Love You Out Loud (Cap 17)

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Ha habido una distancia entre tú y yo, un malentendido. Pero ahora nos miramos a los ojos.

Life is a Highway

(DIANA)

I FEEL GOOD!

Todo el mundo aplaude satisfecho. Ese era el mejor presente de cumpleaños que podría recibir. Mi madre estaba al frente junto con mis tíos y mis amigos. Joe aplaudía, Nick lo secundaba y estaba al lado de Jazmin. ¡Genial! Kevin parecía estar sorprendido de mi actuación o por mi forma de estar vestida (Ja, eso quisiera).

Pero pude notar que en aquel lugar lleno de gente que amaba, había uno que me miraba de forma extraña.

Ahí estaba Brad Stamper que sonreía de manera rara. Me miraba de arriba hacia debajo de una manera desconocida para mí.

Seguimos un poco más con canciones que a todo el mundo le gustaban. Cantaban conmigo y no se reían si alguno hacia estupideces arriba del escenario, al contrario, nos aclamaban más.

Hubo un momento de silencio mientras yo acomodaba el micrófono, cuando de repente, escucho de donde estaba mi familia, en específico las voces de Joe, Nick y Kevin…

            -Happy birthday to you, happy birthday to you…

Me volví hacia ellos, y si, efectivamente estaban cantándome. Para que después, todo el mundo los acompañara.

Mientras cantaban, vi que varios de los chicos (hijos de los campesinos) iban subiendo una mesa con ruedas que transportaba un rico pastel de cumpleaños. Detrás de ellos,  venia toda mi familia. 

Las lagrimas obvio me salieron al ver todos en aquel sitio celebraba conmigo. Mis 4 amigos de la banda, lo siguieron con los acordes.

  

Las velitas fueron prendidas por Dina mientras todos me abrazaban. Joe no me soltó, pero sabía la razón.

            -Si me avientas al pastel, juro que te mato – le dije por el micrófono, haciendo que todos se rieran.

Isaac, Mark, Andrew y Oliver se acercaron también, pero porque querían hacer la maldad.

            -Si lo hacen, no volveré a hacer pastel en todo lo que me resta de vida – amenazó de manera muy seria, haciendo que Joe se alarmara y mucho.

            -¡ATRÁS! – Joe alejó a todos interponiéndose con las manos alzadas - ¡No permitiré que te avienten! ¡YO QUIERO PASTEL! – y lo dijo de una manera tan graciosa que casi me muero de risa.

            -¡Vamos Di! – alentó Nick.

Me puse frente al pastel y podía ver a todos aquellos hombres y esas bellas mujeres que me acompañaron durante toda mi niñez y adolescencia. Era grato saber que la mayoría de ellos aun estaban ahí, y que de alguna manera no me hacían sentir sola. Y lo digo porque el rostro que mas anhelaba ver, era el de mi padre.

            -¡Es hora que pidas un deseo! – susurró Kevin en mi oído, haciendo que esa sensación de escalofríos.

Lo miré directamente a los ojos, pero solo por un instante, porque sentía que me podría perder y darle un beso en los labios. Pero afortunadamente, recuperé la cordura que por poco se iba y me volví a mi pastel iluminado por la luz de las velas.

Y cuando soplé las velas, lo primero que se me vino a la mente, fue…

“Kevin”

FUCK! ¡NO!

Todos estallaron en aplausos, pero yo quería darme de cachetadas. En vez de pedir “Quiero un futuro con Oliver” “Prosperidad en lo que empieza” “Quiero ver a mi papá” PERO NO… “KEVIN” ¿NO SE ME PUDO VENIR ALGO PEOR A LA MENTE?

            -¡Hey! – la voz de Alice interrumpió – ya que tenemos dos guitarras extra, ¿Por qué no Jonas Brothers cantan junto con Zoo?

Todo el mundo dio gritos de aceptación, pero yo no estaba segura. Ok, cantar con Joe, Pan comido. Cantar con Nick, pan comido. ¡Cantar con Kevin! ¡Quería huir!

Pero no podía, ya que el publico quería que hubiera una actuación juntos.

Todos los hombres que tocarían a mi lado y yo nos juntamos para ponernos de acuerdo que canción tocar.

            -¿Quieren que sea algo de ustedes chicos? – Oliver pasó su brazo por mis hombros.

            -No lo sé. ¿Qué dices Diana? Tú eres la festejada – dijo Nick acomodándose la guitarra.

Entonces, se me ocurrió una idea.

(KEVIN)

Alzó la mirada directamente a mí después de pesar por un segundo.

            -¡Rascal Flatts! – exclamó.

            -Me parece excelente – dijo Joe.

Todos asintieron como si supieran que ya lo sabían, pero ni Nick y yo entendimos.

            -¿De qué hablan? – exclamé algo confundido. Pero nadie me contesto por que se pusieron en sus lugares para tocar, mientras Nick y yo nos quedamos a lado de Isaac que también tenía guitarra.

En ese momento, noté que Oliver se quitó la camisa, quedando en torso desnudo. No es por nada, pero el hijo de perra estaba muy bien trabajado, y claro, como toda mujer lo haría, Diana lo miró por más de 5 segundos.

            -¿Qué demonios tocaremos? – dijo Nick.

            -Es la canción favorita de Diana. Tal vez la conozcan pero solo siganos ¿ok? – dijo Isaac tomando posición.

Y se alejó un poco. Me puse un tanto nervioso, pero aun seguía enojado por esa mirada estúpida de parte de Diana hacia el baterista.

            -¡Vamos Diana Laura! – Andrew que estaba de bajista rápidamente la sacó de su estado de shock, y yo claro, se lo agradecí como no tiene una idea.

            -Que linda sorpresa me dieron todos ustedes. No saben lo mucho que significa para mí, que después de mucho tiempo, tenga una fiesta de esta magnitud con todos ustedes que son mi familia. Y en ese momento quisiera que junto a estos hombres maravillosos que Dios puso en mi camino cantar una canción que marcó mi infancia. Una canción con la que me decía mi padre que la vida no era fácil, pero que teníamos que sobrevivir a ella de cualquier forma. Porque la vida tiene altas y bajas, curvas. Porque la vida es una carretera…

A reproducirla y recuerda seguir la letra por que hay narración:

Y en ese momento, Isaac comenzó a tocar la guitarra, tomándome por sorpresa. Diana me volteó a ver, pero en seguida, miró a Oliver que tocaba la batería y lanzó un beso, haciendo que el mismo Joe se sorprendiera.

Lo siguió Andrew con el bajo mientras Mark le hacía efecto a la canción con el teclado

¿Cómo olvidar? Esa canción la cantó Rascal Flatts hace un tiempo.

Eso sí que no. Y quien sabe si haya sido un reto de parte de ella, pero yo lo tomé así. ¡El baterista no me iba a robar la canción que era de nosotros!

Y cuando es el solo de guitarra, entro en acción, haciendo que Diana me mire. Nick también se sacó de onda, pero sabía que esto ya era personal.

DIANA

Life's like a road that you travel on
When there's one day here and the next day gone
Sometimes you bend and sometimes you stand
Sometimes you turn your back to the wind

JOE
There's a world outside every darkened door
Where blues won't haunt you anymore
Where the brave are free and lovers soar
Come ride with me to the distant shore

DIANA
We won't hesitate
To break down the garden gate
There's not much time left today

BOTH
Life is a highway
I wanna ride it all night long
If you're going my way
I wanna drive it all night long

JOE
Through all these cities and all these towns
It's in my blood and it's all around
I love you now like I loved you then
This is the road and these are the hands

From Mozambique to those Memphis nights
The Khyber Pass to Vancouver's lights
Knock me down get back up again
You're in my blood
I'm not a lonely man

There's no load I can't hold
Roads are rough, this I know
I'll be there when the light comes in

BOTH

Just tell 'em we're survivors

Life is a highway
I wanna ride it all night long
If you're going my way
I wanna drive it all night long

Gimme gimme gimme gimme yeah

Life is a highway
I wanna ride it all night long
If you're going my way
I wanna drive it all night long

En ese momento, Diana se acerca a mí y canta prácticamente a pocos centímetros de mi rostro; pareciendo una sexy provocación.

DIANA
There was a distance between you and I

KEVIN

(There was a distance between you and I)

DIANA

A misunderstanding once

BOTH

But now we look it in the eyes

Con eso me bastó para hacer un solo de guitarra como no tienen una idea, mientras se alocaba conmigo, como antes.

DIANA
There ain't no load that I can't hold
Roads are rough, this I know
I'll be there when the light comes in

JOE & DIANA

Just tell 'em we're survivors

Life is a highway
I wanna ride it all night long
If you're going my way
I wanna drive it all night long

Life is a highway
I wanna ride it all night long
If you're going my way
I wanna drive it all night long

Terminamos agitados por el derroche de energía.

Todo el mundo nos aplaudía.

            -¡JONAS BROTHERS DAMAS Y CABALLEROS! – dijo ella abrazando a Joe, después a Nick y al final a mí…

            -¡Excelente trabajo! – fue todo lo que me dijo, sin abrazarme; para después irse corriendo a los brazos de Oliver que la alzó del suelo, para después…

¡NO! SE ESTAN BESANDO…

(DIANA)

Aquel beso no me lo esperaba para nada. Al parecer por la euforia de los dos, se consumó en un buen beso.

No sé pero me pareció un excelente beso a decir verdad. Sus brazos descubiertos que tanto me hacían babear me rodeaban de manera increíble mi cintura y me levantaba con facilidad del suelo.

Sus músculos los podía sentir en todo su esplendor, y les juro que me sentí increíble, pero cuando medio abrí los ojos, vi como Kevin y sus hermanos estaban que se morían. ¡Y más él!

Ahí fue donde aterricé y me alejé un poco de Oliver, pero el juntó su frente con la mía.

            -¡Diana! No sabes que feliz me haces – exclamó con voz suave y con sus lindos ojos que brillaban de esperanza. Me sentí tan… CULPABLE.

Todo el mundo notó la escena. Pero los que se alarmaron (pude notarlo con la mirada) fueron los cuatro hermanos Jonas, tía Denise, mamá y Alice.

Todos por el contrario, les pareció algo genial de que finalmente hubiera algo más que solo un abrazo.

            -¡PATRONA! – unos trabajadores comenzaron a gritarme de manera alarmada  entre la muchedumbre, haciendo que todo el mundo.

            -¿Qué pasa? – dije acercándome al borde del escenario.

            -¡Es Pimienta! Está a punto de dar a luz.

Ahí el corazón se me detuvo por un instante.

            -¡Vamos a las caballerizas! – dije alarmada.

            -No. Ella no está ahí… - me dijo temeroso uno de ellos.

            -¿QUÉ? SI LES DIJE CLARAMENTE QUE NO LA TENIAN QUE MOVER DEL AHÍ ¿DÓNDE ESTÁ?

Y cuando me dijeron en donde estaba la yegua, casi muero ahí mismo.

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(KEVIN)

No sabía quien estaba más molesto. Si ella o yo, bueno, en realidad era ella la que estaba más que furiosa.

Caminó hasta donde se encontraban las exposiciones de caballos. Nosotros íbamos detrás de ella.

 

            -¡QUE ALGUIEN TRAIGA MI MALETIN DE MI HABITACIÓN! – gritaba desesperada. Cuando llegamos, encerrada en uno de los corrales, ahí estaba Pimienta tirada y respirando con dificultad.

Sin importar ensuciarse, brincó la protección con facilidad, seguida de los 5 veterinarios.

            -¡Revisen su pulso! – pidió queriendo mantener la calma.

            -Está más bajo de lo normal – dijo Andrew.

            -¡Esta demasiado débil! Sus pupilas están dilatadas – revisaba Mark.

Todos los demás revisaban los signos vitales de Pimienta ante la mirada de todos.

Diana parecía estar desesperada, pero procuraba mantener la calma. Acariciaba el vientre de le yegua con cariño, pidiendo a Dios que no pasara nada.

Todos los demás pedíamos a todos los presentes que se apartaran para que la implicada no estuviera incomoda y que pudiera dar a luz con tranquilidad.

            -¿En qué podemos ayudarlas? – preguntó Joe acercándose.

            -Necesito frazadas y agua caliente. ¿Podrían traerlas?

            -¡Claro! – dijo Nick.

            -¡vamos a mi casa! Tengo todo eso a la mano – se ofreció Jazmin.

Ellos corrieron a lado de Jaz mientras yo me quedaba ahí procurando que ella no perdiera la cordura. Pero no le faltaba mucho para hacerlo.

Cuando trajeron todos los maletines de todos, comenzaron a trabajar.

            -La bolsa del líquido amniótico que protegía a la cría se ha roto y tiene más o menos 45 minutos que lo ha hecho. – decía Alice revisándola - ¡Si no la sacamos en menos de 1 hora!...

            -¡Revisen el pulso! – volví a insistir.

            -Sigue siendo débil – Isaac decía.

            -¡Kevin! – Me llamó - ¡Necesito que me ayudes!

Estaba poniendo su suéter debajo del cuerpo de la yegua.

Rápidamente fui a su llamado y también puse el mío. Pasaron el de los demás, y así pudimos hacer una frazada por el momento.

            -También el pulso de la cría. Temo que no soportarán ninguno de los dos – decía resignado Oliver.

            -¡NI BEBÉ NI PIMIENTA MORIRÁ! – dijo mirándolo con coraje y con una esperanza demasiado grande. La mirada que más me mataba de ella, con determinación y con el poder de poner de rodillas a cualquiera – Después me miró - ¡Dime que no va a morir Kevin! Necesito que lo digas.

            -Es que… Diana, no sé si te miento,

            -¡Quiero que me mientras entonces! – dijo.

            -¡No puedo hacer eso Di! Trata de entender…

            -¡MIENTEME PAUL KEVIN! – exigió con los ojos humedecidos.

Tenía que hacer algo. Era un momento crítico donde ella me necesitaba. La cara de Diana era parecida como cuando éramos niños y necesitaba a alguien para que la apoyara. Como cuando aquella vez que se estaba ahogando y sangraba de su brazo. Podía ver su cicatriz que a pesar de que se había borrado un poco, aun se notaba.

            -¡Todo estará bien Diana! ¿Y sabes por qué? – y la tomé del mentón para que me mirara fijamente a los ojos – Porque tu eres la indicada para hacer esto. ¡Eres como el tío William! Decidido, fuerte, y sobre todo… eres la mejor en lo que haces. ¡Como él!

(DIANA)

Por un momento me sentí volar por qué me estaba diciendo todas esas palabras. Pero lo que terminó por hacerme sentir aun mejor fue:

            -¡Y no te estoy mintiendo pequeña! Te lo afirmo porque sé que puedes.

Con esta frase me terminó de matar por completo.

(KEVIN)

-¡Muy bien chicos! Ha llegado la hora de salvar vidas. - dijo mirando hacia el vientre de Pimienta. Medicamentos por doquier para poder tener quieta a la joven madre que no dejaba de luchar. Entendía que Diana y todos sus amigos estaban ayudando para que el pequeño que era necesario sacarlo antes de que muriera.

Mis hermanos y Jazmin llegaron con lo que se había pedido, pero no llegaron solos. Venían varios trabajadores con más medicina sacada del despacho, paja limpia y agua en todas las temperaturas posibles.

No cabía duda de que la hermandad en Montgomery Farm no acababa.

(NARRADOR)

En una de las cabañas:

Brad estaba muy inquieto. Sabía que estaba metido en un lio. Mandó llamar a los trabajadores que habían llevado a Pimienta a la exposición y a punta de pistola los convenció de que no tenían que decir quien había dado la orden.

-¡Es muy simple mis queridos amigos! Alguien canta, y la familia de cada uno de ustedes se va directito al otro mundo.

-¡Señor! Tenemos niños chiquitos. - suplicó uno de ellos en nombre de todos.

-¡YA LES DIJE MUGROSOS ILEGALES! NI UNA PALABRA A NINGUNO DE LOS QUE VIVEN EN CASA GRANDE. O ¿Quieren ir apartando el servicio funerario de sus pequeños?

Y de paso, ser deportados a su tierra, de donde jamás debieron venir.

-Pero ya estamos legalmente en el país - protestó otro trabajador.

Rápidamente, Brad sacó una calibre 36 y directo al pie del que había protestado

Se miraron entre ellos con desesperación.

Sabían que si Diana o alguno de la familia se enteraban de que Brad se estaba pasando de listo, lo terminarían sacando a balazos, pero sabía que este individuo tomaría represalias, ya que era muy influyente en los bajos negocios (Narcotráfico, tráfico de personas y de armas).

-¡Ya están advertidos! Ahora, tenga cuidado con su amigo. Que le saquen la bala y le den analgésicos.

Y lo más importante, no manchen la alfombra de sangre - sonrió de manera cínica.

Los trabadores con mucho coraje, salieron de aquella cabaña con precaución de que su camarada no fuera lastimado.

            -No creo que sea capaz de hacerme algo esa niña tan linda. Aunque debo admitir que si hay arreglos debajo de las sabanas, con gusto podría aceptar los términos y condiciones.

En ese momento, tocaron la puerta. Era John, su padre.

            -¿Qué pasa? – preguntó.

            -¡Es Pimienta! Está dando a luz ¿no supiste? Porque a lo que sé estabas en primera fila viendo a Diana y no dejabas de mirarla.

            -Todos no dejaban de mirarla papá. No fue nada en especial.

            -Pues más te vale. Porque sé perfectamente cómo eres en cuestión de mujeres.

            -¿Qué quieres que te diga? Es una mujer con un gran potencial.

            -¡Shhh! ¡Tranquilo hombre! Es tu superior, y que no se te olvide. Puedes tener a la mujer que quieras, pero a ella ni se te ocurra tocarla.

            -¿Por qué no? ¿Sus hermanos me matarían? – dijo en tono de broma. Pero su padre lo volteó a ver con severidad.

            -Si le hicieras algo a la niña Diana, te juro que el primero correrte a balazos de aquí, seria yo.

Ese comentario casi mata a Brad del susto. Su padre lo estaba amenazando.

            -¿Estas bromeando? ¿Cómo puedes querer más a ella que a mi que soy tu hijo de sangre?

            -Por el hecho que esa niña me ha dado más felicidad que tú mocoso mal educado. Pro que ella si aprovecho la oportunidad de ir a la universidad. Porque ella no se la pasa de floja sin hacer nada y mandando.

            -¿Ya vas a empezar? – rezongó.

            -Recuerda que soy tu padre. Y que a pesar de que tengas 27 años, aun puedo regañarte.

            -¡Mejor largarte! – y se encerró en su cuarto.

John se fue de regreso a donde estaban los demás por si necesitaban de su ayuda, mientras tanto Brad estaba pensando cómo le haría para poder conquistar a Diana, porque es obvio que había visto el beso que se había dado con Oliver. Estaba decidido que el siguiente beso, seria para él.

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Mientras tanto.

Diana y sus amigos hacían lo posible por sacar lo más pronto posible al bebé que estaba en el vientre de Pimienta.

            -¡Vamos linda! Tu puedes – acariciaba Kevin la cabeza de la yegua con cariño.

Diana no pasaba por desapercibido aquellos detalles. Sabía que a ninguno de sus amigos Jonas le agradaba eso de estar viendo cosas que tengan que ver con medicina, pero ahí estaban los tres apoyándola.

Todos los chicos revisaban los signos vitales. Diana estaba que procuraba mantener la calma porque no quería que el potrillo muriera.

            -¡Vamos Pimienta! Tienes que ser fuerte, tu bebé te necesita, Storm también.

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(ALICE)

Había sido una noche larga. La labor de parto había terminado a las 3 de la mañana. Todo el mundo se fue a dormir en cuanto el pequeño potrillo llegó al mundo.

Y a pesar de que pasó el peligro, Diana no quería irse.

            -¡Me quedo para tenerla bajo observación! – pero ahí fue donde Kevin entró en acción. La tomó como costal de papas y se la llevó a casa grande soportando los golpes en la espalda.

            -¡Tengo que cuidarlos! – decía ella chillando cuando finalmente la metió a la camioneta de Sam.

            -¡TIENES QUE DORMIR Y ES LA ULTIMA PALABRA! – gritó severamente Kev haciendo que cerrara la boca.

Y cuando íbamos en el vehículo, simplemente Diana cayó rendida y su cabeza se posó en el hombro de Kevin sin querer. Yo simplemente sonreí ante ello y más cuando noté que el chico rizado se ruborizó y puso su cabeza recargada en la de mi amiga.

Eso para mí era extraño. Era obvio que Kevin estaba enamorado de Diana. Todo el mundo decía que era el más lindo de los Jonas, y no había duda. Pero al ver su gesto de “idiotez momentánea por amor” fue realmente adorable.

Para cuando llegamos, este la iba a bajar, cuando de repente.

            -¡No te molestes! Yo la llevo a su cuarto – dijo Oliver con tono molesto.

            -¡No hay ningún problema de que yo lo haga! – dijo Kevin con calma.

            -¡Creo que ya hiciste suficiente por ella! ¿Por qué no te vas a descansar?

            -Por qué no estaré a gusto hasta que sepa que ella está en su cama descansando. – se defendió.

Parecía que habría una confrontación, Pero gracias a Dios.

            -¡Yo me llevaré a Diana a su habitación! – intervino Joe

            -Y tú ¿Por qué? – alzó la voz Oliver

            -Por qué no dejaré que un par de idiotas celosos la despierten. ¡Piensen en ella! esta exhausta y ustedes con sus tonterías.

No cabía duda de que a pesar de que a veces Joe se portaba como un niño chiquito, tenía su lado maduro.

Cuando llegamos a la habitación, pude ver como Joe le quitaba los zapatos, la acomodaba y arropaba. Le quitó el cabello de la cara y se lo puso detrás de su oreja.

            -Cualquiera diría que estas enamorado de ella – le dije.

            -Esos comentarios me tienen sin cuidado. Yo quiero a Diana porque somos muy unidos desde niños. Inclusive desde que estábamos en el vientre de nuestras madres.

            -¿De verdad?

            -¿Qué Diana no te ha contado la historia?

            -Me dijo que te pediría permiso para hacerlo, que por que es algo vergonzoso para ti – exclamé divertida.

            -¡En ese caso te la contaré! – Sonrió – El día que aceptes tener una cita conmigo - ¿QUÉ?

            -¿Estás bromeando, verdad?

            -No, estoy hablando en serio – y si, su rostro se tornó de la misma forma que él lo estaba haciendo.

            -¡Pues tendría que pensarlo! – respondí tratando de sonar lo más normal posible, pero estarán de acuerdo que yo estaba que no me la creía.

            -No hay problema, piénsalo. Tampoco quiero que sea fácil en poder tener un momento contigo.

            -¿A qué te refieres? – le dije algo sorprendida.

            -Por qué eres la mejor amiga de mi mejor amiga. No quiero arruinarlo, ya que estoy  cansado de hacerlo. Como ella dice “Tienes que hacer las cosas bien” y contigo no dudaría por nada del mundo en hacerlo.

Por un instante nos miramos fijamente, pero yo decidí terminar aquella interacción visual.

            -¡Será mejor que me vaya a descansar! – dijo. Caminó unos pasos hacia la puerta - ¡Que descanses Ali!

            -¡Buenas noches! – y cerró la puerta pero sin antes dedicarme una sonrisa de infarto.

Ok, ahora que estoy sola… (Bueno, Diana esta inconsciente) ¿ME PUEDEN EXPLICAR QUE DEMONIOS PASÓ AQUÍ?

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(KEVIN)

Ya es de día, exactamente eran las 8:00 a.m. y a decir verdad, no quería ni pararme de la cama. Pero hubo algo que me incitó a hacerlo. Una sensación extraña me pidió que lo hiciera a la voz de “YA”.

Me cambié de ropa procurando no despertar a mis hermanos y salí de la habitación, directamente a la de Diana y Alice.

Abro cuidadosamente la puerta y ¿Adivinen qué?

Rápidamente salí en camino al jardín trasero y encontré la camioneta de Sam estacionada. Busqué las llaves en el cajón donde acostumbraba guardarlas y me dirigí a toda prisa a las caballerizas.

Cuando llegue, el lugar estaba desierto, parecía que no había nadie. Pero la puerta estaba entreabierta y había rastro de huellas de botas recién hechas.

Entro al lugar. Los caballos de la entrada ya están despiertos y comen la restante porción de heno de un día anterior y su agua. Los trabajadores aun no llegaban ya que la hora de entrada (por la fiesta de ayer) seria a las 10:00 a.m.

            -¡Eso es pequeño! – escuché la voz de Di y me dirigía al final de la caballeriza. Su risa de contagio; parecía feliz.

Ahí está ella, dentro de cajón de Pimienta. Ella esta recostada pero con la cabeza alzada mirando y protegiendo a Diana con su cuerpo mientras que se dedica a dar un botellón de formula al recién nacido que parecía estar sano y fuerte.

            -¡Eso es mi pequeño! – Decía con ternura – cuando seas grande, serás igualito a tu madre de bello y fuerte.

En eso, Strom (que estaba del otro lado, separado por una división) se quejó

            -Tranquilo Storm. ¡El tiene tu espíritu que tú! Así que no empieces con tus celos tontos.

            -¿Se puede saber por qué usted señorita no está en cama? – irrumpí el momento. Ella se exaltó, pero no quiso darlo a notar mucho ya que tenía en sus piernas la delicada cabeza del potrillo.

            -¡KEVIN! ¿Estás loco? ¡Casi me matas de un infarto!

            -¿Loco? ¡Loca tú! ¿Qué no vez que no has descansado nada?

            -¿Y como supiste que estaba aquí?

            -Eso es fácil. Sigues teniendo esa terquedad que no puedes tú sola

Entré para acompañarla pero ella ni siquiera me miraba a los ojos, solo le dedicaba el tiempo al nuevo integrante.

            -¿Cómo le pondrás? – pregunté curioso.

            -No lo sé. No lo he pensado. Pero un buen nombre tendrá este jovencito – y le dio un beso en el hocico.

            -¡Sabes! Ayer me sorprendiste mucho. Dejaste todo por a atender a Pimienta.

            -Tenía que hacerlo, es mi responsabilidad cuidarlos y más a estos tres personajes – mirando a Pimienta, Strom y al potrillo - ¡Son muy especiales para mí!

            -¿Cómo olvidarlo? Strom es hijo del caballo que fue de tu padre. Y también de Fly.

            -Creí que lo habías olvidado. – exclamó sorprendida.

            -¿Cómo olvidar las cosas que son importantes para ti? – se me salió la verdad. Me llevé la mano a la boca ante la mirada atónita de Diana, pero que desvió por el bebé ya le estaba aventado el botellón por que ya estaba satisfecho.

(DIANA)

No, no y no. No volvería a caer en los encantos de Kevin. Aunque se me hacia lindo que estuviera aquí a estas horas acompañándome. Se veía que me conocía bien y por qué no dudó ni un segundo que yo estaba aquí.

            -¡Bueno! Es mejor que dejemos a estos niños consentidos descansar. – y le di un beso en la cabeza del potrillo. Al momento de alzar la mirada, me encontré con los ojos de Kevin sobre mí, haciendo que por un segundo, me perdiera en ellos.

En ese momento, se escuchó que alguien abrió la puerta, haciendo que los dos mirarnos hacia ella. Era Oliver que venía acompañado de Joe.

            -¿Me puedes decir que haces aquí? – acusó Oliver.

            -¿Qué no es obvio? Vine a ver cómo estaban mis caballos.

            -Pero debes de estar descansando .Te desvelaste y te ves bien. Tienes las ojeras que tanto odio ver, como cuando estábamos en época de exámenes y te matabas estudiando hasta las 3 de la mañana.

Era una de las cosas que no me gustaba de Oliver, siempre sobreprotegiéndome.

            -Pues no me iré a casa – dije de mala gana.

            -Pero Di… - Kevin estaba a punto de abrir la boca también.

            -Averiguaré quién demonios movió a Pimienta de aquí sin mi consentimiento. O más bien, en contra de la orden que di.

            -Pero Diana ¿Qué no estás cansada? – preguntó Joe procurando no hacerme enojar.

            -No. ¡Estoy bien! Así que dejen de preocuparse por mí.

            -Yo lo hago porque quiero que descanses. Es lo mejor. – dijo Kevin colocando su mano sobre mi hombro, haciendo que tuviera una sensación muy extraña

            -¡Todos lo hacemos por tu bienestar! – me jaló hacia él, haciendo que el contacto físico entre Kev y yo terminara de manera instantánea.

-¡Debes descansar! - decía Joe con ese tono sobreprotector que me desesperaba.

-Descansaré cuando tenga que hacerlo, así que...

Tampoco no les iba a pedir permiso. Ya tenía a Strom ensilladlo, así que con todo y pena, iba a dejar a los chicos en la caballeriza porque me dirigía a despacho.

-¡DIANA LAURA! - gritó Oliver enojado. Paré el caballo y me volví hacia él - ¿Que parte de "tienes que descansar" no entendiste? - lo dijo en el autoritarismo que tanto odiaba.

-¿Y qué parte de "Yo hago lo que se me da la gana" no entendiste?

Noté que Kevin soltó la carcajada, haciendo que Oliver se pusiera rojo de coraje.

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(KEVIN)

No pude evitarlo. Lo dejó callado al tipo de tal manera que no pude contener mi carcajada.

-¿De qué te ríes imbécil? - respingó Oliver mirándome de manera retadora.

-Que ella te mandó al diablo. - agregué con cinismo - ¡Debes admitir que se escuchó genial recordarte que ella hace lo que quiere!

-Si le pasa algo por no haber dormido, juro que al primero que le lloverán las consecuencias, será a ti.

-¿Y crees que tengo miedo?

Nos pusimos frente a frente, pero Joe se interpuso entre los dos.

-¿Podrían callarse? Parecen dos niños chiquitos peleando por la niña que les gusta.

¿QUÉ? Eso fue un golpe bajo.

-¡Eso sabes que no es cierto! - hábilmente contesté sin tartamudear.

-A mi no me gusta. ¡La quiero más de lo que te imaginas! Y, si mal no recuerdo, Diana ayer me dio un rico y efusivo beso que me basta para ser feliz. - el idiota me miró y sonrió triunfante.

-¡Eso no te hace más! - contraatacó Joe - ¡Canta victoria cuando ella sea tu esposa! Por que quien sabe, siendo tu novia, podría amar a otro que no eres tú.

Eso bastó para quitarle la estúpida sonrisa del rostro al niño Texas. Se salió molesto de las caballerizas pateando cubos de agua.

-¡Wow! Eso dolió Joe. - le dije sonriente, pero me miró de manera sombría.

-También era para ti pedazo de porquería - me sorprendí de su reacción.

-¿Qué? ¿Pero por qué yo?

-Ambos sabemos la razón. ¿O quieres que te recuerde aquel día que lloraste como toda una niña cuando te mandó al diablo mientras no parabas de decir que la querías? - ¡Ouch! Eso si me dolió y más que otro comentario. Caminó hacia la salida dejándome solo. Sí, me dolió su comentario. Volteé a ver a Pimienta y al potrillo, y me miraban de manera acusadora. Volteé a todos lados y los demás corceles hacían lo mismo.

-¿Qué? - dije enfurecido - ahora me juzgan unos caballos.

Y salí muy enojado de ahí. Sentía que me hervía la sangre. Esto de que Diana podría estar enamorada de otro me ponía de un, pero de un pésimo humor.

(DIANA)

Estaba a una parcela del despacho, así que no tardé en llegar. Ya estaba Billy atendiendo los pendientes como buen patrón, pero no estaba solo. Estaba con el hijo de John, el creído de Brad que me miró de arriba hacia abajo y se quitó el sombrero en señal de caballerosidad.

-¡Hermanita! ¡Creí que estabas dormida! - dijo cariñosamente.

-No. Estaba inquieta por la salud de Pimienta.

            -¿Y no cree que debería estar descansando? Fue un agotador día ayer ¿No cree? – me decía con un coqueteo predecible.

            -¡No! Y menos con lo que tengo entre ceja y ceja. – contesté.

            -¿De qué se trata?

            -Necesito una reunión de trabajadores ahora mismo.

            -¿Y se puede saber para qué? – preguntó atento.

            -Porque quiero saber quien movió a mi yegua sin permiso.

(BRAD)

¡DIOS MIO! Sabía que a pesar de que me encantaba tenerla a un lado Miss Diana, ahora si me había volteado las cosas. No creí que esa yegua fuera tan importante para ella.

            -¿Para qué meterse en líos patrona? Yo creo que fue un error.

            -¿Error? Todo el mundo sabía que estaba delicada de salud.

            -Pero tome en cuenta que también se veía saludable desde que usted la atendió. Tal vez le dijo a algún trabajador, pero el que estaba ayer no se dio cuenta y al ver bien a Paprika pues la llevó a la exhibición.

            -¡Se llama Pimienta! – reclamó con tono y mirada severa, haciendo que por poco caiga a sus pies.

            -¡Brad tiene razón! – Interrumpió Billy – Tal vez fue un error, tal vez solo se les pasó.

            -¿Se les pasó? ¡CLASI MUERE MI NIÑA JUNTO CON SU CRIA!

            -¡Tranquila patrona! No se me exalte.

            -Mira Di – se levanta su hermano y le pasa el brazo por los hombros, mientras caminan por el despacho – te prometo que si sabemos quién fue el que la sacó, lo sancionaremos tal como es debido. Pero por favor, no quiero que te exaltes, y mucho menos ahora que Pimienta te necesita.

Cuando escuché la palabra “sanción” me exalté un poco, pero cuando vi que el rostro de la bella chica se relajaba, me tranquilicé.

            -¡Esta bien! – dijo de mala gana – Pero algo si te voy a decir. Si la sacaron con toda la alevosía a mi pequeña, te juro que yo misma correré al tipo a balazos.

            -¡DIANA LAURA! – se exaltó su hermano. ¡No digas tonterías!

            -No las estoy diciendo William – lo miró de manera extrañamente fuerte - ¡Casi me quitan algo que me pertenece! Y yo estoy acostumbrada a defender lo mío.

Toda molesta salió del despacho, dejándonos boquiabiertos.

            -¿Me puedes decir si ella es así todo el tiempo? – pregunté a Billy.

            -Cuando le importa algo lo defiende a capa y espada. Pero ¡Jamás había dicho algo referente a un arma! Y lo siento por el tipo que haya sido, ya que mi padre la enseño a tener muy buena puntería.

En ese momento sentí unas inmensas ganar de salir huyendo. Pero a la vez sentí aun mas atracción por la chica de bellas facciones y curvas marcas que poco a poco se iba alejando encima de su fiel corcel negro, haciendo vibrar, ya que parecía salida de mis sueños mas eróticos y fascinantes.

(NARRADOR)

Al día siguiente.

No había nadie en la casa. Todos habían ido a hacer sus labores. Miss Emilia se había ido con los tíos Jonas a Austin para ir de compras (De nuevo) dejando a todos los demás esparcidos en el rancho.

Kevin regresó pronto a casa con algo de lodo en su pantalón, ya que había tenido una especie de “luchitas” con Joe, haciendo que se ensuciara.

Se dirigió a la desierta cocina, directamente a la nevera para poder sacar una jarra de agua helada que había ahí.

Y justamente cuando Kevin bebía plácidamente el líquido.

            -¡Vaya! Ahora si podremos hablar contigo de hombre a hombre – se escuchó la voz de trueno de Oliver en el marco de la puerta.

            -¿De qué hablas? – dijo Kev volviéndose hacia él y dejando su vaso encima de la barra.

            -¿Crees que no sé a qué has venido? ¿Crees que soy un iluso para no darme cuenta?

            -¡Explícate maldita sea! – se exasperó el más grande.

            -¡Se que has venido porque estas arrepentido de haberle roto el corazón a Diana! A mí no me haces tonto. No sabes cuánto ella sufrió por tu culpa por que simplemente no le hiciste caso y preferiste a la zorra de tu ex por los consejos de tu gran amiga.

            -¡Es cosa que no te importa!

            -¡Claro que me importa porque ella es la chica que quiero! Y que no estoy dispuesto a perder por nada del mundo.

            -¿Ahora de que carajos hablas? – se defendió Kevin poniéndose frente a él.

            -Sé perfectamente que tú estás enamorado de ella.

            -¿Ahora qué maldita droga te encontraste en el campo? ¿Yo? ¿Enamorado de Diana? ¡Por favor!

            -¡La miras como si ella fuera tu mundo! La tocas pretendiendo que ella te siga la corriente. Te celas cada vez que yo me le acerco. ¡Te enojaste cuando ELLA me besó! ¿Quieres algo más? