para eso servimos los mejores amigos. Para guardar los secretos más secretos del planeta. Así que…
-¡Promételo! Como cuando éramos niños – y alzando la mano en señal de juramento y levantó un pie empezó a decir
–Yo, Joe Jonas prometo ante ti que por la memoria del tío William que no diré nada a menos que sea de vida o muerte. – ahora si podía confiar del todo.

Y así le conté la verdad, desde que éramos niños cuando llegaron aquí hasta el final de su estadía cuando finalmente se fueron a New Jersey. Incluido el beso de despedida que nos dimos hace 7 años. Joe me escuchó en todo momento sin interrumpirme, solo mirándome  fijamente con ojos de sorpresa. Claro, era un tema que desconocía por completo.
Y cuando terminé de platicarle…

            -¿Por qué no me habías dicho nada? – preguntó después de la bomba que le acababa de arrojar.
            -Por qué no sabía cómo lo ibas a tomar. O sea, ¡He estado enamorada de tu hermano mayor! Prácticamente también es el mío, no es muy bueno que digamos.
            -Pero nena. ¿No te das cuenta? Si Kevin sabe que esta enamorada de él, dejará a Elizabeth. – lo miré boquiabierta.
            -¿Estás loco? Kevin no debe de saberlo nunca en la vida ¿me entendiste? – Abrió los ojos aun más y levemente asintió al verme tal alterada – además ¿Qué demonios te hace pensar que Kevin dejaría a su novia por mi?
            -Es que es obvio, yo sé que él siente algo por ti. No me lo ha dicho, pero lo puedo verlo en su mirada. Cada vez que hablaba de ti, le brillaban los ojos. En cambio, cuando habla de su “peor es nada”, si le brillan claro, pero no tanto como contigo. De hecho, él era el que más insistía en regresar a Cameron – y ahora la sorprendida era yo.
            -¿En serio? – me senté nuevamente en el suelo sorprendida por aquella noticia.
            -Claro nena. Por eso te digo que deberías decirle la verdad. Dar el primer paso.
            -¡No! no es el momento. Además, no quisiera arruinar la amistad de hace muchos años solo por un sentimiento estúpido.
            -¿ESTÚPIDO? El amor no es estúpido. ¿Por qué crees que Jonas Brothers está donde está? – Me levantó del suelo y sostuvo mis manos – Lo que más me haría feliz, seria ver a mi hermano con la mejor mujer del mundo, y esa eres tú. Mi mejor amiga desde la infancia.
            -¿De verdad crees eso?
            ¡Claro tontita! Eres la mejor chica para mi hermano. Nada me haría más feliz que tú fueras la madre de mis sobrinos. – y ahí fue donde me asusté.
            -¡No dirás nada y es mi última palabra! Kevin no debe de saber nada de esto.
            -¿Por qué no?
            -Por qué tiene novia y le tengo respeto. Tal vez sea una estúpida y todo lo que tú quieras, pero no deja de ser la novia de Kevin y por lo tanto, tenemos que respetarla, nos guste o no. ¡Lo prometiste Joe! ahora no puedes decir nada.
Era obvio que le hubiera gustado no prometer nada, pero no tenia salida. Ahora estaba condenado al silencio.
            -¡Está bien! No diré nada, pero llegará un día que no podrás más y le dirás toda la verdad. Y espero que no sea demasiado tarde.
            -¿De qué hablas? ¿Crees que Kev se casaría con alguien como Elizabeth? – y solté la carcajada – ¡Por favor Joe! No la quiere al tal grado. Esperaré que termine con ella y vernos que pasa. Además, no quiero quedarme esperando todo el tiempo por solo una persona. Hay más hombres que quisiera conocer.
            -¿Cómo a Phil Foreman? – alzó la ceja mientras yo sentí que me sonrojé.
            -No específicamente él, pero es muy buen ejemplo.
            -No me gusta para ti – frunció el ceño.
            -¿Qué hombre te gusta para mí a parte de tu hermano? – se quedó pensando - ¡Ya ves? ¡Eres un celoso!
            -Cuido a mi mejor amiga casi hermana, eso es todo.

Duramos otro rato platicando, que ni siquiera nos dimos cuenta de la hora, hasta que miré mi reloj y vi que eran las 3:30. Para mi desgracia era hora de regresar.

            -Ok Joe ¿Qué dirás si preguntan algo de nuestro tema de conversación?  - tal sargento en la milicia con un cadete a punto de cumplir una misión
            -De lo que sea, menos del asunto de mi hermano ¡señor! Quiero decir ¡señora! – respondió en un tono y gesto muy militar. Por eso lo quería, porque a pesar de todo, siempre mantenía su buen humor.

Bajamos de la casa del árbol y nos dirigimos a casa. Aunque claro, iba con mucha inquietud por qué no sabía cómo reaccionaría Kevin después de nuestra primera y estúpida pelea que habíamos tenido en la vida. Había sido un arranque de coraje, pero contaba como pelea por que nunca en la vida nos habíamos peleado, ni cuando éramos niños por los juguetes. Así que esto era desconocido para mí.
 
Cuando estuvimos en una colina pequeña, donde se podía observar toda la casa mi mejor amigo y yo nos quedamos ahí por un segundo encima de los caballos.
            -¿Estás bien? – preguntó.
            -Pretendo no permitirme salir huyendo como una nena.
            -Tú puedes ser de todo menos una nena llorona – y tomó mi mano – ahí estaré para no permitírtelo ¿recuerdas?
            -¡Como siempre lo has estado “partner”!

(KEVIN)

¿Qué si estaba inquieto? ¿QUÉ SI ESTOY INQUIETO? Sería la pregunta más estúpida que me podrían hacer en este momento. ¡Estaba desesperado! Huyó molesta conmigo y todo porque ella esta cuidándome como yo la cuidaría a ella en el plano sentimental. Ahora me odiaba porque me comporte con el ser más estúpido de toda esta maldita existencia.

