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Los Jonas viven dentro de ti.

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viernes, 3 de febrero de 2012

Love You Out Loud (Cap 2)

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Una frase muy común… “El primer amor, jamás se olvida” ¿Crees en ella? Porque puede tener mucho más que un simple significado.

The First
Verano 1999

Dos niños corrían sin camisa, eran casi de la misma edad, aunque el rubio era más grande un año que el otro niño de cabello castaño.
            -¡Te ganaré Nick!
            -¡Jamás pasará eso Sam!
Y entraron a la casa con tremendo alboroto.

            -¡Niños! ¡Tranquilos! - decía Emilia reprendiéndolos, pero de manera dulce.
En ese momento, Denise llega a la casa.
            -¡Perdón Emilia! Tenía que arreglar estos papeles.
            -¡No te preocupes Den! Estos traviesos andan corriendo por toda la casa, pero nada serio.
            -¿Y los demás?

Del otro lado de la granja o rancho. 

            - ¡Yo si lo haré! - decía el valiente Joe con una sonrisa de autosuficiencia.
            -¡Yo sigo detrás de ti Joe! – decía la audaz y traviesa Diana. Siempre este par se metían en problemas, pero siempre se divertían y hacían reír a Kevin y a Bill que esta vez se habían ido a cabalgar.

            -Solo saltaremos hacia el estanque para saber quién es el mejor dando clavados - Joe ya estaba quitándose la camisa para poderse aventar de la roca que hacía que hubiera una altura perfecta para hacer un concurso de clavados.
            -¡Hay que ser cuidadosos! - decía Diana mirando con cierta desconfianza el estanque.
El primero que se lanzaría, claro esta era Joe, porque quería demostrar que era el más valiente.

            -¡Me calificaras con un 10 cuando vean que clavado tan genial haré!
            -¡Cállate Joe! ¡Yo soy la juez! - Di reclamó.
Al momento que este se lanzó.
            -¡Es 8!
            -¿8? - Sacó la cabeza Joe molesto, salió del agua y caminó hacia ella - ¿Qué te pasa Di? ¡Sabes que no es 8! Me tienes envidia de que yo si puedo hacer clavados geniales, mientras tú solo saltas sin nada de chiste.
            -¡Claro que no! ¡Sabes perfectamente que soy mejor que tú!
            -Pues tendrás que demostrarlo porque no te creo nada.
            -¿Me estás diciendo mentirosa? – puso las manos en su cintura.

No dejo que Joe respondiera ya que iba subiendo a la roca para poderse preparar.

Mientras tanto, Bill y Kevin iban llegando montados en su respectivo caballo, aunque todavía tenían que atravesar unos metros más para llegar donde sus hermanos menores.
           
            -¿Ahora qué crees que estén haciendo? – le dijo Bill curioso.
            -No lo sé, pero no me gusta que Di y Joe estén solos. Hacen muchas travesuras.
            -¡Por favor Kev! Tú y yo siempre hicimos travesuras ¿Qué tiene de malo? – Kev guardó silencio, alzó la ceja y lo miró de manera irónica - ¡Ok! Ellos son peor de traviesos que nosotros.
            -¡Mucho más! ¿Recuerdas el sapo? – recordó traumáticamente.
            -¡Como olvidarlo! Aunque debo de admitir que el sapo en la tina te hiso gritar como toda una niña – Bill comenzó a reírse. Su acompañante se acercó con el caballo y le propició un buen golpe en la cabeza, haciendo que en automático, se sobara. 

Diana estaba en la cima de aquella roca.

            -¿Va a saltar? – dijo Kevin algo preocupado.
            -Si, pero no te preocupes, ella sabe nadar muy bien.

Diana saltó, pero no contaban que la niña antes de caer al agua daría un grito de dolor. Pasaron 5 segundos y ella no salía.

            -¿Diana? ¿Diana? – Gritaba Joe asustado - ¡AUXILIO! ¡AUXILIO! ¡DIANA ESTA HERIDA!

