Love You Out Loud (Cap 9)

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Ternura, salvajismo. Amor, entrega. Tranquilidad, aventura. ¿Qué elegir?

Entre dos mundos.

(JOE)

Estábamos en la entrevista muy entretenida en la radio. Ya había volteado hacia el muro de cristal que dividía la cabina con la sala donde estaba mi mejor amiga y la novia de mi hermano pero nada serio, parecía que Lizzie pretendía llevar la fiesta en paz, haciendo que me levantara un poco el ánimo. Pero en una de esas, volteé y vi cierta tensión de parte de la “peor es nada” de mi hermano y mi chica favorita.

 

Noté la forma de mirar de Diana. Estaba a la defensiva, lo sabía. Sus ojos estaban algo dilatados, pero no para que quisiera llorar. Al contrario, lo único que faltaba era que ella alzara el puño y le diera directamente al ojo. Pero claro, se estaba conteniendo porque Kevin estaba mirándolas.

Pero lo que definitivamente me sacó de quicio fue que Kev volteó a verlas, y la estúpida de Elizabeth volteó y saludó a su novio con la mano haciéndose que no pasaba nada.

¡Perra infeliz! ¿Cómo se atrevía? A penas tenía pocas horas de conocerla y ya le estaba tirando mierda. ¡Esto no lo podía permitir!

Cuando saliera de la entrevista, la tomaría de los pelos y pondría en el primer taxi y que la llevara a New Jersey para que no regresara.

Pero sentí la mano de Nick en mi espalda pretendiendo detener el ataque de ira que estaba sufriendo en estos momentos. Se me hacia una verdadera tontería no poder hacer nada.

(DIANA)

Ahora sí, esta tipa estaba mostrando su verdadera faceta. Nada de novia tierna y abnegada. ¡Nada de eso! Era una maldita mal nacida que tenia embrujado a Kevin con su cara de “no rompo un plato”.

Decidí que lo más sano era alejarme de ella. No quería problemas con ella, bueno, aun. Estábamos en un lugar público y no daría de que hablar por su culpa.

            -¡Qué bueno que te quedó claro! – exclamó con tono de victoria al ver que me alejaba. Y les juro, no debió decir eso. Paré en seco, me di media vuelta y me acerqué a ella.

            -Mira Russo. ¿Quieres que me aleje de tu novio? Ok, me parece una excelente idea – Lizzie sonrió – pero ¿Sabes? Hay una condición. Lo haré cuando él me diga “No quiero volverte a hablar en mi vida”. Hasta que llegue aquel lejano y no muy posible día, yo Diana Laura Montgomery le dejaré de hablar definitivamente. Así que ¿Qué crees? Las tienes de perder.

            -¿Qué tan segura estas de que no te dejaría de hablar por mi? – respondió al ver mi respuesta.

            -Tan segura de que te puedo jurar que tú ya no eres virgen y Kevin aun no lo sabe - ¡Ay! Fue un golpe tan bajo que ni yo misma me la creí. Pero ¿Adivinen qué? Justo en el blanco.

            -¿Qué? – en tono nervioso.

            -¡Lo que dije, no lo vuelvo a repetir! Así que tú verás. ¿Dices que yo no sé con quién me estoy metiendo? ¡Pues te tengo grandes noticias, querida! Esto es al revés. ¿Quieres jugar al papel de la “novia déspota que puede hacer lo que se le pega la gana y tienes al novio como idiota”? Me parece excelente. Pero yo puedo jugar a la “mejor amiga de toda la vida con goce de privilegios” de esta bella familia a la cual sales sobrando.

Le dejé el vaso con agua en la mesita que estaba ahí y me di la media vuelta saliendo de la habitación dejándola sola con la cara de “WTF?”

            -¿Me puedes explicar que te estaba diciendo esa?... – por poco dice una palabra que no debe de decir. Susurrábamos mientras íbamos en la camioneta.

            -¡Nada que no supiera desde el principio! – respondí. Ya íbamos en camino al Madison. Faltaban 3 horas para el concierto, pero tenían que hacer la prueba de sonido, las cámaras deberían tomar sus las “tomas” correspondientes para la película, etc.

Ya estaba más que dicho que nosotros (Familia Montgomery) no saldríamos para evitar que nuestras identidades no fueran expuestas a la luz pública.

 

Llegamos al monstruo de “Seventh Avenue” ¡OMG! No lo podía creer. No era la primera vez que había estado aquí, pero como parte de la historia con mis amigos, de que ellos serian los que se presentaran, efectivamente era la primera vez.

            -¡Me siento extraño! – decía Nick tocándose la cabeza.

            -Ni se te ocurra vomitar Nicholas, porque te juro que te secundo. – advertí.

            -¡QUE ASCO! – gritó Joe con una cara tan divertida.

            -¿POR QUÉ NO PUEDO SALIR EN EL VIDEO? ¡SOY TU NOVIA! – esa voz chillona y desesperante nos arruinó la risa que traíamos al momento de que bajamos de la camioneta y la escuchamos.

            -¡Por tu seguridad cariño! No quiero que te identifiquen del todo, y recuerda que los de Disney están algo exigentes en ello.

            -¡Pero soy tu novia! – aquí venia un ataque de berrinche.

Mi madre estaba algo sorprendida por el comportamiento de Lizzie. Aun no le he dicho lo que pasó. Pero en fin.

Comenzó la prueba de sonido, y por lo tanto, las grabaciones que hacían los chicos de Disney comandados por un director.

Había mucha gente moviéndose de un lado a otro. Yo estaba en un asiento bajo del escenario mientras observaba como afinaban sus guitarras, Nick utilizaba la batería y demás personas le daban los últimos detalles al escenario para que todo quedara perfecto.

Lizzie estaba con su cara de “ya me quiero ir” porque ahora la protagonista de la historia no era ella. Mientras Kevin trataba de ignorar esta acción, pero no podía. Pues quieran o no, le afectaba que su novia estuviera molesta.

En ese momento, apareció una chica muy alta, de cabello rubio y despreocupado maquillaje (natural). Pero eso sí, con una bella y particular sonrisa en su rostro. Se dirigió a tomar una guitarra que estaba en un soporte y comenzó a sacar notas sin sentido, buscando alguna desafinación.

De repente, volvió su mirada a mí, regreso a la guitarra y en menos de dos segundos, otra vez sus ojos regresaron a mí.

            -¿Diana? – preguntó.

            -Si – y caí en que estaba pasando. Era la mismísima Taylor Swift.

 

Alzó un pequeño gritó, dejo la guitarra y corrió hacia mí.

            -¡No puedo creerlo! ¡Por fin te conozco! – y me dio un abrazo.

            -Lo mismo digo. ¡No sabes cuánto te admiro Taylor! Cantas precioso.

            -¡No lo puedo creer! Joe me dijo que vendrías pero no le creí.

Nos separamos un poco y comenzamos a conversar. De verdad que Joe le había platicado mucho de mí porque me estaba diciendo muchas cosas que hacíamos mucho de niños.

            -¡Mis chicas están juntas! – llegó el chismoso de Joe.

            -¡Cariño! – se paró para recibirlo con un tierno beso que claro, este le correspondió algo novelesco y gracioso a la vez.

            -¡Me da mucho gusto que se hayan conocido! Pero yo quería presentarlas – y puso su cara de niñito triste.

            -Nos encontramos sin querer, así que no podías evitarlo bebé. – ¿Bebé? Ok, esto era motivo de burla por el resto de su vida.

            -Ok, está bien. Pero ¿Ya ves? Te dije que Diana era genial.

            -¡Ya lo creo! – y comenzamos a platicar amenamente ante la mirada molesta de mi contrincante que ahora parecía más limón que hace rato.

(KEVIN)

Y ahí estaba Lizzie con su cara. Me caía tan mal verla así, y todo porque quería protegerla.

Nick y Sam estaban revisando el piano para que estuviera bien, mientras yo estaba al pendiente de unas guitarras.

            -¿Así es todo el tiempo su novia? – susurró Sam, pero lo suficiente para poderlo  escuchar.

            -Desgraciadamente sí. Es muy dramática y siempre se sale con la suya. Pero cuando no es así, se comporta como una niña de 5 años. ¿Qué le podemos hacer?

            -Creí que era broma lo de “berrinchuda” pero ya vi que no. ¡Pobre Kev!

            -Así le gusta estar, no podemos cuestionarlo – decía Nick resignado – pero es una tristeza que teniendo a otras chicas a su lado, se haya fijado en alguien tan superficial como Elizabeth.