            -¡Tranquilo hermano! Di sabes que no es rencorosa – decía Sam para quitar la tensión que había en el ambiente – debe de entender que no se debe de meter en tu relación.
            -Pero toma en cuenta que se lo dijo como comentario, y este imbécil se la tomó muy enserio. – Nick atacó directamente a mi persona.
            -¡Yo también te quiero hermanito de porquería! – miré con ojos asesinos. 
            -Pues yo no por qué hiciste enojar a nuestra menor amiga, y por lo tanto eso te hace un reverendo imbécil. – claro, no quería aplicar el sarcasmo esta vez, ya quería se r directo. Pero a decir verdad, yo lo tenía muy bien merecido.

Aparecieron otros dos personajes en escena.
            -¿No han regresado? – preocupado.
            -¿Acaso la vez aquí? – respingó a la defensiva Nick.
            -¡Tranquilo Nicholas! – le puso la mano Sam en el hombro – Bill no tiene la culpa de que este par se haya peleado.
Tomó un respiro.
            -¡Lo siento! No era mi intensión.
            -No te preocupes Nick. Entiendo perfectamente. Te pone de malas esta situación – y se sentó Bill con nosotros abrazando sus piernas esperando con nosotros.
            -Diana estará bien.– dijo Stamper sin ningún signo de preocupación en su rostro - Solo se molesto un poco, sabes que es medio impulsiva.
            -¡No sé porque! – Exclamé con ironía mirando a Bill, haciendo que me diera un buen golpe en el hombro – pero es que… no tuve que tratarla así. Ella solo quiere lo mejor para mí, como siempre ha sido. – y era cierto. Todo este problema comenzó por que yo pretendí justificar las acciones de Lizzie, sabiendo que Diana tenía razón. Era obvio que iba que disculparme.
            -La niña Diana siempre ha protegido a las personas que le importan. Y cuando tiene que decir las cosas, desgraciadamente no es muy sutil que digamos.
Ahora me lo dice. Después de que le cause una gran molestia.

            -¡Ahí vienen! – dijo Nick mirando hacia el horizonte.

Ahí venia Joe escoltado a Di a caballo. Ambos tenían el rostro relajado, al parecer las cosas no estaban tan peor de como empezaron.

Stamper fue el primero en caminar para su encuentro, seguido de Bill que relajó su rostro después de cierta preocupación.

Joe bajó rápidamente del caballo y caminó hacia el de Di y la ayudó a bajar.

            -¿Dónde estabas? ¡Nos tenias preocupados!– preguntó Bill abrazándola.
            -¡Estoy bien! No pasa nada. Solo necesitaba un momento a solas… bueno, más bien, un momento de tranquilidad.

Vi que me miró fijamente y aseveró el rostro haciéndome sentir pequeño en indefenso. ¿Cómo alguien tan pequeño (en estatura) podría tener una mirada tan penetrante que te hace querer correr a esconderte bajo la falda de tu mami?

Después de ello, sin mirar a alguien más, simplemente se fue al interior de la casa a pasos largos, y yo ahí voy detrás de ella.

(DIANA)

Subí las escaleras rápido con tal que no me alcanzara, pero cuando llegué a mi cuarto, Kevin evitó que cerrara la puerta, interponiendo su pie entre la puerta y la pared.

      -¡Necesitamos hablar! - no le respondí, simplemente tomé mi toalla y ropa limpia y me metí al baño, pero iba detrás de mí con mucha terquedad.
 >> ¡Diana! Por favor, tenemos que arregla esto - seguí en mi asunto - Sé que me porté como un tonto. Me salí de mis casillas y ahora no sé qué hacer. - esas palabras me mataban.
>> No debí justificar a Lizzie por su actitud. Me aconsejaste como amiga y yo me lo tomé a mal. ¡Perdóname!
 
Lo seguí ignorando, pero estaba a punto de ceder. En ese momento, me tomó del brazo antes de meterme a la ducha y me volvió hacia él.
-¡No me hagas esto! ¡Necesito que me perdones! – estábamos relativamente cerca. Había mucha invasión de espacio personal. Sus ojos se encontraron con los míos haciendo que tuviera una visión demasiado grafica. (Yo lo perdono, y después de ello, lo beso y… Él y yo dentro de la ducha) pero rápido volví a la realidad. De verdad estaba arrepentido, lo podía ver en sus bellos ojos verdes.

(KEVIN)

No respondía, no decía nada ni siquiera con el rostro. Pero podía ver en sus ojos que en realidad la había lastimado, cosa que es imperdonable para cualquier hombre, lastimar a una bella mujer.

Cuando estuvimos frente a frente, me perdí en sus bellos ojos en color avellana. Una alucinación me vino a la mente que prácticamente es imposible para mí.

-¿Me puedes dejar bañar? - dijo mirándome de manera suplicante, y con los ojos llorosos.

Ya no quise insistir más. Me separé poco a poco de ella.
-¡Claro! - y salí de la habitación derrotado. Había arruinado la confianza y quedé con la apariencia de "Idiota manipulado por su novia". Ella solo quiere lo mejor para mi, pero ¿Porqué tomarlo tan personal?

(DIANA)

Dicen que es mejor llorar en la regadera, porque así evitas que te escuchen.

(NARRADOR)

Llegó la hora de que la familia Jonas fue a al pequeño aeropuerto de Cameron. Las camionetas con el logo de “Montgomery Farm” se dirigían por N Travis Ave.

En una camioneta iban Kevin, Nick y Frankie junto con Bill y Sam.
En la otra, iba los Paul, Denise, y Joe junto con Diana y Emilia.

Diana iba muy callada a pesar de tener a su mejor amigo en la misma camioneta. Miraba por la ventana con distracción, como si pensara y pensara sin parar. Emilia claro que notó esto al igual que los tíos Jonas que estaban preocupados por la pelea entre sus hijos. Pero tampoco se querían meter para evitar problemas.
           
            -¿Ya le pediste disculpas? – preguntó Bill a Kevin que iba que no sabía qué hacer.
            -Me falto pedírselo en varios idiomas. Es que es ¡TAN TERCA! Pero tiene mucha razón en molestarse  conmigo.
            -¿Qué querías Kevin? ¿Qué te aplaudiera después de haberte puesto en un plan muy fuera de lugar? – le dijo Nick que estaba a favor de Diana.
            -¡Puedes cerrar la boca? – exclamó Sam.
Comenzó la discusión

            -¡BASTA! – Gritó Frankie - ¡SON UNOS IDIOTAS! No deberían estar peleando. Aquí la afectada fue Di y ¿ustedes se ponen a gritarse como nenas?
Todo el mundo guardó silencio.

En la otra camioneta

Mientras los adultos platicaban de los nuevos compromisos de la banda, Joe y Di hacían lo mismo, pero de otros temas y prácticamente a susurros.

            -Espero que no vayas a andar con ese Foreman. Es muy poca cosa para ti,
            -Joe, es muy guapo e inteligente. No tiene nada de malo que lo intente.
            -¿Guapo? No más que yo estás de acuerdo. – le dio un golpe leve en el hombro.
            -¡Claro que no Jonas! Usted es el hombre más guapo de todo New Jersey, por el los hombres más guapos de Texas son mis hermanos,
            -¡Que simpática! – fingió molestia.

Llegaron a lado de la torre de control y las camionetas se estacionaron. La avioneta ya estaba lista para despegar en cuanto sus tripulantes llegaran.

Diana miró la aeronave mientras bajaba de la camioneta ayudada por Joe.
Y sin darse cuenta, suspiró.

            -¡Que profundo! – susurró.
            -¿De qué hablas idiota? – respondió.
            -¡Tienes que perdonar a Kev! No sabía lo que hacía y mucho menos lo que decía. ¡No puedes permitir que nos vayamos sin ni siquiera despedirse como debe de ser! – Tomó su mano - ¡Sabes que es lo correcto!

Ahora Diana miró hacia donde estaba la camioneta y vio a Kevin con los lentes de sol puestos, cabizbajo y serio.

            -¡Buenas tardes familia Jonas! Aborden el avión que saldrá en 15 minutos.  – dijo la azafata. Joe la miró con ojos seductores haciendo que esta sonriera. Y en el momento que esta les dio la espalda, Diana le dio un pisotón, haciendo que Joe gritara en silencio de dolor.
            -¿Qué te pasa? – con un hilo de voz
            -¿Podrías ser más respetuoso y no estar de “zorro” enfrente de mi?
            -¡Eres una celosa!

Comenzaron las despedidas. Hubo la promesa de volverse a ver, pero esta vez, los Montgomery irían al otro lado del país a visitarlos.

            -¡Que tengan un buen viaje! – dijo Emilia entregándole a Denise una canasta llena de panqueques caseros.
            -Cuando tengamos un tiempo estable en NJ, vendrán a visitarlos ¿verdad? – advirtió Paul
            -¡Es obvio tío! – exclamó Bill dándole un afectuoso abrazo.

Nick y Diana se abrazaron cálidamente.
            -¡Nos vemos en el chat!
            -¡Es obvio tontito! Y procura no meter la pata y quieras regresar con Miley. – dijo en broma Di.
            -¡No te prometo nada!

Siguió Frankie que no la quería soltar para nada. Después los tíos Jonas y al final, su mejor amigo.

            -¡Cuídate de los buitres! – acarició el rostro Joe de su partner.
            -Y tú complace a tus fans, pero tampoco seas tan fácil. – y se abrazaron afectuosamente, haciendo que este la levantara del suelo.
            -Sabes que te quiero ¿Verdad?
            -Desde que tengo memoria Jonas ¿Y tú? ¿Sabes que te quiero?
            -¡Desde que nacimos tontita!

Y ahí estaba Kevin que no sabía que hacer. Si subir al avión o correr a abrazarla y despedirse.
            -¡ES HORA! – apuró la azafata. Los motores se encendieron. Era momento de abordar.
 
Kevin después de despedirse de Emilia y de sus amigos, caminó hacia las escaleras de jet derrotado y con el corazón destrozado.


(KEVIN)

Ni se digno a despedirse de mí. Aquí voy caminando hacia las escaleras para irnos de aquí. Me sentía tan mal porque ella simplemente no quiso perdóname. ¡Y todo por mi!....

            -¡KEVIN! – escuché detrás de mí, haciendo que me volviera y sintiera que se colgaban de mi cuello, envolviéndome en un cálido y ansiado abrazo.
            -¡Mi Diana!  - exclamé feliz y la alcé del suelo sin pretender soltarla.
            -¡No tengo nada que perdonarte! ¡A pesar de todos tus errores y metidas de pata, te adoro con todo mi corazón! – me susurró al oído.

Nos miramos fijamente, pero sin deshacer el abrazo. Me acarició el cabello, el rostro y me dio un beso en la mejilla.
            -Solo te pido que no te dejes dominar. Recuerda que la base de una relación, es la confianza y el amor. – hablaba de manera tan madura que me encantaba.
            -¡Te prometo que no haré tonterías! – estaba a punto de besarla, pero mis labios se encontraron con su frente.
            -¡Buen regreso al sueño Jonas! – con dolor.
Ella se quiso separar de mí, agachó el rostro, pero yo lo levanté con dos dedos.
            -Eres parte de mi realidad. ¡Que no te quede duda! – ella sonrió.
 