Kevin y Bill se miraron asustados para después hacer correr a los caballos y en menos de 10 segundos llegaran a la orilla del estanque.

            -¡DIOS MIO! – gritó Bill al notar que el agua tenia pigmento rojo; era sangre, haciendo que se quedara inmóvil por 2 segundos.

Sin quitarse los tenis, Kevin sin pensarlo saltó al agua en su búsqueda. Había plantas marina que no le permitían el nado libre, así que nado por encima hasta que llegó a donde se supone que ella había saltado.
Se sumergió y ahí la vio inconsciente, y efectivamente tenia pigmento rojo a su alrededor. De su brazo derecho y su pie provenía la sangre.

La tomó en brazos y subió rápidamente a la superficie acercándose a la orilla.

            -¿Está bien? ¡Mira, está sangrando! – Joe lloraba mucho, mientras Bill no sabía qué hacer.
            -¡DESPIERTA IMBECIL! – le gritó Kevin, y si, funcionó. Bill se quitó su sweater y lo puso alrededor de su hermana.

Y ahora en caballo, los 4 niños se dirigían a la casa.

            -¡AYUDA! ¡AYUDA! – los adultos que estaban en casa salieron al escuchar los gritos desesperados de los 3 niños.
            -¿Qué pasa? – salió Dina hacia donde ellos, pero ya no hubo necesidad de preguntar por qué vio el motivo de sus gritos.
            -¡MI HIJA! – Gritó Emilia al borde del colapso - ¡LLAMEN AL DR LEWIS, RAPIDO! – le gritó a uno de los empleados.

Se acercó a Kevin que era el que llevaba a Diana. Este se la dio con sumo cuidado, Denise ayudó a bajar a Joe y lo abrazó buscando alguna herida o algo así.

Toda la casa Montgomery se movilizó de manera impresionante. Tanto fue que en menos de 10 minutos, llego William de las hortalizas, Paul estaba trabajando pero también se enteró y dijo que iría lo más pronto que pudiera.

El Dr. Lewis llegó pronto y se metió a la habitación de Diana junto a varias empleadas y sus padres, mientras tanto, afuera todos estaban a la expectativa.

El pobre Joe estaba muy asustado y no dejaba de repetirse que había sido su culpa.
            -¡Ya hijo! ¡No busques culpables! – le decía Denise acariciando el cabello al pobre que no dejaba de lagrimear.
            -¡Es que yo la reté mami! ¡A mí no me pasó nada y a ella sí! ¡No es justo!

Nick y Sam estaban a lado de Joe y lo abrazaban para que se sintiera mejor.

Kevin, ya seco estaba también sentado esperando noticias.
            -¡Gracias viejo! Hiciste lo que a mí me correspondía.
            -¡Tranquilo Bill! Solo te paralizaste y creo que es normal.
            -¿Normal? ¡Tú reaccionaste al momento!
            -¿Puedes cerrar la boca? – Lo miró desesperado – Lo importante es que Diana ya está siendo atendida, y es lo único que nos debe de interesar.
 
En ese momento, se abrieron las puertas de la habitación, todos los que esperaban se pusieron de pie, pero en primera fila fue Joe que estaba muy asustado.

            -¡Diana está bien chicos! Solo fueron heridas y golpes leves, no pasa nada. – anunció el Dr. Lewis con una sonrisa.
Todo el mundo suspiro de alivio. Rápidamente Joe se internó en la habitación, donde Diana ya hacía en la cama tapada con frazadas.

            -¡De verdad tíos! Lo siento mucho, yo tuve la culpa de que Di este así.
            -¡Joe, mi travieso amigo! – William caminó hacia él y se puso en cuclillas - ¡Fue un accidente! Y no dudaremos en que Di y tú serán más cuidadosos de ahora en adelante, pero como hombre y como su mejor amigo, tendrás que cuidarla, ese es tu trabajo ¿hecho? – sonrió.
            -¡Se lo prometo tío Will! ¡De ahora en adelante, la cuidaré con mi vida! – Denise entró a la habitación y sonrió orgullosa del compromiso que su hijo estaba haciendo.

Diana seguía inconsciente pero por el calmante que le había inyectado Lewis. Sam y Nick se pusieron a lado de ella, mirando y tomándola de la mano con en señal de que estaban con ella. En cambio Bill y Kevin se quedaron en la puerta mirando a todos los que rodeaban a la niña que ya hacia dormida.

            -Te juro que jamás volveré a descuidarla – dijo de la nada Bill a su mejor amigo – Ella es la única hermana (mujer) que tengo, y creo que Sam y yo debemos protegerla.
            -¡Te entiendo Bill! – Le puso la mano sobre su hombro – Yo también me comprometo a cuidarla, ella es la única niña que rodea a toda esta bola de hombres sin cerebro. Ella es nuestra nena que debemos cuidar.

Días después.

Era normal que Diana tuviera temperatura, pero poco a poco iba saliendo del tremendo catarro que había pescado.
A pesar de la enfermedad, Di estaba muy activa y comía bien dentro de lo que cabe. Pero el que se había tomado muy enserio el papel de “enfermero” era Kevin que la procuraba todo el día.

Emilia ya lo había encontrado en la habitación de Di se había quedado dormido ahí durante toda la noche, y a decir verdad, no le molestaba en lo más mínimo, ya que a él le debía la vida entera.

Joe se la pasaba todo el día con ella (con cubre boca). Leían libros, contaban chistes y planeaban nuevas travesuras.

Nick había dibujado una casita en una hoja con sus crayolas y la pegó en la puerta para que Di la pudiera admirar, mientras Sam todos los días que ella estuvo en cama, le llevaba una margarita que traviesamente cortaba del jardín de su madre. Claro está, Nick era su socio que también le ayudaba a cortarlas.

Ya sana, al cabo de la semana, Diana salió a la terraza y admiró aquellos campos que tanto adoraba. El aire fresco y el Sol del medio día hacían que el ambiente fuera agradable.

            -¿Qué haces aquí? – reprendió Dina al verla fuera de la casa.
            -Necesitaba aire puro. Ya me harte de estar todo el día en la cama, sabiendo que ya estoy mucho mejor.
            -Pero no debes de estar aquí sola. Tus padres fuero a arreglar unos asuntos al centro y tus hermanos están en el jardín delantero arreglando las bicicletas.

En ese instante, apareció Kevin con la cara llena de suciedad y aceite, haciendo que Diana se partiera de risa.

            -¿Qué haces fuera de tu cuarto? – la reprendió en tono severo.
            -Te recuerdo que no eres mi padre – le dijo alzando la ceja.
            -Di, debes guardar reposo.
            -¡Ya me harte Kevin! Necesito algo más que solo en un cuarto.


Kev entendió muy bien el mensaje, así que decidió no presionarla más. Ella se sentó en una de las sillas mirando hacia los pastizales.
            -Les traeré jugo de naranja y galletas. – exclamó Dina y los dejo ahí. Kev se sentó en otra silla, a lado de ella.

Se quedaron unos instantes así, en silencio, mientras el aire cantaba ante su ellos; era agradable para ambos, ya que gozaban escuchar el canto del viento.

            -¡Gracias Kevin! – interrumpió.
            -¿Por qué? ¿Por comportarme como tu padre? – dijo irónico.
            -No, por salvarme la vida. – ella lo miró detenidamente, haciendo que los pequeños se miraran a los ojos.

Él se sentía intimidado por los bellos ojos de Di, que semejaban a dos nueces, pero brillaban con aquella inocencia de una niña de 9 años.
Kevin con 12 años se sentía intimidado por la mirada de aquella chiquilla traviesa y vaga, pero a la vez tenía una sensación increíble de paz al verla a los ojos.

