Love You Out Loud (Cap 3)

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Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía.

Anatole France (1844-1924) Escritor francés.

Ciertos Cambios

Mediados de otoño del 2007

Cameron, Texas.

Han pasado 8 años desde que la familia Jonas se fue del rancho. Fue una perdida muy triste para todos los miembros de la familia Montgomery. Pero lo que los había devastado, fue lo que pasó hace casi un año.

William, el patriarca había sufrido un paro cardiaco causando su muerte. Fue un golpe bajo para toda la familia, ya que era un ejemplo a seguir. Nadie sospechaba que un hombre tan sano como él muriera tan joven.

Todos los vecinos de Cameron estaban de luto ante la muerte de un gran hombre que causo que hubiera trabajo desde que comenzó con el rancho. Un hombre muy querido por todos. Un gran patrón, un gran ser humano, esposo y padre.

Pero la que sufrió más la perdida, fue la misma Diana. Papá era su héroe, el hombre que todo lo sabía y que la apoyaba en cada locura. Gracias a él, se había animado a mandar su solicitud Texas A&M University. Ella quería estudiar medicina veterinaria desde que tiene uso de razón, y su padre era su mayor partidario. Ahora no sabía qué hacer, ya que el rancho necesitaba que alguien estuviera al mando. Emilia claro que lo sabía manejar, pero Diana no quería dejarla sola. Bill aun estaba estudiando Administración y Sam a penas empezando la High School.

 

            -¡Tienes que estudiar! – decía Emilia vestida de negro en aquel despacho que le perteneció a su amado esposo.

            -¿Y dejarte sola? Madre, sé que sabes todo el negocio más que nadie, pero no quiero dejarte con la carga. Eso no le gustaría a papá.

            -Pero odiará que dejes tu sueño de ser veterinaria. ¿Quieres defraudarlo?

            -Lo hago si me voy – decía aferrada.

            -No mija[1]. Tu padre lo que más quería es que ustedes, nuestros hijos hicieran sus carreras universitarias, algo que nosotros, gente del campo no pudimos hacer.

Sabía que mamá tenía toda la razón. No podría decepcionar a su padre de tal manera, dejando el sueño de toda su vida.

Salió derrotada hacia campo abierto. Era su única escapatoria, estar corriendo a caballo por la llanura, revisando las hortalizas, los establos… Ese rancho era su vida entera y era la única manera que sentía a su padre cerca.

Siempre tratando bien a las personas. Pero su sonrisa ya no era la misma. Se le había arrebatado el día que papá murió. Su mejor amigo, su confidente y su principal inspiración.

Wyckoff, New Jersey

Wyckoff

Paul Kevin Jonas Sr. Miraba hacia al jardín trasero con bata puesta y con una taza de café en la mano. Tenía la mirada perdida y melancólica, parecía que estaba pensando en cosas tristes.

            -¿En qué piensas cariño? – le dijo una señora de cabello castaño y rizado abrazándolo por la cintura por la espalda... Era Denise, su compañera de toda la vida.

            -¡Casi se cumple un año desde que William!

            -Lo sé. Fue muy difícil enterarnos y no haber podido ir al sepelio.

            -Teníamos la agenda llena y no podíamos faltar a ningún compromiso. Tuvimos que llamar a Emi desde Kansas y darle el pésame. – Suspiró – ¿Cómo estarán los chicos? Ya ha pasado un tiempo.

            -¡Sabes que perder a alguien es muy difícil y más un padre! Claro que les afecto. Emi me dijo que Diana se niega a ir a la Universidad con tal de no dejarla sola.

            -No puede permitir que eso pase. Diana tiene que cumplir su sueño. ¡William era lo que más anhelaba en el mundo! afirmó el patriarca – ¿Recuerdas como Diana se fue a escondidas y vio el parto de una yegua? Y en vez de decir “¡Qué asco!” llegó con una sonrisa diciendo “¿Cuándo habrá otro?”. –  se rieron ambos.

            -¡Lo sé! Joe es que el que aun no los supera por que se escaparon los dos de Dina. – Denise sintió algo de melancolía al recordar cómo sus hijos se divertían en aquel bello lugar.

Al parecer, Paul le había leído la mente, ya que se le ocurrió una idea

- ¡Oye! ¿Qué te parece si vamos a Texas aprovechado que tenemos compromisos hasta el fin de semana?

            -Es buena idea – sonrió Denise – Pero ¿crees que nos puedan recibir?

            -¿Puedes llamarles?

            -¡Claro que sí! Les llamaré después de desayunar. ¡Es una brillante idea cariño! Apuesto que a los chicos les encantará ir a ver a sus primos – Sonrió – A propósito. ¿Ya estarán despiertos los niños?

            -¡DEJA DE MOLESTARME! – se escuchó en el pasillo seguido de pasos rápidos.

            -¡Creo que Joe ya se encargó de despertar a Nick y a Frankie! – Paul dijo divertido.

            -¡DEJEN DORMIR ESTUPIDOS!  - la voz del mayor se escuchó y parecía que estaba molesto.

            -¡YO NO TENGO LA CULPA QUE DURES HASTA LAS 2 DE LA MAÑANA HABLANDO CON TU NOVIA! – gritó Joe en todo burlón y molesto a la vez.

            -¡DATE POR MUERTO ADAM! – gritó mas enfadado.

            -¿En qué te basas Paul? – irónica mamá Denise.

(KEVIN)

Claro, mis hermanos comenzando el día con sus groserías y sin dejar dormir. Después de tanto tiempo que no estaba en mi adorada cama y que podía disfrutarla al máximo, a Joe se le ocurre despertar a Nick y claro está, este como todo un ogro, grita.

Pero eso no es todo, Frankie también comienza a lanzar almohadas. ¡Eso es el colmo!

Al rato, después de que mamá y papá los tranquilizaron, me tuve que levantar y comenzar el día.

Joe había tenido razón. Hasta las 2 de la mañana estuve hablando con mi novia. Elizabeth Russo era la mujer para mí. No podía encontrar otra mejor que ella. La había conocido en Jacksonville; Florida en unas vacaciones familiares hace menos de 2 años. Era una mujer increíble y realmente hermosa. Mamá y papá la querían mucho, Nick y Frankie se la llevaban bien, pero el único que al parecer no le agradaba mucho que digamos era a Joe. Parecía que tenía pleito con ella cada vez que se encontraban.

Reviso mi cajón de la mesa de noche por que estaba buscando una…

Ya no importa. Por que encontré algo que tenía mucho que no lo veía.

Era una foto mía y de mis hermanos, pero había 3 niños mas incluidos. En medio de nosotros, estaba la niña que tenía tantas ganas de ver desde hace un buen tiempo. Diana Montgomery, su cabello largo y quebradizo, sus ojos grandes en tono café que simulaban dos bellas avellanas.

Aun recuerdo aquel beso que nos dimos. Lleno de ternura e ingenuidad. Fue tan espontaneo, tan dulce, tan… Diana.

Claro que había tenido contacto con ella desde que nos venimos de Cameron, pero después que nació la banda, muy pocas oportunidades hemos tenido para vernos. Además, como ella ha sido muy dedicada a la escuela, pues menos el tiempo.

Y lo peor de todo, es que el tío William (su padre) murió hace como un año. Claro que llamamos y mandamos flores en signo de apoyo, pero no era lo mismo. Ella al parecer había cambiado durante este tiempo. Era muy de vez en cuando que nos mandábamos correos, pero la notaba distinta. Claro, un paro cardiaco había afectado a su padre, causándole la muerte y un gran dolor en ella, a su madre y hermanos.

Ya después del World Tour que hicimos, no he sabido nada de ella y de cierta manera me afecta, ya que quiera o no, fue mi primer amor.

Y no lo niego. Cuando era un niño, Diana era la niña que mas anhelaba cuidar, que más quería proteger y no permitir que nadie le hiciera daño.

Aguarden un segundo por favor… acabo de recibir un mensaje de mi novia deseándome los buenos días.

Un día de esos.

(DIANA)

Esta época del año no era la misma.

Recuerdo que cuando llegaba de la escuela, me iba al despacho en la granja que está aquí atrás. Siempre lo encontraba leyendo el periódico y bebiendo un vaso de whisky (era el único que bebía al día) o fumando un cigarro.

Ahora, aquel despacho estaba solo.

Papá ya no estaba aquí, mamá no quería que dejara mi sueño por un lado. Sabía que si mi padre viera que no quiero ir a la universidad, me mandaría al diablo dejándome de hablar.

Ya era suficiente de estar llorando por todo el rancho. ¡No era justo para mí! No permitiría que la tristeza me consumiera. Él odiaría verme triste así, así que me dedico al campo, aprendiendo el negocio, pero más que nada, aprendiendo todo acerca de los animales de granja, sus enfermedades, curas con hierbas, todo. Quería que mi padre estuviera orgulloso de mí. Mamá ya lo estaba, pues decía que por ser la única mujer, era la que mejor ponía el ejemplo a mis hermanos.

Pero hoy me dieron una excelente noticia.

Venia de las caballerizas directamente a la ducha. Hoy, junto con el capataz de la granja (y amigo de la familia desde hace muchos años) John Stamper atendimos a una de las yeguas que había dado a luz. Así que ya se imaginaran como venía de sucia de pies a cabeza.

            -¿Cómo pudiste soportarlo? – mi hermano menor, Samuel estaba en la cocina buscando que comer en el refrigerador en la cocina.

            -¡Hey! Ni que fuera la primera vez que estoy en un parto. Si tuve que soportar el día que naciste, puedo con lo que sea. – y no es broma. Yo fui testigo de que mi madre diera a luz a mi hermano a falta de atención médica en ese entonces.

Samuel era como papá en muchos aspectos. Tenía los ojos azules como el mar y un cabello rubio como el mismo sol. He de admitir que muchas veces me sentí celosa, ya que muchas tipas de la escuela lo rondaban, inclusive (como vamos en la misma escuela) varias de aquellas interesadas querían hablarme con tal de que les proporcionar información de mi hermano y claro está, que las mandaba al diablo.

Se sentó en la barra mientras yo buscaba una jarra de agua fría para poder beber.

            -¡Adivina! – dijo Sam haciendo malabares con naranjas.

            -¿Ahora de que te enteraste metiendo la nariz donde no debes? – le dije siguiendo mi labor.

Sam

            -Tendremos visitas que no nos esperábamos – en tono despreocupado.

            -¡Llegaran visitas! ¡Yupi! – fingí emoción.  Llegaban tíos, hermanos y sobrinos de todo el país. Supongo que querían dar el signo de solidaridad para evitar que se pusiera triste, pero la plática de todos aquellos visitantes me incomodaba. La gente de ciudad era muy diferente y no gozaba de las cosas que ofrece el campo. Lo menospreciaban de tal manera que a mí me molestaba. Pero esta vez, la noticia me causo una sensación diferente.

-Pero la gran diferencia que esta vez si son personas importantes – agregó, para después, cuando le di un sorbo a mi vaso con agua exclamar con emoción – Los tíos Jonas vienen de visita. Y vienen con tus primos. – y como se lo podrán imaginar… ¡Le escupí un poco de agua en la cara!

            -¿ESTAS BROMEANDO? – pregunté ignorando su cara de asco.

            -Si, me lo acaba de decir mamá – limpiándose.

            -¿Qué sucede? – entró a escena mi madre, yo corrí hacia ella y la tomé por los hombros.

            -¿Los tíos Jonas vienen? – pregunté fijamente a los ojos pidiendo que no fuera una mala broma.

            -¡SAMUEL! ¡Yo quería darle la noticia! – reprendió de manera sutil, mientras yo la agité sin soltarla.

            -¡VAN A VENIR! – seguido de un grito bastante peculiar, y le di besos en las mejillas a mi adorada madre.

            -¡Tranquila Diana Laura! Me romperás los tímpanos.

            -¿Cuándo llegan? – sin prestarle atención a su regaño.

            -Vienen dentro de dos días. Así que para que me ayudes a poner el rancho en orden. Necesito que organicemos a todos los trabajadores para que dejen la casa bien arreglada.

¡Esto era genial! Por fin, después de tantas giras, tendrían tiempo de venir.

Claro, tener amigos que son famosos no era fácil. Era genial que ellos triunfaran y fueran aclamados por todo el mundo. Gracias al internet, la televisión por cable, y el correo nos dimos cuenta que nuestros amigos Jonas se habían convertido en una banda. The Jonas Brothers era el hit del momento. Discos de Oro y platino, muchos premios por doquier. A pesar de la distancia, aun estábamos en contacto. Ya 8 años desde que se fueron de aquí ¿Quién diría que se volverían famosos?

Wyckoff, New Jersey

(KEVIN)

Mamá nos había dado una noticia increíble. ¡Iríamos a visitar a mi tía Emilia a Texas!

            -¡No puedo esperar! – decía Joe emocionado. Claro, volvería a ver a su amiga de la infancia con quien hiso sin fin de travesuras.

            -¡Yo tampoco! ¡Sera genial regresar a un lugar que es muy especial para nosotros! – también Nick estaba emocionado, ya que como ustedes saben, Sam y él eran también muy buenos amigos.

Yo estaba más que ellos, ya que vería a Bill, a tía Emilia, los campos donde cabalgaba, los establos, la vida tan increíble que tanto amaba. Pero también vería a Diana, y por increíble que parezca, sentía algo muy especial. Aunque debía recordar que ahora tenía novia. Así que no podía meter la pata y mucho menos con ella, porque a pesar de todo, la quiero mucho.

            -Una cosa es quererla, pero tú no la amas. – era lo que siempre me decía Joe cada vez que salía el tema de Liz.

(DIANA)

Cameron, Texas

Hoy todo el mundo desde temprano se puso a arreglar la casa para recibir a los Jonas.

Flores, limpiador, buena comida... Todo estaba listo.

Estaba tan emocionada por que finalmente los vería. Frankie solo recuerdo cuando lo vi y apenas caminaba. Joe sigue siendo un maldito, pero me hacía reír. Y Nick, era muy diferente a aquel niño que cantaba por los campos y hacia una batería con las ollas de la cocina.

Pero en especial, vería a Kevin.

Al grado del tiempo, he notado que se ha puesto aun más guapo. Cuando lo veo en las revistas, y entendía por qué las fans se morían por él (y por sus hermanos, claro está).

Mamá y yo fuimos a comprar algo de ropa porque queríamos estar presentables cuando llegaran nuestros invitados. Aunque no cambió mucho la ropa que escogí. Como siempre eran mis Levi’s, camisas a cuadros y botas o Converse.

            -¿Por qué no compras vestidos hijita? – Decía mamá mostrándome un vestido floreado – este es muy lindo.

            -¡Claro que no mamá! No va con mi estilo. – y era verdad, decía que una mujer como yo no podría montar a caballo con vestidos a la rodilla y zapatillas.

Tampoco quería verse como la supuesta novia que tenía Kevin. Una mujer que se la pasaba enseñando las piernas con esas diminutas faldas y tacones con los que yo  jamás caminaría.

Si claro. Kev tenía que encontrar a alguien con quien estar, pero estaba convencida que con una tipa así jamás duraría tanto tiempo.

            -Solo es pasajero – se decía en sus adentros, cada vez que veía fotos de los “paparazzi”. Inclusive le daba risa ver que él andaba con una mujer así.

Wyckoff, New Jersey

Casa Russo

Elizabeth "Lizzie" Russo

            -¿CÓMO ES POSIBLE QUE SE LARGUE ASI POR QUE SI? – gritaba la indefensa, mojigata, tranquila (nótese el sarcasmo) de Elizabeth Russo.

Claro, toda aquella facha de “no rompo un plato” era más que falsa.

            -¿Qué tiene que se vaya a Texas? Solo ira unos días. Además, solo ira a visitar a unos amigos de sus padres ¿acaso tiene algo de malo? – Eleonor Russo, su madre trataba de tranquilizarla, pero parecía que sería imposible.

            -¿ALGO DE MALO? Allá vive “su primer amor”. Una mocosa estúpida e insignificante criada de campo. Ha de ser una de esas trepadoras y no quiero que MI Kevin caiga en sus juegos.

            -Pero si es “insignificante” como dices tú ¿De qué te preocupas? ¿La vez como competencia?

Eso basto para que Elizabeth se pusiera digna y aun más molesta de lo que estaba. Claro que no la veía como competencia, pero tampoco quería arriesgar su futuro. S

Se encerró en su habitación y comenzó a caminar como león enjaulado y comenzó a hablar sola para convencerse.

            -¡Claro que no la veo como competencia! Ella es tan… vulgar y venia de un rancho asqueroso rodeado de estiércol. En cambio yo, soy una chica de alta sociedad, que viste bien, y que pronto será la Sra. Elizabeth Jonas. – Se puso frente al espejo - ¡Imagínate Lizzie! Tú siendo la envidia de todas las estúpidas fans del grupo, mezclándome hasta con el mismo presidente de los Estados Unidos.

En ese instante, ella recibe un mensaje de texto.

De: Kevin

Hola amor. Ya estoy  a punto de subir al avión. Prometo llamar y cuando regrese, recompensarte por ser la mejor. Te amo.

Ella simplemente miró la pantalla y sonrió de manera sombría.

            -¡Claro mi Kevin! Te tengo comiendo de la palma de mi mano. Y así te mantendré hasta que lleve tu apellido y en poder todos tus millones.

Al parecer, Lizzie Russo no es como Kevin cree. Alerta de zorra malnacida.

Horas después

Cameron, Texas.

(KEVIN)

Y en avioneta llegamos a Cameron Municipal Airpark que estaba muy cerca de Montgomery Farm.

            -¡OH MY GOD! – decía Joe con mucha emoción (mucha más de lo normal).

            -¡Cállate Joseph! ¡Estás muy insoportable! – decía Frankie sobándose las sienes.

            -¡Tranquilos mis hijos!  

 

En ese momento, ya en pista, estaba una camioneta con el logo de “Montgomery Farm” en las puertas. Claro que pude reconocer quien era el que venía por nosotros. Era el mismísimo John Stamper, el capataz del rancho.

            -¡Bienvenidos a casa! – dijo con acento peculiar. Papá y mamá claro que lo saludaron de manera afectuosa, ya que le tenían mucho estima.

            -¿Estos son tus hijos Paul? – preguntó  el vaquero. Mi padre asintió - ¡No lo puedo creer! ¡Están enormes! ¡Definitivamente el tiempo no pasa sin cobrar factura! Ellos crecen, mientras nosotros envejecemos.

-¡Pero seguimos siendo los mismos! – afirmó Nick golpeando levemente su hombro.

-Pues eso espero. Los jefes necesitan algo de alegría en el hogar. Desde que murió el Sr. William, el lugar ya no es el mismo. – esas palabras por alguna razón, me causaron escalofríos.

Subimos a la camioneta, y nos contó lo que ha pasado desde la muerte del tío Will.

            -Bill y Sam han tratado se sobrellevarlo al igual que la Sra. Emilia. Ella siempre procura estar en control frente a los trabajadores y a sus hijos. Lleva los negocios con la precisión que el mismísimo patrón lo haría. Es obvio que llora la muerte de su compañero, pero es muy cuidadosa.

            -¡No cabe duda que ha sido un golpe duro para todos! – exclamó Papá con una lagrima en sus ojos. Conoció a Will en un evento de nuestra iglesia cuando eran solteros. Así que ya se imaginaran cuanto le ha de afectar a mi padre.

            -¡Pero eso no es lo peor! – Siguió el capataz – la que no puede dejar de llorar por los campos montada a caballo es Diana – mi corazón sufrió de arritmia cuando escuché su nombre - ¡No, no, no! ¡Pobre niña! Ya no es la misma. Ella es la que más ha sufre la muerte del patrón.

>>Cuando llega de la escuela y termina sus tareas, va al despacho y se pone a ver los pendientes de la granja como su padre lo hacía. Después, se va a los establos para aprender sobre animales, ya saben que ella quiere desde que era una niñita, siempre ha querido ser veterinaria. Después  sale hacia las caballerizas, y se va hasta el estanque donde pasa horas llorando. No quiere que su madre la vea llorar y mucho menos que se entere. Los que la hemos visto llorar, hemos jurado no decirle nada a la Sra. Emilia o si no, se preocupará. Y lo peor de todo, es que ya no quiere ir a la universidad, con tal de quedarse en el rancho administrándolo con tal de que su madre no se quede sola. Se han peleado millones de veces por este tema.

Me sentí horrible al pensar de como la estaría pasando. Todos los tripulantes guardamos silencio al saber todo esto. Incluso Frankie que no la conocía mucho que digamos, pero por medio de nuestras historias y de fotos, le ha tomado mucho cariño.

            -¡Ella no dejara su sueño!– dijo Joe tratando de aliviar la tensión – Diana se alegrará de tenernos. En mi caso, procuraré hacerle recordar que aún queda mucho por vivir y que tiene seguir con la aspiración de ir a la universidad. Eso se los puedo jurar.

            -¡Pues espero que puedas hacerla entrar en razón! – Respondió John – Bill está en la universidad y también trata de convencerla, pero creo que tú como su compañero de travesuras de la infancia, podrás hacer algo al respecto.

Claro, aquí es donde siento algo de molestia. Sabía que el amor entre Joe y Diana era de “los mejores amigos de travesuras de todo el mundo” pero sabe, es que yo jamás me uní a ellos.

“Montgomery Farm” fue lo que leí cuando Stamper dio vuelta. Me recordaba cuando llegamos aquí la primera vez. Era como una especie de retrospectiva.

Y cuando estuvimos ante la casa, me sentí extraño, pero a la vez, muy feliz. Efectivamente, estaba en casa.

(DIANA)

            -¡Han llegado! – no paraba de decir Sam

Si de por sí, estaba nerviosa, ahora todo esto empeoraba. Tenía que mantener el control por que no quería que vieran que me moría por verlos, pero era obvio esto era lo que sentía.

Todo estaba listo. Mamá caminó hacia la puerta del brazo de Sam (Recuerden que Bill está en la universidad, pero va a venir un poco más tarde para pasar el fin de semana), mientras yo iba detrás de ellos buscando esconder los sentimientos.

La camioneta que John se había llevado estaba aquí frente al porche de la casa.

Mi corazón se aceleró cuando vi que la puerta del copiloto se abrió. ¡Era el tío Paul! Rápidamente, el hombre nos miró y nos saludo con la mano.

            -¡Hola! – con un sonrisa en el rostro. Respondimos claro está. Vimos que sin dudarlo, abrió la puerta trasera de donde fue bajando tía Denise y un niño de 8 años aproximadamente.

            -¡Bienvenidos a casa! – mamá alzó los brazos para recibir a mis tíos. Ellos la abrazaron por turnos.

(KEVIN)

Vi a Tía Emilia que salió del brazo de un joven, ese debía ser Samuel. ¡Como ha crecido!

Mamá y papá a lado de Frankie, fueron los primeros en bajar de la camioneta con el fin de saludar a la anfitriona.

            -¡Ahí esta!  - gritó Joe bajándose rápidamente de la camioneta. Lo seguí con la mirada, pero cuando me di cuenta, ya estaba abrazando a alguien que no era precisamente la tía Emilia. Era alguien que estaba detrás de ellos. Alguien con el cabello largo a media espalda que escondía el rostro hundiéndolo en el hombro de Joe por que el tipo este la alzó del suelo, haciendo que ella doblara las rodillas para atrás.

(DIANA)

            -¡AHÍ ESTAS! – fue lo que gritó un hombre de tez morena clara y cabello negro que no dudo en abrazarme y alzarme del suelo. Claro, ¿Quién mas podría abrazarme así más que Joe?

            -¡JOE! – grité cuando ya estaba estrujándome. Me dejó en el suelo, pero no lo soltaba, porque me sentía bien. Había llegado mi compañero de travesuras, mi confidente, el niño que siempre procuró hacerme reír.

Alcé la mirada y me encontré con sus risueños ojos. No cavia duda, era él. Era Joe Jonas - ¡Bienvenido a casa!

            --¡No lo puedo creer! ¡Estás enorme! – me tomó de las manos.

(KEVIN)

Bajamos de la camioneta, pero yo no despegaba la mirada a Joe y a la chica que con cuidado puso en el suelo. Nos daba la espalda.

            -¡Bienvenido a casa! – dijo la chica.

            --¡No lo puedo creer! ¡Estas enorme! – gritó Joe sin parar de sonreír.

            -¿Es ella? ¡No lo puedo creer! – dijo Nick sorprendido, pero después se alejó de mi y corrió a abrazar a tía Emilia. Yo lo seguí, pero despacio.

Y en ese instante, cuando llegué hacia donde estaban todos, pude ver a los ojos a aquella chica. Era ella, era Diana. Abrazaba a mamá con cariño, ya había saludado a papá.

            -¡Estas hermosa! – exclamó mi madre feliz de verla.

            -¡Y usted no cambia para nada! ¡Igual de joven y bella tía! – y me mostro una blanca y preciosa sonrisa. Una que no recordaba, porque era muy diferente a como la de aquella niña con la que crecí.

Nick se abrazó con Sam que tenían mucho sin verse. Frankie no soltaba a Diana para cuando me puse frente a ella.

(DIANA)

            -¡Tenía mucho que no te veía! – me decía Frankie mientras me abrazaba.

            -Lo sé. ¡Estás más guapo de lo que recuerdo! – y alguien carraspeó. Lo volteó a ver, y casi mi voy de espaldas.

            -¡Hola Diana! – me dijo tartamudeando. Lo miré fijamente. Su cabello rizado y color castaño hacían contraste con su tez blanca y sus ojos verdes color olivo.

Y sin decir nada, por impulso, me abalancé para poder tomarlo entre mis brazos.

            -¡KEVIN! – y me alzó del suelo. Era mucho más fuerte de lo que podía recordar. Me sentía segura entre sus brazos que inexplicablemente me hiso sentir única y especial en este preciso momento.

            -¡Que linda bienvenida! – me dijo al oído, haciéndome estremecer, y poniendo en estado de “me quiero desmayar”. Claro que mantuve la cordura, pero cuando finalmente me puso en el suelo y me dediqué a mirar sus bellos ojos una vez más, casi me voy para atrás.

Hasta aquí chicas. Están de acuerdo que la visita de la familia Jonas causara mucho de qué hablar. Ya que el que Kevin tenga novia, tendrá consecuencias. ¿Quieres saber que pasará? Tendrás que esperar el próximo capítulo para averiguarlo, porque créanme, lo que viene, es aun peor de lo imaginado.

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COLLEGE - de Lolis Lara (Twitter)

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UN BESO A TOD@S.

GRACIAS TRIPULACIÓN. TODAS SOMOS #ARENITACREW

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[1] Termino afectuoso mexicano parar “Mi Hija”.