(DIANA)

El jet comenzó el despegue. Mi familia iba dentro de él camino a casa, a su mundo, a su vida normal (podría decirse).

Nos miraban por la ventana y agitaban sus manos despiediendose de nosotros. Comenzó a tomar velocidad por aquella larga pista y las llantas ya no tocaron mas el suelo, elevándose por los aires.

            -¡Hiciste lo correcto! – dijo Bill detrás de mi.
            -¡No podía estar más orgullosa de ti mi Di! – me abrazó mamá.
            -¡Pero no fue genial que lo hicieras sufrir de esa manera! – alzó la ceja Sam.
            -¡Lo hecho esta hecho! Pero no se preocupen, todo vuelve a la normalidad.

Y cuando volteé el cielo, el jet ya no era muy visible. Ahí se iba mi familia, mis amigos, y al único hombre que he amado en la vida.

HASTA AQUÍ MIS QUERIDOS LECTORES.

Esto detonará muchas cosas que cambiaran el rumbo de la historia entre Diana y Kevin. Entraran nuevos personajes, la problemática que hay con Elizabeth cobrará factura. ¿Quieren saber que pasará?

No se pierdan el próximo capítulo.
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miércoles, 22 de febrero de 2012

Love You Out Loud (Cap 6)

Love You Out Loud (Cap 6)

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¿Qué es lo que pasa cuando te dicen tus verdades de una manera cruda y directa?

Directo en la herida.

(DIANA)

Phil era el mejor partido que cualquier chica desearía. Es un chico muy guapo y carismático. Inteligente, tierno, humilde, honrado y muy trabajador. Sabía perfectamente que yo le gustaba, pero nunca he querido llegar a más con él, pues no quiero estar con una persona que no tiene todo mi corazón, eso sería injusto. Claro que me gusta, pero como saben una cosa es “gustar” y otra es “querer”.

  
Y aquí estoy ante el soltero más cotizado de toda la High School, que a pesar de los años, aun seguimos siendo buenos amigos.

            -¿Cómo han pasado los años verdad? – preguntó Phil mirando hacia el horizonte.
            -Ya lo creo. Ya no somos los mismos de antes, ahora cada quien tiene su camino. Bueno, más bien ellos. ¡Unos rock stars! – decía orgullosa.
            -También nosotros tenemos nuestro camino si quieres – me dijo tomándome de la mano – ya te dije que mi padre nos puede acomodar en Cornell University (New York) para que estemos juntos. Yo estudio Administración y tu veterinaria. Estarías practicando en los mejores hospitales.
            -Es increíble tu oferta Phil, pero yo quiero quedarme aquí en Texas. Aquí tengo todo lo que necesito – claro, no era la primera vez que escuchaba la misma propuesta. Su padre era maestro en Cornell y prácticamente Phil tenia la vida asegurada.

            -Hermosa ¡Piénsalo! Es New York, en cualquier trabajo te aceptarían porque sabes que Cornell University es altamente recomendada. Además, si nos vamos juntos, podría demostrarte lo mucho que te quiero.
            -Yo también te quiero Phil y lo sabes, pero no de la misma manera. Es complicado.
            -Quisiera entenderlas pero tampoco quiero presionarte. Para cuando empiece el siguiente año ya nos dirán donde nos admitieron. Si de verdad cambias de opinión, no dudes es decirme.

A decir verdad, era obstinado, pero bueno, admito que si me diera la oportunidad, tal vez si me enamoraría de él. Pero por ciertas razones (ya saben cuál y aunque cueste admitirla) no puedo.

(KEVIN)

Y ahí estaban ellos cerca de la piscina platicando, él tomando su mano tratándola de convencer de algo, pero ella lo negaba con la cabeza. Me escondía detrás de una columna de ladrillo.

            -Tiene desde que comenzó el año escolar que trata de convérsela – dijo Sam que me encontró espiándolos.
            -¡Samuel! Me asustaste.
            -Si Diana se entera que estas de espía. Además, ¿para qué lo haces, si tienes novia?
            -Solo quiero saber con quien anda Diana, eso es todo. Como buen hermano mayor. ¿Eso tiene algo de malo? – protesté a la defensiva.
            -Claro, ni creas que me la creo, pero en fin – rodó lo ojos. – supongo que ya se está apresurando para convérsela, 
            -¿Convérsela para qué? – y se escondió junto conmigo.
            -Lo que pasa es que el padre de Phil es maestro en Cornell University donde también imparten medicina veterinaria. Se la quiere llevar a New York para hacer vida allá, y esta por demás decirte que está muy interesado en ella.
            -¿Qué tanto? – casi muero de celos.
            -Demasiado. Pero es muy buen chico, aunque debo admitir que yo preferiría mil veces que tú estuvieras con mi hermana. Aunque eso es demasiado tarde – y se fue dejándome solo, y casi me trago la saliva.

            -¡HEY PHIL! – la voz de Joe se escuchó. Me escondí mejor y vi que mi hermano se acercaba junto con Frankie - ¡No pierdes el tiempo con seducir a mi hermana! ¿Quieres que te agarre a patadas? – le dijo bromeando, pero a la vez en serio. Joe era extremadamente celoso con ella, ya que decía que primero tenía que aprobar a sus novios y pretendientes antes que nadie
.
            -¿Eres un hermano celoso? – exclamó Phil.
            -Créeme, no lo quieres saber – dijo Frankie, pero este lo dijo mas serio y en tono amenazante ¿Cómo un niño de 7 años tenía más agallas que yo?

Phil lo tomó en serio, dejo la mano de Di, miró a mis hermanos para después bajar la mirada al suelo y se fue a encontrarse con los gemelos.

            -¿Estás bien? – preguntó Joe.
            -Si, gracias. Me salvaron la vida, en especial tu precioso Frankie – y le dio un beso en la nariz.
            -¡De nada! No me gusta para ti, es muy tonto. – los mayores se rieron mientras yo tuve que aguantármelas.

            -¿Sigue con la idea de llevarte a Cornell? – ESPEREN ¿JOE LO SABIA? – Me lo dijo Sam ¿Qué querías? Me tengo que informar antes de.
            -Si, pero no será así. Yo quiero estudiar en TAMU y se acabó. Sé que tengo mi lugar asegurado aquí mismo sin salir del estado.
            -Pero debes de reconocer que sería interesante conocer otros lugares.
            -Claro que sí, pero primero tengo que terminar mi ciclo aquí para después irme. ¿Me entiendes?
            -Claro que si nena. Más que nadie. Pero ¿Te gusta verdad?
            -Si Joe, y mucho – me aniquiló que lo afirmara – pero tú sabes que no es lo que busco. Yo quiero algo más de aventura, de emoción y seriedad a la vez. Él quiere que seamos novios y todo, pero solo sería un tiempo corto. Lo conozco. Con Phil tendría la vida fácil y yo no quiero eso, quiero valorar.
            -Pues tendrías que aventurarte, pero si quieres estar aquí, nadie te puede hacer cambiar de parecer.
            -Si Diana. Tu quédate porque no quiero que este tal Phil se te acerqué. - Frankie la abrazó de la cintura, mientras ella le daba un afectuoso beso en el cabello.

(KEVIN)

Tarde – noche en la terraza.

Después de una entretenida tarde, Bill y yo nos quedamos en la terraza del jardín trasero con una botella de vino tinto y botana para poder charlar como en los viejos tiempos (buenos, cuando éramos más chicos, ninguno era mayor de edad y no podíamos beber alcohol).

Claro, Phil y su pandilla se fueron. Debo admitir que verlo desilusionado por no lograr nada con Diana logró que me calmara, aunque no tenia porque, por que como lo he dicho, tengo novia. Aun así, me sentía más cómodo sabiendo que Diana no era presa fácil para nadie.

            -¡De modo que Lizzie es la mujer que te roba el sueño! – afirmó bebiendo en su copa sacándome de lo que estaba pensando.
            -Si, es una mujer increíble y llena de grandes aspiraciones. Aunque tiene sus defectos, como es obvio.  – fue lo primero que te contesté.
            -Si, Joe me ha informado sobre eso. No entiendo porque alguien tan dominante es tu novia.
            -Malinterpretas las cosas Bill. Es algo enojona pero aun así la quiero mucho. – y ahora me siento un mentiroso.
            -¿Malinterpretar? Kevin, te conozco desde que somos niños.
            -No empieces. Date por satisfecho que soy feliz y es lo único que de te debe de importar. – corté tajante. Bill entendió perfectamente lo que quería decir, así que del tema ya no hablamos, pero pasamos a uno que me sacaba de casillas aunque esta vez no quería demostrarlo.

            -Ese Phil no quita el dedo del renglón. De verdad que está enamorado de mi hermanita desde que estaban en el Elementary.
            -¿Y por qué no está con él si es buen muchacho? – pregunté procurando mantener la cordura.
            -Fíjate que es un misterio. Si, ha tenido novios, y son muy buenos chicos, pero al parecer ninguno le llena el corazón del todo. Además, ha habido alguno que definitivamente la ha lastimado a tal forma que a las relaciones de pareja les tenga pánico.
            -¿Qué? ¿Por qué lastimarla? Si Di es una niña muy dulce – eso si me había molestado ¿Cómo lastimar al ser más lindo del mundo?
            -Sabes que muchos de nosotros se aprovechan de la inocencia y buenas intenciones de chicas como mi hermana. Pero no te preocupes, yo mismo me encargué de que el bastardo tuviera su merecido.
            -¿Qué hiciste? – le pregunté algo sorprendido.
            -Yo mismo fui a su casa, lo saqué y le puse una muy buena arrastrada. A mi Diana ¡Nadie la toca ni la lástima! – vaya, se había tomado el papel de “Hermano mayor” demasiado enserio. Aunque debo de admitir que yo hubiera hecho lo mismo.

Estaba en mi habitación revisando mi teléfono antes de dormir y me di cuenta de que  tenía 7 llamadas perdidas de Lizzie. ¡NO PUEDE SER! estaba completamente seguro que se enojaría conmigo, pero nada perdía en llamarle y darle una explicación. Le llamé para pedirle disculpas por qué no haber contestado por no haberlo escuchado (lo puse en vibrador) pero ¿adivinen qué?

            -¡HAZ LO QUE SE TE DÉ EN GANA KEVIN! ¡POR MI, LARGATE CON ESA ESTUPIDA NACIDA ENTRE EL ESTIERCOL!
Claro, como era de esperarse. Contestó, me reclamó, colgó, y apagó el celular.

Sí, claro. Ella pidiendo un chico fuera de lo común y yo pidiendo una chica que le guste la aventura. Por alguna razón ambos teníamos fines en común, pero no aun así no dejaba de que ella sintiera atracción por Phil.

Esta era mi última noche aquí, porque mañana por la tarde regresaríamos a New Jersey y posteriormente a comenzar con las grabaciones del disco y proyectos que tenemos con Disney.

Escuché ruidos que provenían del pasillo, así que con cuidado abrí la puerta para observar quien andaba ahí. Vi que ella iba subiendo las escaleras con un vaso en la mano. Iba con pijama de “Hello Kitty” directamente a su habitación.

Y aquí voy, cuando veo que está a punto de entrar a la habitación.

(DIANA)

Había ido por mi vaso de agua por si las dudas. Aun seguía pensando lo de hoy por la tarde. Había sido algo extraño y no por la propuesta de Phil para irme con él. No, fue el rostro de Kevin que no podía borrarlo de mi mente.
Fue tan… no sé cómo decirlo… ¿Extraño? ¿Estúpido? ¿Hermoso? ¿Tierno?

            -¡Hola! – escuché en forma de susurro detrás de mí, y casi tiro el agua del susto.
            -¡Kevin! – bajé la voz cuando me di cuenta que no me falto nada para que todo el mundo saliera despavorido de sus habitaciones y susurrándole – ¿Qué te propones? ¿Matarme del susto?
            -No quise hacerlo, pero quería saber si estás bien.
Me interné a mi habitación invitándolo a pasar. No piensen mal, desde que éramos niños, ustedes saben que Kevin y yo estábamos en la misma habitación y podíamos quedarnos horas platicando. Creo que ha llegado la hora de recordar aquellos viejos tiempos.

(KEVIN)
El cuarto estaba iluminado por luz cálida mientras las cortinas  abiertas mostrando el jardín trasero y una magnifica vista de la propiedad de los Montgomery.

Ella simplemente dejo el vaso de agua en la mesa de noche se sentó en su cama pegada a la cabecera invitándome a imitarla.
            -Años de no poder estar así ¿verdad? – me decía con un brillo peculiar.
            -Lo sé. Antes no salía de aquí y pasábamos largas horas platicando.
            -¿Y por qué no hacerlo el día de hoy? Quiero que me cuentes todo. Ya me sé toda la historia de la banda, pero quiero saber detalles tuyos. Puntos de vista, la nueva vida… hasta la enfadosa de tu novia.

Me quedé algo sorprendido por ese adjetivo.
            -¿Por qué le dices así?
            -No, por nada. No quiero problemas contigo. Mejor pretende que no dije nada. Se puso el cobertor en sus piernas y se recargó en la pared.
            -¿Ahora qué te dijo Joe?
            -No tiene que decirme Joe las cosas. Tengo ojos y oídos; sé perfectamente que no te deja respirar y te cuida como si fueras de su propiedad. Por eso le digo enfadosa, y si te molesta que le diga así, te puedes ir. Porque ni creas que me retractaré de mis palabras. – y tomó un libro pretendiendo leer, pero yo no se lo permití.

            -Si fueras mi hermano ya te hubiera gritado, pero es que solo lo dice por molestar.
            -¿No has pensado que lo hace porque quiere lo mejor para ti?
            -¡Quién sabe! Tú sabes que impredecible es Joe. Pero ¿tu porque me lo dices? – claro, ahora hago preguntas directas para saber qué es lo que pasa entre nosotros.

(DIANA)

¿Qué? ¡Vaya forma de atacar! ¿Qué le puedo decir? “Claro Kevin. Te lo digo porque quiero que la dejes y yo ser tu novia”. Primero muerta.
            -Te lo digo porque no quiero que una tipa te controle. Eso nada mas lo puede hacer tu hermana menor, o sea yo.

Y en vez de decirle algo malo, comenzó a reírse a más no poder. Y a mí se me contagió la risa al borde del dolor de estomago.
-¡Te juro que no has cambiado!, aun seguía siendo la niña sarcástica y e inocente pero insolente a la vez.
-¿Insolente? Insolente aquel día que tú le contestaste a la maestra porque te quitó el sapo en clase.
-¿Quién te dijo eso?
-Toda la escuela se enteró que le habías dicho una palabra anti sonante en la escuela. Recuerda que hasta mi tía Denise fue a hablar con ella.
-¡Estaba enojado!
-¿Quién es más insolente?
Y así estuvimos hasta altas horas de la madrugada platicando de las experiencias que pasamos juntos durante nuestra niñez. Momentos increíbles y llenos de magia que era digno de recordar.

(ELIZABETH)

Era justo lo que quería. Después de miles de llamadas perdidas, que me llamara, me pretendiera darme una explicación, y yo colgar el teléfono. Comencé a recibir llamadas con mucha insistencia de él, así que apagué el teléfono. A ver si vuelve a hacer lo mismo.

Pero ¿Ustedes creían que estaría en mi casa enojada porque mi novio no contestaba el teléfono? Vuélvanlo a pensar.

El nigth club estaba a su máxima capacidad. ¿Cómo no iba a salir un sábado por la noche? Era como no comer o no dormir. Era una necesidad enorme estar en lugares así pasándola bien. Cada vez que Kevin me dedicaba tiempo nos la amanecíamos, pero era algo aburrido por qué no me dejaba tomar como yo quería y aparte después de salir de estos lugares, me llevaba a mi casa sin pretender quedarse y acostarse conmigo
            -“Tu sabes que quiero hermosa, pero será mejor esperar cuando llegue el momento, cuando estemos casados” – estas eran sus absurdas palabras. Aunque debo admitir que ha sido todo un caballero y jamás me ha faltado al respeto, pero eso era lo que yo quería. Quería acostarme con él porque sabía que con ello lo haría más dependiente de mí  y sería más difícil dejarme por otra.

De tan solo pensar que está durmiendo bajo el mismo techo de aquella campesina hija de la criada, me ponía histérica.

            -¿Qué es lo que quieres? ¿Vodka o tequila? – me decía una voz varonil y sexy.
            -¡Tequila! Tengo ganas de algo fuerte – me volví y vi el trasero más hermoso del planeta tierra.  Era uno de los asistentes de mi grupo de amigos, Brad. Debo de admitir que es un hombre realmente hermoso.
Increíbles ojos verdes, cabello castaño claro, barba descuidada y cuerpo atlético. Un hombre que quisiera que estuviera en mi cama, porque a lo que me han dicho, ¡Es excelente!

Se acercó con mi copita de tequila y me la entregó.
            -De modo que tu novio se fue a Texas a pasar el fin de semana ¿dejándote solita?
            -Ya estoy acostumbrada a que me deje sola todo el tiempo, le dedica más a su carrera, a su banda y a las estúpidas fans.
            -¡Pues esas estúpidas fans son las que enriquecen a tu hombre y por lo tanto te enriquecen!
            -¡Vaya! Eres listo Brad. – y chocamos las copas sin dejarnos de mirar.
            -Lo que sí puedo decir, es que es una verdadera lástima que una mujer tan bella como tú tenga novio y no es atendida ni consentida como es debido.

Pude sentir una enorme descarga eléctrica por todo mi cuerpo. Brad me estaba seduciendo de tal manera que no podía resistirlo. Pero no iba a caer tan fácil.

            -¡Recuerda que tengo novio! – le dije tratando de desviarle a mirada
            -Eso lo sé, pero… - y me tomó del mentón haciendo que lo mirara a los ojos – no puedo evitar decir que me gustas – se acercó bastante a mí, casi que sus labios rozaran los míos – porque si no te lo dijera, no sería honesto contigo preciosa.

Esto era más de lo esperado. Así que sin pensarlo, lo tomé del brazo antes de que me besara.
            -Llévame lejos de aquí ahora – le dije al oído.
            -¿Dominante? Eso me agrada.

Bueno, simplemente terminamos en un bello departamento donde no es necesario que explique qué es lo que hicimos. Y confirmé lo que me habían dicho: “Es un maestro en la cama”.

(NARRADOR)

Domingo – amanece en Cameron.

El rocío y la luz del sol hacen un contraste impresionante que parece que hay pequeños diamantes en todo el césped de aquel hermoso jardín. La piscina con el agua fría hace sonidos que arrullan y te permiten soñar de manera placentera.

Un ruiseñor esta en el árbol que esta al pie de la ventana – balcón que da a la habitación de Diana. Son las 9 de la mañana  y como es domingo, todo el mundo duerme. Su canto anuncia la llegada de la mañana y por lo tanto que era hora de comenzar las actividades del día de hoy, y como ustedes sabrán, hoy la familia Jonas regresa a casa.
Pero en este momento, en la habitación de Diana está ocupada por dos personas. No piensen mal, pues para ellos es algo de lo más normal en este mundo.

(KEVIN)

El canto de un ruiseñor me comenzó a sonar en la ventana, lo podía escuchar con toda la claridad del mundo
Aun no pegaba el Sol en la ventana… esperen ¿en dónde estoy? Me asusté por un segundo, pero después me di cuenta que no pasaba nada fuera de lo común. Claro, estaba acostado en una cama que no era la mía, y ahora no dormía solo. Sobre mi pecho noté una cabeza envuelta de hermoso cabello castaño oscuro. Su brazo rodeaba mi cintura mientras el mío estaba rodeándola en un protector abrazo.

Era un momento único que indescriptiblemente me hiso sentir bien. Y para lo mejor de todo es que me sacó una sonrisa de felicidad, incitándome a despertar de un excelente humor, olvidándome por completo de la pelea con Lizzie.

Será mejor que me vaya, no quisiera que se incomodara viéndome que estoy aquí en su cama, aunque sería divertido ver su reacción.
Poco a poco, tratando de no despertarla, comencé a moverme y poderme salir de ahí.

En ese momento, su celular sonó. Era el despertador y me sorprendió al escuchar la canción que era.
Life is a highway – Tom Cochare.

Era nuestra canción cuando éramos niños. ¿Cómo aun conservaba el gusto por ella? Rápidamente quiso tomar el celular y apagarlo, pero se dio cuenta que no estaba sola

            -¿Kevin? ¡Nos quedamos dormidos! – apagué el celular.
            -Lo sé. Ni me di cuenta a qué hora pasó esto. – Mutuamente nos miramos notando una vez más que no éramos los mismos, pero aun recordábamos aquella bella etapa de nuestra vida.

            -¿Tienes esta canción? – sin soltar el celular.
            -¿Creíste que teniendo mi computadora disponible las 24 hrs olvidaría que la cantábamos cuando íbamos en los campos encima del tractor con papá?
            -Y que terminábamos jugando en la tierra sin dejarla de cantar, tanto que Joe se enojaba porque lo teníamos harto. – complete el recuerdo con una sonrisa en el rostro haciendo que mi querida amiga me imitara.

Estaba a punto de perderme en su mirada y no sé qué demonios hacer, pero decidí ponerme de pie.

            -Me iré a mi habitación para comenzar a empacar. Pero antes, desayunaremos.
            -Eso es obvio Jonas. ¡Nuestro último desayuno juntos por esta ocasión!
            -Vendrán más pequeña. Eso te lo puedo asegurar.
Caminé hacia la puerta, para después de abrirla….
            -¡No quiero que tengas problemas con Lizzie! Espero que si le llegas a decir que te quedaste en mi cuarto, no lo tome a mal.
            -¡Claro que no nena! No tiene por que tomarlo a mal. Eres mi amiga y ella sabe que esto lo hacíamos cuando éramos niños. Así que no te preocupes. – sonreí y salí de la habitación recargándome en la puerta.

No pensaba decirle a Elizabeth que había estado con Diana en su habitación. ¡Se pondría histérica! Además, no tengo que darle explicaciones ni cuentas de nada. Por que Diana es mi amiga y nada más. Eso es todo.

Y no sé porque, pero ahora mi mente decía “Aja, ahora repítelo hasta que te lo creas”.

(DIANA)

Después de una noche donde dormí increíblemente mejor que otras veces gracias por el particular “oso de peluche” que estuve abrazando, mi miro al espejo y veo a aquella chica de 17 años que sonreía de manera impresionante. ¿Cómo era posible que alguien en tan solo 3 días te haya alegrado la vida después del año más difícil de la vida?
Cuando bajo al comedor, ya estaban todos ayudando a poner la mesa.

            -¿Cómo está la chica más bella de todo Texas? – exclamó Bill al verme llegar.
            -¡No mejor que el hombre más sexy de Texas! – correspondí.
            -¡Eso no se vale! Ese título me pertenece – reclamó Sam          
            -¿Estás loco? – Aquí viene Nick – recuerda que para sexys yo.
            -¿Quién te lo dice?
            -Millones de fanáticas lo avalan. – en un tono sexy
Solo vi como una cascara de banana le cayó en la cabeza.
_______________________________

            -¿Cómo sobreviviré sin ti? – exclamó Joe mientras comía una manzana.
            -¡Iras a conseguir nenas! ¿Qué más podrías hacer?
            -Ninguna es tan genial como tu – alzó la ceja en forma seductora.
            -Eso no funciona conmigo Joseph. Sabes que soy una mujer muy difícil.
            -¡Eso lo sé nena! Por eso te admiro y sé que cuando tengas novio será un hombre justo y bueno que te tratará como reina. Y más le vale, porque juro que si te hacen daño, no me importa donde esté, te juro por mi vida que tomo el primer vuelo hasta Texas y golpearé tan fuerte al tipo que me darán nauseas.
Me daba ternura saber que Joe me cuidaría por siempre a pesar de la distancia.

El vuelo de mis queridos amigos saldría hoy por la tarde en camino a New Jersey, pero no quería pensar en ello, porque a pesar de que sabía que no estarían por más de una semana, sentía que me arrancaban un pedazo de vida, una vez más.

Vi que Kev estaba inquieto durante el desayuno, a pesar de tratar de mostrar su mejor cara, pero a mí no me podía mentir, porque sabía perfectamente que aun estaba inquieto por Lizzie (Claro, su berrinche era lo que le preocupaba).
No iba a decirle nada enfrente de todos, porque quería evitar el interrogatorio de los tíos y sus hermanos. Así que mejor, cuando comenzamos a recoger el comedor y la cocina, mientras lavábamos trastes.

            -Supongo que “la ley” aun no se le baja el coraje. – susurré.
            -No le digas así – un poco molesto.          
            -Es cómo se comporta. Como si solo fueras de su pertenencia.

(KEVIN)

Claro, ahora se dedicaba a recordarme la plática (pelea) que tendría llegando a New Jersey. Era como si gozara recordarme que Lizzie estaba molesta conmigo.
            -¡Es mi novia! Tienes que respetarla.
            -La respeto, pero no me ciego como otros viendo su comportamiento.
            -Ya hablamos de eso por la noche.
            -Eso lo sé, pero no tolero verte con ese estado de ánimo. Como si tuvieras que rendir cuentas a la misma policía o al servicio secreto.
Terminamos de lavar y secar los trastes en silencio. Claro sentía que estaba molesta conmigo porque no le gustaba verme angustiado, pero ¿Qué podía hacer? Tampoco iba a mandar al diablo a mi novia, tenía que preocuparme como todo novio que quiere a su chica.

Ella salió hacia el jardín y miraba hacia el horizonte. Yo tomé mi respectiva distancia pero tenía tantas ganas de abrazarla.
            -¡Si ella sigue dominándote, terminaras mal contigo mismo!
            -¿Acaso no te molestarías porque tu novio no te contestara el teléfono siendo que lo llamaste innumerables veces?

Ella se volvió bruscamente, abriendo los ojos llenos de sorpresa y con mucha molestia.

            -¡No puedo creer que seas tan idiota!
            -¿Ahora que hice? No tienes por qué decirme esas cosas.
            -¡La estas justificando! ¿Cómo no quieres que te diga que eres un idiota? – y claro, ahora caí en lo que me quería decir. Si, lo estaba haciendo.
            -¡Claro que no! Pero tal vez estaba preocupada por mí.
Pero ella no cerraba la boca de la impresión.

En ese instante, apareció Stamper montado a caballo. Nos vio y bajó.
            -¿Qué pasa? – notó el ambiente tenso.

Ninguno de los dos dijo algo, pero simplemente vi como le arrebató la fusta[1] muy molesta y subió al caballo.
            -Nada John, simplemente me he dado cuenta al paso del tiempo, las agallas se pierden.

Le dio un golpe al caballo y este salió corriendo, dejándome ahí con un dolor indescriptible.

            -¿Ahora qué hiciste? – alzó la ceja el capataz
            -¿Qué hice? Ella me ofendió.
            -Ella no ofende sin razón. Algún motivo le diste para que te dijera. Además, ¿Qué perdiste las agallas? Eso si esta grave. Sabes que su padre decía…
            -¡Que las agallas es el arma más poderosa del hombre!

¿Ahora qué hago? Por alguna razón me dice todo esto ¿Por qué? ¿Por qué me hace sentir de esta manera? Tan cobarde, tan inútil. ¿Por qué reclama?



[1] Vara delgada y flexible con una correa en uno de sus extremos y que se usa para dirigir y dar órdenes al caballo


Hasta aquí mi queridos lectores. Como saben, la relación entre Kevin y Diana es fuerte. Pero ella está molesta por la forma que Lizzie domina de manera enferma la relación que tiene con Kev. Además, como lo han notado es una zorra que solo quiere jugar con los sentimientos de nuestro amado protagonista.

¿Qué pasará? ¿Qué hará Kevin?

No se pierdan el próximo capítulo.

ESPERO SU COMENTARIO. ACUERDENSE QUE DE ESO VIVO.

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GRACIAS TRIPULACIÓN. TODAS SOMOS #ARENITACREW


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