            -Alguien tenía que hacer algo. No tienes porque agradecérmelo.
            -¡Claro que sí! Por si no recuerdas… – le mostró la herida que tenía en su hombro, era una profunda cortada que amenazaba con cicatrizar pero quedaría visible de por vida - ¡gracias a esto no podía nadar! Y gracias a ti, no me ahogué y puedo dar el lujo de estar aquí planeando mis próximas travesuras y aventuras.
            -¡Te pido que sean lejos del estanque! O de aquella roca que te hiso eso. – le dijo Kev recordando con dolor aquella escena cuando la sacó del agua repleta de sangre.
            -No, tal vez solo sea poner sapos en las bañeras – dijo ella de manera vaga, haciendo que poco a poco les fuera ganando la risa.

Durante un buen rato, con jugo de naranja y galletas de chispas de chocolate, se la pasaron platicando. Él recordando las aventuras que paso en Dallas cuando era más niño, las travesuras que claro Joe comenzó a haces desde que tenía pañales y que ya había comenzado a tocar guitarra desde hace un año.

            -Fue durante esos días que estuviste enfermo y que agarraste el curso de guitarra del tío Paul, ¿No es así? Sí, mi tía Den le contó a mamá eso. Tendrás que enseñarme a tocar guitarra.
            -Cuenta con ello – le dijo Kev haciendo que Di le regalara la mejor de las sonrisa.

Este había hablado con su padre de “hombre a hombre” preguntando qué se sentía estar enamorado. Paul le dijo.
 
            -Todo el día estas pensando en ella, sientes una sensación extraña pero genial cuando ella se acerca o te toca. Y cuando la ves a los ojos, el mundo deja de existir y solo son tú y ella.

En esos días que Kev y Di habían convivido más que nunca, era lo que sentía. Pero también se decía a sí mismo.
            -¡Habiendo muchas chicas de mi edad, me gusta una niña de 9 años que podría ser mi hermana!

Además, decía que Diana y él podrían ser solo amigos, en primera porque era hermana de su mejor amigo y habían crecido juntos como si fueran primos. Inclusive, ella lo presentaba ante sus amigos del colegio como “su primo”. Así que solo podía existir una sana amistad.

Un día de esos…

            -¿Hablas en serio? – preguntaba Emilia a Paul. Los adultos tenían una plática seria ya cuando todos los niños se habían ido a dormir.
            -Si, así es. Mi madre me acaba de notificar que en New Jersey necesitan mis servicios. Me ofrecen buena paga, escuela para mis hijos, casa…
            -¡Vaya! Por fin se dieron cuenta que jamás debieron dejarte ir. – dijo William orgulloso de su mejor amigo.
            -Entonces, tendrán que mudarse a NJ. Bueno, es para mejorar.
            -Así es Emi, pero sabes que siempre podrán visitarnos cuantas veces quieran – le dijo Denise sin soltar a su esposo.
            -Eso lo sé más que nadie. Pero lo que me preocupa, es ¿Cómo lo tomaran los niños? – esa fue la gran interrogante de parte de cada pareja.

Habían crecido 5 años juntos, esto sería un grave cambio para todos.
 _____________________________________________________
            -¿Qué? – fue reacción de los 3 hijos de Paul y Denise cuando les dieron la noticia.
            -¡Estaremos cerca de sus abuelos! ¿No les da gusto?
            -¿Pero y nuestros amigos? – El primero en quejarse fue Nick - ¡Yo no me quiero ir!
            -¡Yo tampoco! – pataleo Joe molesto. Mientras Kev guardaba silencio.
            -Entiendan mis hijos, tendremos una mejor vida. Aun mejor de la que tenemos.
            -¡Sin caballos, sin campos libres donde correr! – objetó Joe.
            -Tendremos una casa con amplio jardín – añadió Denise al notar el tenso ambiente.
            -¡No será lo mismo! ¡NO ME QUIERO IR! – gritó Nick y corrió llorando a su habitación seguido por Joe que también estaba a punto de llorar.

Los dos padres se miraron mutuamente, mientras Kev se ponía de pie.
            -Supongo que opinas lo mismo que tus hermanos – dijo Paul.
            -¿Cuándo tendremos que regresar a NJ? – preguntó tratando de no perder el control.
            -Dentro de unos días. Tenemos tiempo para empacar. – respondió su padre.
Su hijo mayor asintió con la cabeza y se fue a su habitación procurando no mostrar alguna emoción en su rostro.

Pero al llegar a su cuarto, cerró la puerta y se tendió en su cama a llorar como nunca. ¡Claro! Tampoco se quería ir.

Los días pasaron. Los niños Montgomery supieron de la mala noticia, y claro también estaban tristes porque sus mejores amigos se irían lejos de ellos.

Diana estaba en su habitación admirando el regalo que alguna vez Kev le dio cuando se enfermó. Era un collar hecho con puras conchas que le había comprado en la plaza y que ella no pudo ir por lo mismo.

            -¡Di! ¡Ha llegado la hora! – llegó Bill y le dijo en tono serio.

Diana caminó hasta la puerta de entrada, donde ya estaban los Jonas despidiéndose de sus padres. La camioneta ya llevaba enganchada la vagoneta con todas sus cosas, como la primera vez que llegaron a Cameron para quedarse un buen tiempo. 5 años para ser exactos.

En cuando Bill, Sam y ella se unieron, Joe corrió a abrazar a Di con mucha tristeza.
            -No sabes cuánto me harás falta – le dijo ella - ¿Ahora con quien haré las travesuras?
            -¡Vamos a escribirnos! Eso que no quede duda alguna, y nos contaremos todos ¿verdad?
            -¡Claro que sí! – los dos amigos se dieron otro abrazo.
El siguiente fue Nick que la abrazó.
            -Tu debes de ser el mejor baterista de la vida – le dijo, agachándose un poco ya que Nick estaba un poco más pequeño que ella.
            -Cuando saque un disco, serás la primera en tener una copia – y le dio un beso en la mejilla. Después, este se fue con Sam para poderse intercambiar unos juguetes para que algo significativo los uniera.

Al final, Kev y Di quedaron frente a frente. Parecían que no querían abrazarse, pero a decir verdad, ambos se morían por hacerlo.

            -Quiero darte algo, para que no me olvides.
            -¿Cómo crees que podría olvidar al niño que me salvo la vida? – pero no continuó por que Kev le estaba dando algo que ella jamás creyó – No… ¿Tu guitarra? ¿Por qué?
            -Por qué es un objeto que quiero mucho y sé que la cuidaras bien. Además, es un recordatorio para que cuando la veas, recuerdes que te llevo en mi mente y en mi corazón.

Estaba a punto de llorar. Simplemente, Di tomó la guitarra entre sus manos. Era la guitarra que tanto le gustaba que Kevin tocara. Podría estar las horas y ella no se cansaba de escucharlo, decía que se parecía a Carlos Santana. Ahora él se la entregaba como símbolo de que la quería, y mucho.

Dejó la guitarra recargada a la pared, y lo jaló al interior de la casa.
            -¡Ahorita se los traigo! – gritó sin dejar de correr. Ninguno de los que se quedaron vieron algo de malo en esa acción, así que siguieron con las despedidas.

Lo llevó hasta el jardín trasero, en la terraza para ser precisos.

            -¿Qué pasa? – le preguntó Kevin algo agitado. Ambos tomaron respiración, y Diana se puso frente a él.
            -¿Alguna vez has besado a alguien en la boca? – directamente, haciendo que se pusiera rojo como un jitomate.
            -¿Por qué me preguntas eso? – dijo.
            -¡Quiero saberlo!
            -No. – dijo con algo de vergüenza. De hecho, se sentía avergonzado por que jamás había dado un beso en la vida, siendo que tuvo varias oportunidades con diferentes niñas de la escuela, pero no se sentía motivado al momento de estar frente a ellas.

            -Ni yo tampoco, así que ya somos dos. Mira, quiero que mi primer beso sea contigo – el corazón de Kev se aceleró a mil.
            -¿Qué? ¿Por qué?
            -Por qué tú me inspiras confianza y te quiero mucho, además, estoy a punto de cumplir 10 años, así que quiero que me des un beso.

Era una petición demasiado “aventada” de parte de Diana, pero era verdad, quería saber qué era eso del “primer beso” ya decir verdad, ella no tenía mejor candidato que él.

            -Pero ¡Eres la hermana de mi mejor amigo! ¡Me matará!
            -¡Me importa un bledo Paul Kevin Jonas II! ¡Te pido que me beses antes de que me dejes y conozcas a otras tipas que te besaran! – ella cerró los ojos esperando su respuesta.

Kevin no sabía qué hacer, y a decir verdad, era lo que más quería. Quería besarla, pero no sabía cómo.
Así que trato de imitar a las películas que había visto hace unos días. Le tomó el rostro. Su piel suave e infantil ardía por el rubor que estaba a flor de piel, ella temblaba, pero estaba segura de lo que estaba haciendo.
Kev acarició su mejilla, se acercó a ella y agachándose un poco quedo justo frente a sus vírgenes labios. Así que sin decir ni una palabra y temblando como idiota, chocó sus labios con los de ella, quedándose así. Claro, un par de niños inexpertos, pero fue un momento único y perfecto. Unos choces suaves por parte de ambos, ella alzó sus brazos para acariciarle los rizos, poniéndose de puntillas para alcanzarlo, mientras las manos de Kev se fueron a su cintura, atrayéndola a él de manera inocente. Los dos niños ahora exploraban algo desconocido para ellos, pero para ser honestos, ambos parecían disfrutar lo que hacían.

Se separaron un poco, pero no se soltaron. Sus frentes estaban unidas y sus pequeñas narices juntas haciendo que el momento fuera lindo.
           
            -¡Justo como me lo imaginé! – dijo Kevin sonriendo.
            -Algún día nos volveremos a encontrar ¿verdad? – Di lo miró a los ojos.
            -¡Te lo juro! – y se dieron otro pequeño beso porque en ese instante, el claxon de la camioneta sonó apuntándolos.

Salieron corriendo tomados de las manos, ya los Jonas estaban arriba del carro. Kevin no quería soltarla para nada, pero tuvo que hacerlo para subir. Después, se asomó por la ventanilla y la volvió a tomar de la mano.

            -¡Buen viaje! – deseó Emilia sin dejar de abrazar a su esposo, pero notó aquel comportamiento de su hija.
Todos los de la familia Montgomery estaban en fila cuando Paul encendió el coche.

            -¡Los quiero! – decía Diana sin soltar a Kev.
            -¡Y nosotros a ti! – y sorpresivamente, el niño le dio un beso en los nudillos y la soltó para evitar que su padre la jalara cuando pusiera en marcha el auto.
Emi rápidamente tomó a su hija, Paul comenzó a avanzar. La niña estaba con el corazón destrozado, más el adolescente que no se quería ir. Las lágrimas comenzaron a aflorar mientras el auto avanzaba alejándose poco a poco del que fue hogar de los Jonas por 5 años.

La niña se soltó de su madre al ver que el auto estaba a punto de salir por la puerta que daba al camino, y corrió intentando alcanzar el auto, sus hermanos la siguieron.

            -¡Creo que de verdad nos van a extrañar! – Paul miró por el retrovisor, haciendo que todos los tripulantes restantes miraran hacia atrás y vieran que los niños corrían detrás de ellos.
Kevin se sentía morir al ver que la niña le había robado el corazón corría detrás del auto que lo llevaría lejos de ella.

Y cuando llegaron a donde Paul dio vuelta, ella disminuyo la velocidad, pero se alcanzó el grito de Di que decía…
            -¡No me olvides nunca!

El auto desapareció de su vista y Diana seguía llorando al ver que ya no veía aquellos ojos verdes que siempre adoro ver.

Y tomando el collar de caracoles entre sus manos exclamó:
            -Nos volveremos a ver.

Pasaron unas cuantas horas y Kevin despertó de un sueño. Hicieron una escala en alguna gasolinera y bajó para estirar las piernas, mientras sus hermanos menores seguían dormidos en el asiento trasero.

Caminó un poco y se llevó las manos a los bolsillos para buscar un chicle, cuando de repente, sintió que aparte del paquete, traía otra cosa.
Sacó el contenido, y vio que era una pulsera. Pero no era cualquiera; era la cargaba siempre Diana, decía que era su amuleto de buena suerte. Ella se lo había echado al bolsillo con el fin que se lo pusiera y que cada vez que la viera, la recordara.

En automático, se la puso en la muñeca izquierda y la apretó con fuerza para evitar perderla. Después se llevó la mano al corazón y dijo en voz baja.
            -Nos volveremos a ver Di. ¡Cumpliré mi promesa!

Al paso de los años.

Una banda de Wyckoff, New Jersey empieza con gran fuerza ante el público adolescente.

3 chicos, 3 hermanos que se han robado el corazón de miles de jovencitas alrededor del mundo.

¿Quién diría que estos hermanos llegarían a tanto?

Discos de oro, platino… reconocimiento, fans que los aman con toda locura que se hacen llamar “Jonatics”.

¡DAMAS Y CABALLEROS! ¡LES PRESENTO A THE JONAS BROTHERS!

Hasta aquí chicas… este el inicio de una nueva etapa para nuestros personajes. De aquí vendrán intrigas, dolor y mucho mas. Pero esto nos hace recordar que aquellas buenas historias siempre tienen algo que mostrarnos. No todo es “miel sobre hojuelas”. El sazón esta en ello.

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UN BESO A TOD@S.

GRACIAS TRIPULACIÓN. TODAS SOMOS #ARENITACREW


8 comentarios:

  1. ahh pero k bonito!! aunque k niños tan precoses jajaja pero ahh me encanta!! mi kev tan bonito como siempre!! pero ahh mis jonas se fueron dejando a sus amigos!! eso esta cero nice.. pero me encanta k los jonas sean famosos en esta historia tambien jaja ahh ya quiero leer mas!!! excelente inicio mariam.. ame el pueblito!! quiero vivir ahi!!

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  2. es increible lo lindo que escribes...
    me haces imaginarme viviendo el momento
    cada sentimiento... cada cosa que expresan estos chicos
    me ha encantado...

    mis mas cordiales saludos
    te quiero

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  3. oh me encata la novela ! Los niños tan tiernos y romanticos hehehe, lo emocionante ya cuando empiezan a ser famosos, quiero mas siguela pronto : D
    @AllForTheJonasB

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  4. Ahhhhh!!!!!! Que lindo CAP!!!! Lo ame...
    Aunque la verdad me dio mucha tristeza la despedida... Pobres niños!!
    Pero ya me di cuenta Diana se aprovecho de Kevin... Jajaja okno porque en realidad quien no quisiera que la besara Kev... Solo por eso la disculpo.
    Uy aparecieron THE JONAS BROTHERS!!! Baile de 5 segundos! Jajajajaja

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  5. SHIT SHIT SHIT, BAILE DE 29348493 SEGUNDOS (?)
    QUE HERMOSO LO DE 'NOS VOLVEREMOS A VER' AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH, MORÍ *.*
    OYE Kevin, yo tampoco he besado ¿quieres besarme igual? :3
    Vamos Mariam, sube prontoooooooooooooo, quiero leer más. :B

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  6. asdjafhhdals!!!!
    NO KEVIN, NO!!!
    que lindoo su primer beso :*
    como se re encontraran?? :O

    PD.casi me da un infarto por la cancion cuando abri la pagina xD

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  7. Que hermoso y triste capitulo me encanto!! que avetados los niñitos sobre todo Diana jaja okya muy bueno que pasara despues ¿? espero el proximo con ansias! saludos :D

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  8. HOLAA!!
    *_* *_* ¡AAAAAWW!! ¡OOMJJ! ¡Me...mataste con el final! *_* Qué preciosidad de capítulo, me ha re encantado :D. Dios parecía que yo era Diana, y Kevin era el que me estaba besando, es que escriben taan bien, que...me meto en la historia jeje. Espero que la puedas seguir pronto, me muero por saber que pasará en el siguiente capitulo :)
    BESOOOS ;)

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