:D

Los Jonas viven dentro de ti.

(en los comentarios, deja tu usuario de Twitter para agregarte y/o agradecerte personalmente tu comentario)

¿NO ESTAS EN EL GRUPO DE #ArenitaCrew EN FACEBOOK? ¿QUÉ ESPERAS?

Unete a la pagina en Facebook :D

lunes, 26 de marzo de 2012

Love You Out Loud (Cap 11)

Love You Out Loud (Cap 11)

(NOTA: En caso de no poder publicar comentario, déjalo en el Grupo de Facebook http://www.facebook.com/groups/266839543342349/ o manda un Reply a mi Twitter @PibeJBArenas13)

Recuerda comentar y dar RT ---> 

Todo tiene un principio y un fin. El silencio no esta exento de lo dicho.

Ha llegado la hora.

(KEVIN)

Estaba enfurecido cuando todo esto comenzó, pero en cuanto caí en que le estaba haciendo una escena frente a todo el staff (que nos miraba con cara de “WTF?” me sentí de lo peor.

            -¡No entiendo tu molestia Kevin! Phil se preocupó por mí, y me está procurando. Creo que tú más que nadie sabe que si te interesa alguien, te importa del todo. O sea, si se enferma, pues le llama para saber cómo sigue.
            -Mi pleito es que se me hace hipócrita que ahora si Nick y Joe se pongan de lado de ese tipo.
            -“Ese tipo” se llama Phil. Y te voy a decir algo. Tú dices que no es la gran cosa, pero en realidad lo es; pues es un chico increíble que le preocupa mi bienestar, y eso para mí vale oro. Y como te digo, ¿para qué te molestas? Preocúpate por tu novia, ¿Ya la llamaste?
            -NO ME CAMBIES LA CONVERSACIÓN MONTGOMERY – estallé.
            -Y TU NO ME ESTES GRITANDO JONAS. ¿PUES QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA LEVANTARME ASI EL TONO DE VOZ?
            -SOY TU AMIGO QUE SIMPLEMENTE NO QUIERE QUE TE ESTES FRECUENTANDO CON ESE TIPO ¿ME OYES? TE LO PROHIBO.

Y ahí fue donde la gota derramó el vaso.

(JOE)

Todo el mundo se quedó con la cara de ¿QUÉ? Diana estaba que no se la creía. Y claro, nosotros tampoco. ¿Le estaba prohibiendo la amistad de Phil por celos?

Mamá, papá, mi tía Emilia se quedaron helados al escuchar todo esto.

            -¡Acaba de firmar su sentencia de muerte! – dijo Sam asustando al ver que su hermana procuraba calmarse. La pobre no podía cerrar la boca de la impresión. Kev había llegado a un nivel del cual no había regreso.

            -¡Escúchame bien porque solo te lo voy a decir una sola vez! Ni mi padre me prohibía las cosas a pesar de ser absurdas, ni mucho menos hablar con las personas que no fueran de su agrado ¿Cómo pretendes que a ti te haga caso? – Respiró un poco, porque parecía que daría una estocada bastante dolorosa - ¿Sabes qué? Exclusivamente preocúpate por que la zorra de tu novia no te este engañando con otro y que mi vida sentimental te importe lo menos posible. Y que te quede claro, que a mí, nada ni nadie me va a impedir que le hable a quien a mí SE ME DÉ LA GANA. – jamás en la vida la había escuchado hablar así; fue demasiado directa y a la vez, muy hiriente porque (si, lo hiso) dijo que Elizabeth era una “ZORRA” con todas sus letras.
Kevin no sabía que contestar, pero si tenía muy presente que había arruinado absolutamente todo.
Cuando quiso remediar las cosas, Diana  se dio media vuelta y se fue caminando saliéndose del límite de seguridad.

(KEVIN)

¡No podía creer todo lo que me había dicho! Fue demasiado directa al decir que mi novia era una “zorra”. Cuando quise decir algo, ella ya estaba a las afueras del límite de seguridad.
            -¿Estás loco? – dijo Sam saliendo en su persecución.
Todos me señalaban con la mirada y más Joe.

            -¿Sabes lo que hiciste? ¿TIENES UNA PUTA IDEA DE LO QUE ACABAS DE HACER?
            -¡JOSEPH!  ¡No digas groserías!
            -NO ME IMPORTA MAMÁ. ¡TODO LO ARRUINÓ! ES UN ESTUPIDO. – y se fue muy enojado al camper, Nick lo acompañó, mientras los adultos no sabían qué hacer.
 
            -Emilia ¿Qué crees que vaya a hacer Diana después de este incidente?
            -¡No lo sé Den! Y eso me preocupa, por que cuando se enoja, no piensa las cosas. – ella estaba asustada por la reacción de su hija y no sabía qué hacer.

Aquí sigo pretendiendo pensar que como había sido posible que me comportara da esta manera. ¿Quién era yo para decirle a quien hablarle y a quién no? ¿QUIÉN SOY? ¿EN QUE ME HE CONVERTIDO?

(DIANA)

Esto había sido el colmo. Gracias a Dios me libré de seguridad y subí a un taxi en camino al hotel. Sam había ido en mi prosecución, pero en cuanto llegué a la calle, el taxista pasó y me llevó lejos de ahí.
Le pedí al señor que me llevara a la Trump y mientras iba manejando.
            -American Airlines ¡Buenas tardes!
            -Si señorita. Quisiera reservar un boleto de ida a Austin (Texas). El mejor disponible y el que salga dentro de 2 horas.

Llegue al hotel y comencé a sacar todas mis cosas y ponerlas de manera apilando en la maleta. Ahí mismo, venia algo que no he querido mostrarle a mamá, Sam o alguien de la familia Jonas. Mucho menos a Joe.

Este sobre, no era cualquiera. Era nada más y nada menos que de la Universidad de Texas diciendo que tenía la beca en la escuela para mi carrera. Lo recibí un día antes de venirnos a NY. Pero como no quería que los planes con mis amigos fueran arruinados por algo así, decidí que les daría la sorpresa a todos hoy en la cena. Pero ¿Qué creen? Había llegado la hora de volver a la realidad.

(JOE)

            -¿Dónde está Diana? – le preguntaba a Sam por teléfono.
            -No lo sé. Cuando estaba a punto de alcanzarla, se subió a un taxi con rumbo desconocido. 
            -¿QUÉ? ¿AHORA QUE VAMOS A HACER? ¿Y SI SE METE EN UN LÍO?
            -¡Tranquilo Joe! a lo mejor se fue a otro lado a caminar. Inclusive te puedo apostar que se fue al otro lado del parque.
            -¡CLARO QUE NO! YA NOS HUBIERAN AVISADO.  – tenía un mal presentimiento. Pero de verdad, UN MAL PRESENTIMIENTO.

Comencé a llamarla como idiota, pero estaba ocupado el teléfono.
            -¿Qué pasó? – preguntó Nick pálido.
            -¡NO LO SÉ! EL TELEFONO ESTA OCUPADO.

Y cuando por fin entró la llamada, colgó. Volví a llamar, pero directamente al “voice mail”.
            -¿ACASO ESTA LOCA? – grité desesperado.
            -¿Cómo no quieres que se ponga así? Kevin le reclamó enfrente de todos.

En ese momento, llegó Sam al camper.

            -¿Qué pasó? – preguntamos mi hermano y yo al unísono.
            -¡APAGÓ EL MALDITO TELEFONO! – gritó aun más molesto que yo.
            -¡BASTA SAMUEL! – gritó tía Emilia que iba entrando detrás de él acompañada de mamá y papá.

            -Tranquilos mis hijos. Ella estará bien – pretendió apaciguar papá.
            -¡Esto es el colmo! – Nick estaba también muy enojado - ¿Ves lo que causa tu hijo?
            -¡ES UN IDIOTA! ¿CÓMO SE PONE A HACERLE UNA ESCENA DE CELOS A DIANA? ¡ES UN ESTUPIDO!
            -¡Cállate Joe! – Tía suplico con rasgos de lágrimas en sus ojos – Tampoco Diana tuvo que haber reaccionado así.
            -AÚN ASI NO DEBE RECLAMARLE. PUES ¿QUIÉN SE CREE QUE ES?

            -¿Qué saben de Diana? – hablando del rey de Roma
            -¡Y EL ESTÚPIDO QUE SE ASOMA! – le grité furioso.
            -¡NIÑOS NO EMPIECEN! – gritó mamá.

Me le puse frente a frente. Kevin tenía los ojos rasgados con lágrimas, pero no me importaba. Él había causado todo esto.
            -¡OYEME BIEN! SI A DIANA LE PASA ALGO, TU SERÁS EL UNICO RESPONSABLE DE ESTO.
            -¿CREES QUE FUE DIVERTIDA NUESTRA PELEA? ME SIENTO FALTAL
            -¡QUE BUENO QUE TE SIENTAS ASI! ¿AHORA ENTIENDES? POR CULPA DE TUS ESTUPIDOS CELOS NO SABEMOS NADA DE ELLA. ¿PARA QUE DEMONIOS LE DECIAS ESAS COSAS? Y PEOR AUN, ENFRENTE DE TODO EL STAFF.
            -NO SON CELOS. SOLO QUIERO PROTEGERLA.
            -¡PUES QUE BUEN TRABAJO HICISTE! – Aplaudí con sarcasmo - ¡BRAVO KEVIN! ¡LA ACABAS DE CAGAR!
            -¡JOSEPH! – ahora gritaba papá.
            -¡ME VALE! ¿SABES QUE? SERÁ MEJOR QUE VAYAMOS A BUSCARLA. Y MAS TE VALE QUE ESTE BIEN, POR QUE SI NO, TENDRÁS QUE PRESENTARTE EN LOS CONCIERTOS CON UNA PATA ROTA. ¡NICK, SAM, VAMONOS!
Los tres nos salimos de ahí furiosos y le pedimos a Big Rob que nos proporcionara una de las camionetas.

Nos subimos en tiempo record y encendí el coche. Yo quería manejar.

            -Diana está loca ¿Cómo se le ocurre dejarnos así? – decía en voz baja, pero con la misma molestia o con un poco más.
            -¡Tranquilo Joe! – Decía Nick para después dirigirse a Sam – ¿Dónde crees que haya ido?
            -No lo sé. Es que si estuviéramos en Texas, se iría a la casa del árbol… - y me quedé pensando unos segundos. Ahí también capté la idea.
            -¡REGRESARÁ A TEXAS! – gritamos Sam y yo al mismo tiempo.

Y después de unas cuantas muy claras multas de tránsito que nos llegarían después, llegamos al hotel…
Subimos como locos la escalera de servicio hasta llegar a nuestro piso. Abrimos la puerta, era claro que no había nadie ahí. Directamente los tres nos fuimos a donde era su habitación y ¿Qué creen con lo que nos encontramos?
            -¡ESA MALDITA! – gritó Sam.
            -¡NO LO PUEDO CREER! – sorprendido Nicholas.
            -¡DIOS MIO! ¡SE LARGÓ! – efectivamente. Diana se había ido de ahí. No estaba su crema, su perfume favorito que yo mismo le regalé en el tocador, su guitarra ni su ropa en el armario ni en los cajones. Tampoco la laptop ni sus  botas en el suelo. Todo estaba bien recogido. Se había llevado todas sus pertenencias.

Buscamos haber si no había dejado una nota o algo así. Registramos todas nuestras habitaciones, pero nada.
Cuando llegué a mi cuarto decidió a tirarme a llorar de coraje, abrí el cajón para tomarme una de las vitaminas, y ahí vio un sobre con el membrete de hotel y tenía mi nombre. (Utilizó la papelería del hotel para escribirme).

Escuché que mis padres ya habían llegado a lado de tía Emilia.
            -¿Dónde está tu hermana? – Silencio por 5 segundos - ¡Samuel! ¿DÓNDE ESRA MI NIÑA? – le preguntó a Sam.
            -¡No lo sé! Ya no están sus cosas. – y se escuchó que todos se fueron directo a su habitación. Y como yo estaba encerrado con seguro, ni quisieron llamar a mi puerta.
Pero percibí que a lado de mi cuarto, hubo un portazo bastante fuerte.

Abrí con rapidez la carta que estaba escrita con su puño y letra.

Joe:
No te preocupes por mí. Regresé a casa, pero por una muy buena razón. Antes de venir a NY, había recibido la carta que tenía que presentarme en Texas A&M University, pero no me había presentado por que quería estar con ustedes. Se los iba a decir hoy cuando nos fuéramos a cenar al restaurant italiano que me habías prometido que iríamos, pero no se pudo con causas ajenas a ti. Me di cuenta de que todo esto fue un error. Fueron días espectaculares ya que pude vivir el sueño con ustedes. Pero ha llegado la hora de regresar a la realidad. No quiero que le menciones a Kevin nada de esta carta, y que mi nombre no vuelva a salir de tu boca en su presencia. Tendré que sacarlo a la mala de mi corazón y jamás sabrá la verdad acerca de mis sentimientos. Recuerda que jurarte no decir nada y por lo tanto, no puedes hacerlo, y no lo harás porque me quieres. ¡Eso lo sé!

Te escribiré, lo prometo. Dile a Nick y a Frankie que los amo. Y para ti, sabes que soy tu fan #1. Te amo amigo mío.
Mucha suerte en lo que queda de la gira.
Tú mejor amiga.
Diana.

P.d. Prometo llamarte o mandarte un correo el día de tu cumpleaños. Ni creas que te libraras de mí.

Regresó a casa, eso era un alivio, pero ¡NO HABIA IDO A LA UNIVERSIDAD PARA PASAR EL TIEMPO CON NOSOTROS! Y ESTE MALDITO ARRUINANDO TODO

No aguante más. Me tiré a la cama a llorar de puro coraje. ¡Kevin había metido las 4 patas! ¡Estúpido!

(KEVIN)

¿Qué cómo me sentía? ¿QUÉ CÓMO ME SENTÍA? UNA MIERDA. Todo lo eche a perder y todo por mis celos sin sentido. ¿Cómo pude decirle que le prohibía hablar con Foreman? No sé ni qué demonios estaba pensando al momento que se lo dije.

Cuando mis padres, mi tía Emilia y yo llegamos al hotel, vimos que Sam y Nick estaban en la sala sentados con sus celulares respectivamente.

            -¿Dónde está tu hermana? ­– preguntó pero Sam se limitó a bajar la mirada al suelo – Samuel ¿DÓNDE ESTA MI NIÑA?
-¡No lo sé! Ya no están sus cosas. – todos se fueron corriendo a la habitación donde estaba.
-¡Se fue! – dijo mi tía al ver que ninguna de sus cosas estaban.

Nick me miró.
            -¡Como quisiera romperte la cara en este momento! – se levantó del sillón y de un portazo, se encerró en su cuarto.

Me llevé las manos al rostro de tan solo pensar que la había hecho enojar. Pero ¿Por qué tomar esa decisión de irse así a la tempestiva? No creí que fuera capaz de dejarnos, sin importarle lo demás. ¿Acaso lo lastimé? ¿Qué le hice a su corazón?

Rápidamente, tomé mi celular y busqué su número. Marqué…

(DIANA)

JFK International Airport.

            -“Pasajeros del vuelo 325 con destino a Austin Texas, pasar a la sala de abordaje 5”.
            -Estaré en un hotel de Austin para mañana mismo ir a la universidad y revisar mi beca.
            -Pero Di ¿Por qué no se lo dijiste a mamá? ¿Sabes que estará preocupada? – me decía Billy cuando lo llamaba por teléfono.
            -Lo sé, pero no te preocupes, cuando ella llegue mañana, le diré todo. Solo al rato llámala y le dices que me he comunicado contigo y que estoy bien.
            -Esta bien hermanita. Como tú quieras, pero ¿me puedes explicar qué pasó? ¿Qué demonios te hiso Kevin?
            -No quiero hablar de esto. Solo necesito que me deposites dinero a mi tarjeta para no quedarme si nada, por favor.
            -Pero ¿Qué paso?
            -¿Depositaras dinero a mi tarjeta sí o no? – Exclamé cortante, pero después respiré profundo – te prometo que te contaré luego. Quiero ver lo de la universidad.
            -Está bien. En cuanto termine de llamar, haré la transferencia a tu tarjeta. Te cuidado y no hagas más tonterías.

Colgamos. Por lo menos, mi hermano me apoyaba.
Estaba a punto de entrar al avión, le di el boleto a la azafata para que me dejara pasar, cuando de repente… una llamada entró. Revisé el teléfono. ¡ERA KEVIN! Mi corazón se paralizó por un segundo, pero después me vi ahí ante aquella chica que estiró su mano para entregarme el boleto y recordé por qué estaba haciendo todo esto. Era mejor irme de aquí.

Sabía que no iría a Texas en lo que quedaba de la gira, ya que tenían una agenda apretada. Y cuando quisiera ir, yo ya estaría en clases. Imposible de encontrarme, así que no había problema. Inclusive daría instrucciones de que nadie que no fuera de mi familia podía hacerme visitas. ¿Quería crueldad? Ok, se la iba a dar.


Y desvié la llamada, en pocas palabras. COLGUÉ.

            -¡Que tenga un excelente vuelo! – me dijo la señorita.
            -¡Muchas gracias! – tomé mi bolso y me interné por aquel túnel que me llevaría hasta el avión que me alejaría de este lugar, donde por poco pierdo la cabeza. Que por poco le digo la verdad, algo que me iba a tragar hasta que lo pudiera olvidar.

Y detrás de mí, la azafata cerró la puerta, señalándome que ya me era imposible retroceder.

(NARRADOR)

            -“¿Hola? ¡Ah, te engañe! Por el momento no puedo contestarte, pero si me dejas un mensaje de lujo, te prometo comunicarme contigo. ¡Que tengas lindo día! – fueron las palabras que aniquilaron a Kev al escuchar el mensaje del voice mail.
Este se encerró en su cuarto porque no quería escuchar reclamos, aunque ninguno de los ahí presentes tenía ganas de hacerlos. Emilia estaba algo molesta con la actitud de Diana ya que no se le hacía posible que hubiera huido de esa manera.

            -¡Esa no es mi niña! – Eran las palabras que se alcanzaban a escuchar desde la terraza hasta el cuarto de Kevin – yo creo que no solo la pelea con Kevin le afectó. Tuvo que haber otra razón aun más poderosa que una simple pelea.
            -Pues si te das cuenta, jamás se había peleado con ninguno de nuestros muchachos. Pero con Kevin, ya son 2 veces. La primera fue el año pasado cuando fuimos en verano, y ahora esto. – decía Paul preocupado.
            -¡No entiendo el por qué de las peleas! – Decía con tristeza Denise - ¡Siempre han sido tan unidos desde niños! ¿Por qué este comportamiento por parte de los chicos?
            -¡No lo sé!

(KEVIN)
Esto me estaba aniquilando el espíritu. Sin saber donde estaba, tu teléfono apagado, mis hermanos molestos…
En ese momento, recibo un mensaje de Lizzie.

Ya llegué a casa, estoy muy bien. Espero que te vaya de lo mejor. Te espero en unos días. Te amo.
El mensaje de tu bella novia se supone que te levanta el ánimo ¿no? Y ¿Por qué a mí no?
¿Por qué lo único que me podía ayudarme era escuchar la voz de otra chica? Me recosté en la cama tratado de meditar todo esto hasta que quedé profundamente dormido, pero eso no signifique que vaya a descansar. Además, sentí como una lágrima rodaba por mi mejilla.

(DIANA)

Austin, Texas
Bienvenidos a Austin, Texas. Fue el letrero que me recibió en cuanto llegué. En cuanto fuera por mi maleta y pediría alojarme en un hotel para mañana miércoles 13 de agosto pudiera ir con el director de la escuela y hablar con él tal como lo mandaba la carta.
Recogí mi maleta y ya iba saliendo del la sala, cuando de repente, que miraba detenidamente mi teléfono…
            -¡DIANA! – la voz de un hombre que no me era desconocida por nada del mundo sonó en ese instante.
Alcé rápidamente la mirada y vi a un hombre que no me imaginé ver si no hasta mañana.

El corrió hacia mí con los brazos extendidos y llegó conmigo, alzándome del suelo y dándome vueltas.
            -¡No sabes cuánto te extrañé! – me decía dándome besos en las mejillas.
            -Pero Phil ¿Qué haces aquí? ¿Quién te lo dijo?
            -Dina ¿pues quien más?
Simplemente esto era increíble. Phil, al chico que he rechazado por más de 3 años y que siempre lo he tratado como a un amigo, estaba aquí en el aeropuerto para recibirme.

            -Yo te dije que tenía que estar en el aeropuerto para recibirte ¿no? Pues siempre cumplo mis promesas. – me dijo, para después darme un pequeño detalle. Una rosa roja que estaba a punto de abrirse.
            -¡No sabes cuánto te agradezco que hayas venido desde Cameron solo por recibirme! – le dije recibiendo el obsequio.
            -No tienes nada que agradecer. Y será mejor que vayamos a conseguir habitaciones para que mañana vayas a la universidad.
            -¡Qué bien informado estas Foreman! – alcé la ceja.
            -Recuerda que solo investigo lo que realmente me importa preciosa. – tomó mi mano de manera galante, le dio un beso para después entrelazar mi brazo con el de él. Tomó mi maleta y nos dirigimos hacia la salida.

Cuando íbamos caminando, varias personas nos miraban y nos brindaban una sonrisa. Como si les gustara la pareja que hacíamos. Inclusive para reafirmar dicha acción, pasamos junto a un ventanal muy largo donde nos reflejábamos. Parecíamos una feliz pareja de novios.

            -¡Comprobado ante varias personas y al mismo espejo! – Paró para que nos miráramos – debes admitirlo que nos vemos muy bien juntos. – sonrió de manera esperanzada.
No les voy a mentir. ¡Parecíamos la pareja perfecta! El con su cabello castaño y quebradizo, tez blanca y ojos en verde profundo a lado de mi piel trigueña, ojos en café y cabello castaño oscuro. ¡Una bella pareja!

Mientras iba caminando, estaba pensando en muchas cosas.
Tal vez sea con él con el que podía darme la oportunidad. Ok, sé que ya lo había pensado, pero ahora es de manera aun más seria. Phil me estaba ofreciendo mucho más de lo que podría desear. Tenía que actuar rápido antes de que él se fuera a New York.

(NARRADOR)

Phil y Diana fueron a un hotel en el centro de Austin que estaba muy cerca de la universidad. Así que no había problema. Otro punto es que este reservó dos habitaciones diferentes, en el mismo piso, pero no seguidas.  
Él no quería propasarse y mucho menos sabiendo que ella no estaba bien.

(New York)

Emilia recibió un mensaje de Billy diciendo que Diana estaba bien, que no estaba en el rancho, pero que estaba en Texas.
Eso le bastó para estar un poco más tranquila.
Nick y Sam dormían en lo sillones con los celulares en el oído por si recibían alguna llamada de Diana, pues estaban preocupados a pesar de que Emilia les enseñara el mensaje.

Joe encerrado en su cuarto con tal de no verle la cara al idiota de su hermano, quien estaba también encerrado pero con un rasgo bastante peculiar.

Estaba acostado en su cama boca abajo.
Notó que era ya tarde para estar despierto, pero no podía dormir. Y es aquí donde muestra su mirada. Los ojos parecían que le estallarían de tan hinchados por tanto llorar.
No se sentía para nada bien consigo mismo, ya que había lastimado a una de las mujeres más importantes de su vida.

Al día siguiente:

Kevin salió de su habitación y se encontró con la presencia de su madre.
            -¡Buenos días! – exclamó él.
            -¿Cómo te sientes?
            -No puedo darte una respuesta positiva – se sentó a su lado - ¿Dónde están todos? – miró mi reloj, y se dio cuenta que eran ya las 11 de la mañana.
            -Tu padre se los llevó a desayunar porque se lo pedí. Intentará que tus hermanos cambien de actitud.
            -Madre, tienen razón al estar molestos conmigo. ¡Lo arruiné! – aun no dejaba de culparse.
            -Pero ¿Por qué dices eso? Quiero una explicación de todo eso porque no entiendo nada.

Se puso de pie y caminé desesperado por toda la habitación.
            -Es que ni yo me entiendo. No sé porque me puse así cuando ese tal Phil le llamó por teléfono. Sentí como si el mismo diablo estuviera acosándola.
            -Pero si Phil es su amigo.
            -¡Claro que no! Esta muy interesado en ella.
            -¿Y eso cómo a ti qué Kevin? Es obvio que tenga pretendientes, porque ella es una chica dulce…
            -Inteligente, bella, libre de espíritu, sexy y la persona con el alma más pura del mundo – tuvieron que pasar 3 segundos para que Kevin se diera cuenta de todo aquello que había dicho. Cuando lo hiso, se volvió a la mirada atónita de su madre que no podía creer lo que estaba escuchando.
            -¡Dime que todo eso lo pensé! – con un excesivo rubor en su rostro.
            -Quisiera decirte que sí, pero…
            -¡Mamá! Por favor no pienses…
            -¿Qué? ¿Qué estas enamorado de Diana? No me ha quedado más que claro.
            -¡CLARO QUÉ NO!
            -¿Entonces por qué me alzas la voz? ¿Por qué sudas? ¿Por qué tartamudeas? O dime si hay alguna explicación para todo esto. La forma como la miras, como procuras por ella, el que te importe de más lo que comente sobre tu vida, por como la celas… podrás engañarte, pero yo que soy tu madre y que te conozco mejor que nadie, sé que lo que sientes por Diana no solo es una amistad. ¡Tu estas enamorado de ella!
            -Pero ¡tengo novia! Y la quiero.
            -Eso no significa que no quieras a Diana. Si, quieres a Lizzie y eso lo sé perfectamente, pero a Diana le tienes otro sentimiento aun más fuerte.

(KEVIN)

¿Por qué mi madre me decía estas cosas? ¿Por qué pretende leer mi alma? Claro que no, no estoy enamorado de Diana, solo la quiero mucho. Más que a otra chica en el mundo… ¿Qué? ¿Qué estoy diciendo? ¡NO! ¡YO QUIERO A MI NOVIA! LA QUIERO. Pero ¿Por qué no puedo decir en voz alta a mi madre que la amo? ¿Por qué?

            -No es necesario que me lo digas. Tal vez te sientas presionado por esto. Lo admitirás cuando estés listo. – me dijo mi madre para terminar con esta guerra psicológica.
Me volví a sentar a su lado para pedirle un favor.
            -No quiero que le menciones nada a mis hermanos, ni a papá. Mucho menos con mi tía Emilia. Te lo pido.
            -No te preocupes, este secreto será guardado hasta el día que tú quieras y entres en razón. – acarició mi cabello invitándome que pusiera mi cabeza sobre sus piernas mientras ella seguía con su labor y por fin, podría aunque sea descansar un momento.
Pero aun tenía esa idea en la mente ¿Acaso era posible que estuviera enamorado de Diana? ¿Serias capaz de dejar todo por ella?

Muchas preguntas, respuestas inconclusas.


(DIANA)

Era algo tarde, pero gracias a Dios pude descansar algo. Cuando salí del baño, debajo de la puerta de entrada había un sobre blanco. Rápidamente lo abrí y decía.

¡Buenos días linda Diana! Te espero a las 11:30 a.m. en el restaurant del hotel. No puedes ir a la guerra sin antes desayunar. ¡Sonríe! Porque te vez mucho más bella cuando lo haces.
Phil.

Esta clase de bellos detalles, siempre los ha tenido conmigo desde que entramos a la High School.
Recuerdo que yo jugaba con él a que éramos el rey y la reina de Inglaterra. Me partía de risa porque a Joe no le gustaba que jugara con él, pues decía que yo lo cambiaría por él.
Cuando los Jonas se fueron de Cameron, siempre se preocupó de que nunca estuviera triste, inclusive él y papá me organizaron una increíble fiesta de cumpleaños con tal de olvidar que mis mejores amigos se habían ido de mi lado.
Pero él siempre estuvo ahí, en las buenas, en las malas. Inclusive cuando papá murió.
Es un gran chico. Un hombre trabajador lleno de expectativas y de grandes sueños. Pretende hacer su propio negocio para poder ser independiente, viajar, vivir a lo máximo pero sin excesos ¿Qué más podría pedir? Un hombre normal con sueños extraordinarios.

(KEVIN)

Los Montgomery ya empacaban sus cosas para regresar a Cameron. Así que respiré profundo y toqué la puerta de la habitación.

            -¿Si? – me contesto una voz parecía a la de Diana, pero con un toque más grave.
            -¿Puedo pasar? – tímidamente. En menos de 5 segundos, la puerta estaba abierta.
            -¿Qué pasa hijo? – me dijo en tono dulce tía Emi.
            -Solo vengo a pedirle una disculpa tía. No fue mi intención causar todo este desastre. – no me atrevía a mirarla a los ojos. Con su mano suave, levantó mi rostro del mentón  me regaló una sonrisa.
            -¡tranquilo Kev! Creo saber por qué lo hiciste, pero no te preguntaré. Tú sabrás lo que haces después. Sé que ella está bien, así que no tienes que preocuparte.

Me dio un beso en la mejilla para después mirarme.
            -Es tan difícil verlos crecer. – me confundí con su respuesta. ¿Por qué me decía eso? Era como si supiera algo más que yo ni idea. No entendí para nada aquella expresión; iba a preguntarle pero no se pudo porque ya era hora de que los lleváramos al aeropuerto.

Salimos en las camionetas y todos iban en silencio. Nick, Joe y Sam estaban decididos a no hablarme.

Mis padres y tía Emilia solo se limitaban a mirarse por que no veía reacción por ninguno de los que veníamos a bordo.
Simplemente me dedicaba a mirar por la ventana mientas nos dirigíamos al JFK, cuando de repente…

            -¿Se puede saber quiénes se creen que son? – exclamó tía Emilia causando que todo los que veníamos nos exaltáramos.
            -¿A quién le preguntas? – preguntó Sam.
            -A ustedes trío de inmaduros – y los tres implicados se miraron. – Están enojados con alguien que cometió un error y se creen perfectos ¿no es así?
            -¡Yo soy perfecto! – bromeó Joe, pero al ver el rostro aseverado de tía Emi se quedó serio.
Nick intervino.
            -Estamos molestos por la forma tan estúpida de reaccionar de Kevin hacia Diana ¿Quién se cree? Prohibirle a quien hablarle. Si nosotros no fuéramos sus hermanos, también haría lo mismo.
            -¡Claro! ¡Y como si nunca le han hecho escenas de celos a Diana!
            -¡Esta fue diferente!
            -ES LO MISMO. Acaban de decir que están molesto por su reacción estúpida ¿no se han puesto a pensar que dejarle de hablar a su hermano mayor que tanto los ama y los cuida también es una reacción estúpida? – ambos abrieron la boca, pero para hacer un silencio bastante vergonzoso. – Me da mucho coraje saber que en vez de madurar, se han vuelto mas inconscientes. Espero que se avergüencen de lo que hacen. No son nada ni nadie para juzgar a las personas, y mucho menos a alguien que los quiere y cuida.

¡Wow! A pesar de mi gravísimo error, Tía Emilia era linda conmigo regañándolos. Aunque no me sentía bien por esto, sentí algo de paz saber que ella me apoyaba.

Al llegar al aeropuerto, ya nos estábamos despidiendo de nuestros amigos que regresarían a casa.

            -Por favor tía, dígale a Diana que se comunique conmigo. Que quiero hablar con ella y pedirle disculpas.
            -No te preocupes mi pequeño Kev. Así lo haré. Yo creo que ya no ha de estar molesta y que se arrepiente de haberse ido. ¡La conozco!

Sam se acercó a mí.
            -De verdad, lo siento viejo. No fue mi intención de hacerte sentir mal.
            -No te preocupes. Lo hiciste por tu hermana que tanto adoras. ¡Creo que yo hubiera actuado igual o peor! – y nos dimos un abrazo olvidando lo sucedido.

Finalmente ellos entraron al avión y nosotros nos quedaríamos al ver como despegaban.

            -¡Oye Kev! – Me hablo Nick - ¿No quieres que vayamos al Starbucks antes de llegar al hotel?
            -Ammm, claro ¿Por qué no? – y me dio una palmada en la espalda. Joe estaba indeciso en hablarme.
            -¡Fui un idiota! – Le dije antes de que me dijera algo - ¡De verdad no sabes cuánto lo lamento!
            -Lo sé Kev. Y yo también lo siento. Pero aun no retiro lo que dije ayer. Si le pasa algo a mi Diana, tú serás el responsable.
            -Eso lo sé muy bien, pero procuremos llevar la fiesta en paz – supliqué.
            -Este bien hermano. Así será, por el momento – se alejó para ir a abrazar a mi madre.

Por lo menos ya medio se habían arreglado las cosas con mi familia, pero la más importante aun no… quería habla con ella. Deseaba hacerlo, porque es importante saber que ella y yo estamos bien. Porque su amistad es una de mis plataformas para seguir vivo.

(DIANA)

Regresamos en camino al hotel para celebrar. Había impresionado al director y los decanos. Mis calificaciones tal vez no eran excelentes, pero mi historial deportivo y de actividades relacionadas con el arte era impecable (según ellos).

Tenía mi lugar más que apartado para en cuanto comenzara el año escolar (dentro de 3 semanas).
Phil estaba muy orgulloso de mí.

            -¡Tenemos que celebrar tu triunfo pequeña!– me decía mientras conducía al centro de Austin para comer en un restaurant. Me llevó a un italiano, pues quería consentirme con pasta y pizza.

            -¡Esta es la pareja de “fidanzati” más linda que he visto en mucho tiempo! – nos dijo la encargada del lugar que era muy animada y con una linda sonrisa.
            -¡Grazie mille! ¡E tu sei una bella signora! – le dijo él respondiendo en un gracioso pero fino acento italiano, haciendo su pálida piel se ruborizara de manera encantadora.
            -¿Qué le dijiste? – impresionada y divertida a la vez.
            -Le dije “¡Muchas gracias! ¡Y usted es una señora muy bella!”.
            -¡Ahora veo por qué se ruborizó! – le di un trago a mi copa de vino (aunque no debía beber alcohol. Cumpliría apenas 19 dentro de pocos días[1]) – pero aun tengo una pregunta.
            -¿Qué pasa hermosa?
            -¿Qué fue lo que dijo exactamente? Dijo que éramos una pareja de “fidanzati” y sinceramente no le entendí.

Sus mejillas blancas se tornaron con un lindo rubor, y creo que lo secundé, porque instintivamente me lleve las manos a mis mejillas.
            -Dijo que éramos la pareja de “novios” más linda que he visto en mucho tiempo.

¡Wow! Más rojo se puso aun. Se me hacia tan tierno. ¿Por qué no él? Tal vez no era el indicado con el que me casaría y tendría una familia, pero podría tener una relación linda.

No hablamos más del tema porque llegó nuestro pedido. Seguimos platicando de los planes que vendrían para la universidad.

New York
(KEVIN)

El celular de Diana aun seguía mándamele al voice mail. No contestaba ni una llamada, y no supe si les marcaba a mis hermanos.
Estaba en mi computadora cuando me llevó un correo electrónico de Lizzie.

Hola cariño. Hoy estaré en casa de una amiga. Hará una pijamada y obvio que estaré ahí. Solo te aviso por si me quieres llamar al celular y está fuera de servicio.
Te amo
Lizzie.

No sé porque, pero no le di importancia. Por mí que hiciera lo que quisiera, pues confiaba en ella a pesar de lo que me dijera Joe… un minuto, también Diana me dijo que era muy posible que Lizzie me engañara. Pero ¿Por qué? Ella no tenía fundamentos en contra de ella. Sé que mi novia es una chica que le gusta la fiesta y todo eso, pero ella jamás me engañaría.

(NARRADOR)
New Jersey.
Motel.
            -¡Wow! No puedo creer que maravillosa eres Elizabeth – decía el mismísimo Brad (¿recuerda?) respirando de forma agitada en aquella cama.
            -¡Dios! Me hacía falta algo de actividad física – decía aun delirando por aquel excitante momento con aquel bello hombre.
            -No entiendo porque tu noviecito se niega a tener sexo contigo si eres realmente buena – besando su hombro desnudo.      
            -Dice que quiere respetarme hasta que llegue el momento y estemos casados.
            -¡Claro! Es lo que más te conviene ¿verdad? Pero sabes, me encantaría que tú y yo siguiéramos siendo muy buenos amigos.
            -¿acaso no tienes otras “amiguitas”?
            -Claro que si pequeña, pero ¿Acaso dejarías a un hombre como yo que puede satisfacer lo que tu novio no puede? – le decía dándole ardientes besos.
            -No lo dudo Brad. Tal vez si sigamos viéndonos después. Pero ya veremos luego.
            -Pues yo te diré cuando no estaré en la ciudad. Parece que mi padre quiere que vaya a que le ayude con unas cosas en el rancho donde trabaja.
            -¿Trabaja en un rancho? ¿Qué asco?
            -No te creas preciosa. Es la mano derecha de los dueños. Son personas con mucho dinero. No recuerdo en que parte de Texas, pero siempre han sido muy generosos con mi padre.
            -¡Ni me menciones ese estúpido lugar! De ahí viene esa maldita mocosa que parece que está enamorada de mi novio – berreó.
            -No te preocupes Lizzie. ¡No creo que Kevin tenga ojos para otra más que contigo! Y lastimosamente cuando tenga sexo contigo, no te dejará tan fácil y eso no será muy bueno para mí.

Rápidamente ella se le echó encima atrapándolo entre su cuerpo y el acolchado.

            -¿Acaso te da miedo que el sexo no sea tan bueno como contigo? Tal vez haya esa probabilidad, pero ¡mejor menos palabras y mas acción!
            -¡Así se habla! – y siguieron revolcándose.

Lastimosamente Kevin estaba cegado por un amor fingido. Pues Elizabeth Russo lo único que quería era ser su esposa por el dinero que los Jonas ganaban de manera decente. En pocas palabras, se iba a prostituir, pero obtendría muchísimos beneficios.


(DIANA)

Era la hora de regresar al hotel, habíamos comido hasta saciarnos, luego fuimos a pasear por el centro y me compró un riquísimo helado. Estuvimos en el parque viendo a los niños jugar sin preocupaciones…

Ya estábamos a la puerta del ascensor, cuando me fijé que al fondo se veía la alberca iluminada por llamativas luces blancas, haciendo contraste con el jardín botánico que tenían.

            -¡Vamos a la piscina! Quiero verla. – le dije. Y claro, con tal de consentirme, caminamos del brazo hasta ella.

Ya estando ahí, vimos a los comensales del restaurant del hotel disfrutando la velada. Encontramos un par de camastros y nos acostamos mirando hacia el cielo.

            -¿Sabes? Estoy en un grave problema. – exclamó Phil. Lo miré mientras el seguía mirando el cielo nocturno – no sé si irme a New York a estudiar o quedarme aquí en Texas.
            -Esa seria tu decisión, aunque debo admitir que te extrañaría mucho si te fueras.
            -¡No lo creo! Habrá muchos que querrán ser tus amigos, que serás la chica popular que todo el mundo quiere porque es muy buena onda, que hace deporte y que claro está, es la más bella de toda la universidad.
            -¡Eres un tonto! Me lo dices como si nunca hubieras sido de los populares cuando estábamos en la High School. Y ¿Por qué me dices todo esto? Claro que te extrañaría.

Creo que había llegado el momento de actuar.

Se puso de pie y caminó hacia la alberca.
            -Si fuera por ti, yo me quedaría. Tú sabes lo mucho que me encanta estar contigo. O si lo prefirieras, nos iríamos a New York a estudiar. Porque sabes perfectamente que ya tienes tu lugar asegurado. – y mientras seguía declarándose una vez más, me puse de pie, y caminé hacia él - ¡Tú eres la chica con la que quisiera estar durante un buen tiempo! Jamás me cansaría de decirte lo mucho que te quiero y que me siempre quiero estar contigo. ¡Que eres hermosa en todos los aspectos! Que te quie…

Pero no lo dejé continuar, porque un fuerte y atrevido impulso hiso que mis labios se fueran directamente a probar los suyos. Fue un pequeño pero peculiar beso haciéndome sentir extrañamente bien.
Rápidamente me separé al notar la sorpresa del agredido.
            -¡Perdón, pero tenía que hacerlo! – le dije de manera irónica, para continuar – hoy más que nunca me has dado a conocer que eres el hombre más increíble que puede existir en el planeta tierra. Por eso no quiero perder un minuto más sin ti. Que quiero que mi presente sea contigo.

Sus ojos verdes estaban inundados en lágrimas, porque al parecer por fin yo estaba diciendo las palabras que tanto anheló escuchar.
            -¿De verdad? – me dijo tomando mi mejilla y acariciándola.
            -De verdad Phil. Jamás había hablado tan enserio en mi vida. – juntó su frente con la mía y sonreía a más no poder.
            -¡No sabes que feliz me haces Diana Laura! Con eso me dices todo. – sin más que decir, ahora él envolvió mis labios con un beso tierno y sin ninguna especie de desesperación, como si ese momento lo hubiera planeado por hace mucho tiempo. Era cuidadoso y paciente, haciendo que por increíble que parezca, hacia que quisiera que me besara aun más…

(KEVIN)

No, no Diana ¿qué haces? ¿Por qué me haces esto? No Diana, ¡No te vayas! ¡No te vayas! ¡Quiero que te quedes!

Y desperté… sudando frio y solo en aquella enorme y sola habitación.
            -¿Qué pasó? ¿Estás bien? – entró Joe algo alarmado.
            -Si, estoy bien ¿Por qué lo preguntas?
            -Por que estabas gritando una y otra vez “Diana, no te vayas, Diana ¿Por qué me haces esto?”
            -¿Gritando?
            -Te lo juro. ¿Qué pasa Kevin? Dime.

Y no soporté más la presión de mi mente. Lo abracé y comencé a llorar.

            -¡No puedo más! – le decía una y otra vez.
            -¿Qué no puedes? ¡Me estas asustando!
            -La quiero Joe, la quiero.
            -¡Dime de qué carajos hablas! ¿Ya extrañas a tu novia?
            -¿Qué no entiendes? Estoy hablando de Diana. ¡La quiero!
            -¿Quererla? Eso todos los sabemos.
            -Me refiero que la quiero más que a una hermana. Hablo que la quiero fuera de amor de hermana, o de amiga… ¡la quiero Joe! ¡LA QUIERO!

Y por fin lo dije. Por fin me di cuenta, que ya no era necesario guardarme esto. Me hace falta, me lastima saber que no está aquí conmigo. ¡LA QUIERO!

[1] Diana cumple años el 20 de septiembre. Por lo tanto, es menor que Joe 29 dias.

Hasta aquí lectores.

Parece que las cosas se pondrán más complicadas de lo que creemos. Ahora que Diana se ha querido darse una oportunidad de querer a otro ¿Qué será de esto? ¿Qué pasará? Las consecuencias pueden ser mejor o peor de lo que pensamos.
Todo esto y mucho más en la siguiente entrega…
No te pierdas el próximo capítulo de tu novela favorita “LOVE YOU OUT LOUD”

Pero antes que nada ¡TIENES QUE COMENTAR!

RECUERDEN QUE DE ESO VIVO.

Dale Click y Escucha #ArenitaCrewOnRadio

UN BESO A TOD@S.
GRACIAS TRIPULACIÓN. TOD@S SOMOS #ARENITACREW

Total de Visitas

free counters