            -¡Estaría mejor con mi hermana! – casi rompo una cuerda cuando dijo eso.

            -¡Cualquiera que estuviera con Diana seria afortunado! – agregó Nick mirándola.

En automático, mi mirada se fue directamente a Diana que platicaba con Joe y Taylor a los pies del escenario. Ella tenía flexionadas las rodillas y las abrazaba mientras escuchaba el cómo se conocieron esta pareja. Mostraba asombro con sus ojos se reía cada vez que mi hermano hacia caras. Pero también se reía a carcajadas, cuando Tay imitaba a mi hermano.

            -¡Pues me da gusto que Joe se haya encontrado con una chica como tú! – Decía animada, para después darse la mano – será un placer tenerte como cuñada.

WTF? ¿Por qué a él no le decía nada? A mí me había regañado ¿Por qué no a Joe?

            -¿Cómo vas con tu guitarra? – se acercó Lizzie ofreciéndome un vaso con agua, haciendo que apartara la mirada de los que estaba mirando con mucha insistencia.

            -¡Ya casi termino!

            -¡Perdón por la forma como me porté! – se puso en cuclillas mostrándome sus lindos ojos.

            -No te apures linda – le dije acariciando su rostro – algún día tú acaparas las portadas de revistas. ¡Te lo prometo! – y no me dejó seguir por qué me dio un beso en los labios bastante impulsivo. Se lo correspondí, pero abrí un poco los ojos y noté que Diana lanzó una mirada rápida con nosotros, para después seguir la charla con mi hermano y su novia como si no pasara nada. Pero la conocía, parecía que esta acción la había sorprendido.

(JOE)

Claro que noté que Russo besaba a mi hermano como si quisiera devorarlo. Diana vio semejante acción, pero procuró portaste como una dama. Como siempre, tragándose el dolor.

            -¡Tay! – Se escuchó el grito de su madre Andrea – ¡es hora de que te arregles para el concierto!

Después de que mi novia se despidiera de nosotros, nos dejó solos.

            -¿Estás bien? – rápidamente pregunté.

            -¡Como siempre! – sonrió de manera convincente, pero bueno.

En ese momento, vi que Nick y Sam eran visitados por mi amiga Demi. Así que ayudé a Diana a subir al escenario para ir corriendo hacia ellos y presentársela.

Pasamos a lado de nuestra “bella” (puaj) pareja. Mi chica favorita ni se volvió a verlos, pretendiendo no darle la importancia que tanto le dolía.

            -¡Hey Dems! -  saludamos al llegar. Me dio un beso en la mejilla.

            -¿Qué tal? ¡Ella debe tu mejor amiga que viene de Texas, Diana! – y la saludó con un fuerte abrazo. – ¡Yo soy Demi! Pero mis amigos me dicen Dems. ¡Bienvenida!

            -¡Gracias Demi, mucho gusto! Pero ¿Acaso Joe me hace propaganda? – exclamó.

            -Solo la necesaria para decirme que su chica favorita será siempre una texana.

            -¿Qué te pasa? También podrías ser tú, porque Joe me habla de ti bastante. Tanto que me he puesto celosa. – bromeó.

            -Lo mismo digo rival – dramatizó.

            -¡Esto lo tendremos que arreglar después del concierto! ¡Joe es mío! – le siguió el juego, haciendo que todos nos partiéramos de risa.

            -No se preocupen chicas. Hay Joe para todas. – dije.

            -¿Ella o yo? – dijimos en coro, y nos reímos aun mas.

            -Bueno, no soy celosa – dijo Demi.

            -Tampoco yo, porque sé que Joe nos quiere mucho.

            -¡Claro que sí! No eres como otras que desconfían hasta de su propia sombra – haciendo referencia a Lizzie que estaba ocupada con Kevin comiéndose a besos, pero noté que su rostro se tensó el rostro, haciendo que me riera.

            -¡Demetria! No seas así – reprendió Nick divertido - ¿Acaso hay mujeres que desconfían de sus novios?

            -¡Claro que sí! Las puedes encontrar donde quiera, pero más en los hospitales psiquiátricos. – ahora me orinaba de risa al igual que Diana que hasta se sentó en el suelo del dolor de estomago, y no es por nada, pero yo la secundé.

En ese momento, una persona del Staff llevaba 2 violines en sus manos.

            -¡Disculpa! – le habló Di aun secándose las lagrimas.

            -¿Qué se le ofrece? – sonrió el hombre.

            -¿Podría prestarme un violín por unos instantes?

            -¿QUÉ? – fue la reacción de todos los presentes.

            -¿Acaso no sabían que ella toca violín? – dijo Sam sorprendido.

            -¡NO! Y no te lo perdonaré por no habérmelo dicho – reclamé.

            -No tengo mucho tiempo que aprendí a hacerlo. – y comenzó a tocar algo al estilo muy country haciendo que todos nos pusiéramos a bailar en un instante.

Parecíamos unos niños pretendiendo seguir el compás rápido de la melodía, pero he de decir verdad que lo hacía excelente y se divertía haciéndolo.

            -¡Eso es todo! – gritó Kevin llegando acoplándose a nuestro improvisado baile, Sam no dejaba de golpear un cajón acompañándola. De repente, en medio de aquella diversión, noté la cara de envidia que tenia Lizzie que no dejaba de mirarnos desde aquel cercano sitio donde hace unos instantes Kev la acompañaba. Al parecer, mi hermano quería venir, pero esta se negó.

Aquí quedaba más que claro, Diana tenía todas las de ganar. Y lo que no me explicaba ¿Por qué Kevin, mi propio hermano, ERA COMPLETAMENTE UN IDIOTA?

(LIZZIE)

Claro que me molestaba saber que ella acaparaba la atención de una u otra forma. Me había fijado en la forma como Kevin la mira, él como toda la familia la trataba como si fuera la gran cosa. ¿Por qué una mugrosa hija de una ilegal tenía mucho más que yo?

El respeto de toda la familia Jonas, un lugar privilegiado, algo que no merecía más que yo. ¡Esto era el colmo! A pesar de que no la conozco desde hace mucho, y ya la odio.

(DIANA)

Llegó la hora del concierto. Los chicos se fueron a vestir y prepararse para entrar a escena. Nosotros estábamos fuera de los camerinos observando el movimiento de todos los que estarían frente y detrás del escenario. Había mucha gente de un lado a otro buscando errores y poderlos corregir antes de salir a escena.

También sabía que las cámaras estaban dentro del camerino grabando a los chicos antes de entrar.

Denise y Lizzie platicaban amenamente junto con mi madre, pero podía notar que esta tipa no estaba a gusto, como si algo le incomodara o algo así. Igual no me importaba mucho porque estaba muy entretenida con el celular.

            -Este mundo es tan distinto a lo que nosotros estamos acostumbrados. – dijo mi hermano mientras miraba embobado a su alrededor.

De repente, salió Big Rob buscando a alguien

            -¡Diana! Joe quiere que entres al camerino.

            -¿Para qué?

            -No lo sé, solo me dijo que quería que entraras.

Cuando llegué al camerino, vi mucha comida de todo tipo. Desde la más sana hasta comida chatarra. Mucha Diet Coke, Red Bull, etc.

            -¡Toma lo que quieras! – me dijo Joe cuando vio que venía entrando. Claro que tomé una barra de chocolate, pero nada más.

            -¡Eres patética! Sabes que no solo comes una barra de chocolate – reclamó.

            -¡Déjame Joseph! O te prometo que esta barra terminara en tu cabello. – silencio total.

Los chicos ya estaban vestidos con sus trajes para salir a escena. Se veían tan guapos los tres frente al espejo arreglándose algunos detalles en el vestuario.

            -¿No pudiste elegir otro más discreto? – le dije al verlo con una camisa amarilla fosforescente y traje gris.

            -¡Admítelo! ¡Me veo sexy! – y se dio una vuelta para mí.

            -¡Claro! Te arrancaría la camisa pero por que lastima mis ojitos.

Nick era el que se veía más formal.

            -¿Qué diría Selena si te robo cariño? – le dije piropeándolo, causando que se pusiera rojo de vergüenza.

            -¿Y no hay un halago para mí? – escuché la voz de Kevin que estaba esperándome tambien vestido con un traje, pero con chaleco ¿Un piropo? A este si me lo robaba y no lo regresaba. Su cabello chino perfecto estaba entre peinado y despeinado y esa forma de vestir… ¡POR DIOS! Se nota que Kev está más desarrollado de lo que recuerdo, Y ni crean que mi mirada se fue directamente a su trasero.

            -No puedo decir más que “Te ves muy bien” ya que tal vez tú novia o sus espías me estén en la puerta y escuchen algo más que eso.  Y al momento de salir, seré la primera plana del New York Times mañana por que fui asesinada a taconazos. – respondí de manera insolente.

            -No tiene por qué hacerte algo. Ella sabe que eres mi amiga, y si no le gusta, tendrá que vivir con ello porque no te dejaría de hablar por imposición de ella.

Cuando me dijo eso, sentí que un bocado de aire llegó a mis pulmones. ¿Estaba soñando? ¿No me dejaría por berrinche de ella?

            -¿Estas bromeando? – exclamó Joe sorprendido,

            -¡Claro que no! – Tomó mi mano y la puso en su corazón – Ella tal vez sea mi novia, pero tú has compartido mas momentos conmigo desde que somos niños. Tal vez quiera mucho a Lizzie, pero el cariño por ti es mucho mas grande.

(KEVIN)

¿QUÉ DEMONIOS ME ESTABA PASANDO? Todo lo que estaba diciendo era verdad. No la dejaría por nada del mundo. Ella es mi droga, un vicio increíble que si lo dejara de consumir (en este caso, perder contacto con ella) me sentiría sin vida.

Ella tomó mi mejilla con su suave mano y la acarició.

            -De verdad, no sabes que feliz me haces al decirme estas palabras. Pero de cualquier manera no te quiero causar problemas - y se alejó de mí dejándome algo anonadado.

-¿Que pasa Joe? Big Rob me dijo que me necesitabas.

Estuvieron conversando antes de que saliéramos del escenario, mientras yo solo escuchaba su risa ya que Joe necesitaba entretenerse haciendo estupideces y no vomitar de nerviosismo.

-5 minutos - dijeron desde la puerta los del staff. ¡Llegó la hora!

Después la oración de papá junto con toda la banda del clásico "show time" (ella estaba ahí con nosotros), le dio un beso en la mejilla a mis hermanos.

Lizzie estaba conmigo y ella me beso apasionadamente, y a decir verdad, fue algo incomodo.

-Buena suerte rizado - me dijo ella cuando me acerqué.

-¿No hay un beso para el guitarrista más guapo del planeta? – le dije para evitar demostrarle que de  verdad me moría que me diera un beso.

-Creo que tu chica te dio mucha suerte, pero...

Y me dio un beso en la frente, de manera inocente, pero a decir verdad, me dolió bastante que lo hiciera de esa manera. Como si de verdad me odiara por tener novia.

(DIANA)

El Madison estaba a reventar. Miles de fanáticas gritaban con mucha euforia y los pedían que estuviera ya en el escenario. Yo estaba en asientos preferenciales a lado Frankie y Sam. Mi madre estaba con mis tíos que estaban emocionados; claro está que yo igual.

Las fans que estaban cerca de nosotros le pidieron a Frankie acercase para tomarse un foto con él y más de una se sintió atraída por mi hermoso hermano menor. Pero en fin, yo estaba que me comía las uñas por este gran momento.

            -¡Vaya! Tú no das pasos en balde – dijo una singular voz. La novia de Kevin.

            -¿Qué? ¿Acaso me molestaras por el beso en la frente que le di?

            -No, la verdad no. De hecho, fue menos peor de lo que esperaba. – Y se sentó a un asiento de diferencia de mí – lo que si te puedo decir es que Kevin es mío y eso quiero que lo tengas bien en claro.

            -¡Claro! – exclamé.

            -¿Acaso estás jugando conmigo?

            -¡claro que no! Es solo que crees que te pertenece sabiendo que miles de fans lo adoran y que no es exclusivo para ti.

            -Tienes razón pueblerina. Pues gracias a estas fans ellos son lo que son, y por lo tanto Kev me puede dar lo que yo quiera.

            -¿Sabes? No me importa que fines tengas con él, tu eres su novia y por lo tanto te tengo que respetar – ella asintió – pero algo si te puedo decir Russo.

            -¿Qué? ¿Acaso una mugrosa texana como tú me va a advertir algo?

            -No, de hecho te voy a amenazar. – La miré fijamente a los ojos – le haces algo a Kev, una lagrima que derrame por tu culpa y te juro que te haré sentir la persona más miserable de todo USA. Y no te lo digo porque te vaya a golpear ni nada por el estilo. Pero sería interesante terminar tu reputación gracias a los hermosos medios de comunicación. Esto significa entrevistas exclusivas, rumores, ya sabes.

            -¿Eres capaz de hacer eso mal nacida?

            -Puedo hacer eso y mucho más por los hombres que tanto quiero – y ya no pudimos decir nada más, ya que los chicos estaban a punto de salir a escena.

Llegó la hora chicos. De demostrar de que están hechos.

El primer show había sido un éxito rotundo. El mundo coreaba sus canciones a todo pulmón. Estaba tan orgullosa de ellos que estaba al borde de las lágrimas.

Era alredor de las 10:40 de la noche y estaba exhausta. Para cuando salimos del Madison, nos subimos a las camionetas y nos dirigimos al hotel para poder descansar.

Nuestras habitaciones tenían una sala en común, así que llegamos a recibidor y nos tiramos a los sillones. Bueno, solo Nick, Joe, Sam y yo. Ya que Kevin y Lizzie se habían quedado a solas para poder conversar mucho mejor y claro, aprovechar para aniquilarse a besos (y yo muriéndome)

            -¿LO PUEDEN CREER? EL MADISON A REVENTAR – Nick era el más eufórico.

            -Ya lo creo – me quitaba las botas - ¡Estuvo de locura!

            -Nos falta una presentación mas – nos entregó una botella de jugo a cada uno para quitar mis pies del sillón, sentarse y ponerlos arriba de sus piernas – y saliendo del concierto, a media noche iremos al Times Square para que oficialmente “A Little Bit Longer” este a la venta. – brindamos felices.

            -¡Pues me iré a descansar! – Exclamó Sam – yo creo que mañana será un día ajetreado.

            -Pero será un gran día – sonrió maquiavélicamente el mediano de los Jonas.

            -¿De qué hablas?

            -Nos acabamos de enterar que Lizzie regresa mañana por la mañana a NJ. No supimos porque, pero ya no estará de enfadosa y eso me hace muy feliz.

Alzó su bote de jugo brindando hacia nosotros mientras nosotros no parábamos de reír.

Mientras tanto

Al otro extremo de la sala, en una de las habitaciones.

(KEVIN)

¿Por qué no? Una buena recompensa de parte de mi novia después de un exitoso concierto. En cuanto llegamos a la habitación, no parábamos de besarnos de manera espectacular. Era una maestra al momento de que tocaba mis labios y me hacia enloquecer. Pero me di cuenta de que las cosas se estaban tornando serias cuando me desfajó la camisa.

-¡No! ¡Entiende que debemos esperar! - le decía a Lizzie mientras no deja de repartir increíbles y candentes besos.

-¡Vamos Kev! ¡Tú sabes que quieres que lo hagamos! - sonreía de manera inocente, pero a la vez con una saña seductora que no me permitía pensar algo más congruente que no fuera en tirarla a la cama y desnudarla sin control alguno.

Estaba a punto de ceder, ya que testosterona estaba nublándome la mente y pidiéndome que la hiciera mía de una buena vez.

-"¿Pero crees que te libraras de mi?" - escuché de forma estrepitosa la voz de Diana seguida de pasos rápidos.

-¡Solo fue un accidente! - decía Joe divertido. Parecía que este le había hecho una jugada.

Solo se escuchó como Joe fue alcanzado y suplicaba que lo dejara en paz. Parecía que Diana estaba utilizando su arma más poderosa. ¡Cosquillas!

¿Qué? ¿Por qué estoy pensando en las cosquillas si aquí tenía al monumento a la belleza que pretendía desnudarme?

Estaba encima del acolchado mientras ella rodeaba mi cintura con sus piernas y no dejaba de besarme de manera inigualable. Pero llegó un punto que no pude más, ya que el anillo en mi dedo corazón comenzó a cobrar la factura y me comenzó a pesar.

            -¡No Lizzie! – le dije apartándola. Ya estaba despeinada para cuando la alejé de mí.

            -¿Por qué no Kevin? No entraran tus padres. Estamos completamente solo en la habitación y no saben lo que hacemos.

            -¡Están todos los demás al otro extremo del pasillo!

            -¿Te preocupa el ruido que podamos hacer? Descuida – entre besos – seremos muy silenciosos.

Pero finalmente la hice a un lado y me puse de pie arreglándome el pantalón y pretendiendo quitarle el labial de los labios.

            -¡Que más quisiera que lo hiciéramos, pero hicimos una promesa y debemos cumplirla! – le dije.

            -Pero ambos sabemos que nos vamos a casar algún día ¿para qué esperar hasta la noche de bodas? – me decía molesta.

            -Por qué soy un caballero. Mira, te quiero, pero no es el momento y el lugar. Cuando lo hagamos quiero que sea que solo estemos tú y yo. No quiero que sea a escondidas como lo estamos haciendo ahora. Tiene que ser especial.

Creí que sería recompensado por pensar en ella y en su integridad, pero en vez de ello.

            -¡Esta bien! – Dijo con desgana - ¿podrías salir? Tengo que descansar. Mi vuelo sale temprano.

No dije más. Salí de la habitación pretendiendo olvidar lo que había pasado. Sigilosamente regrese a mi habitación ante la mirada de mis hermanos y de Diana que al parecer no pretendían detenerme.

Quería darme una ducha, en realidad la necesitaba.

(JOE)

Cuando salió Kev de la habitación de Lizzie, venia con el rostro pálido pero a la vez furioso. Pasó a un lado de nosotros, pero...

            -No le digan nada – dijo por lo bajo Diana y pretendimos seguir jugando como lo estábamos haciendo. Se metió a su habitación sin azotar la puerta. Fue muy tranquilo, aunque eso sí, la cara de “déjenme solo” nadie se la podía quitar ni por $100 dls.

(KEVIN)

Eran las 12 de la noche. Ya no se escuchaba ruido ni nada por el estilo. Parecía que todo el mundo se había ido a dormir después de casi hora y media de gritos, golpes y “te gané” gracias al guitar Hero.

Tenía mucha sed y el mini – bar estaba en la sala principal. Y como todo el mundo se había largado a dormir, pues era el momento perfecto para salir por líquido y no ser interrogado por nadie.

Salgo silenciosamente hasta que veo la pequeña nevera cerca de uno de los sillones. Logrando mi objetivo, estaba decidido regresar a mi habitación, cuando de repente, escuché una leve respiración que provenida del sofá que me daba la espalda. La TV estaba apagada, así que supuse que alguien estaba dormido ahí. Me asomé y vi una imagen demasiado enternecedora.

Mientras Joe estaba dormido en el suelo, vi a Diana plácidamente dormida con su pijama morada en el sofá abrazando a Teddy Bear (El oso de Nick) y con un gesto peculiarmente lindo. Como si sus sueños fueran amenos y llenos de tranquilidad, ya que una sonrisilla estaba dibujada en su rostro. Aunque me preocupo de que amaneciera con dolor de espalda por estar en un lugar tan reducido.

Había un considerable espacio entre el sillón y el cuerpo de Joe, así que podría tener libertad de cumplir mi cometido.

Con mucho cuidado le quité el oso de peluche y la tomé entre mis brazos.

            -¿Qué pasa? – dijo ella al sentir movimiento. Aun estaba adormilada.

            -¡Tranquila pequeña! – le dije mientras entraba a la habitación.

La deposité en la cama y la arropé, ella ya no abrió los ojos más. De verdad estaba muy cansada.

            -¡Duerme princesita! – le dije mientras le quitaba el cabello de la cara y lo acariciaba con delicadeza. Se veía tan adorable, tan hermosa, angelical. Tan DIANA. No lo resistí más, y le di un beso en la nariz. Y les juro que sentí mucho mas satisfacción al darle aquel inocente y pequeño beso en su naricita que tanto adoraba, que los tremendos besos de mi novia. Por alguna razón le encontraba mucho más sentido.

Hasta aquí mis queridos lectores. La confusión esta mas que presente en el mayor de los Jonas. El quiere a su novia Lizzie que no está dispuesto a perderlo. Pero siente algo muy fuerte por Diana. Algo tan fuerte que le causa grandes dolores de cabeza, por que no sabe que es.

Estamos a nada que de llegué el momento decisivo. Tal vez sea bueno, tal vez no. Pero si quieres saber qué es lo que pasara con nuestros personajes, no te pierdas el próximo capítulo de tu novela favorita “LOVE YOU OUT LOUD”

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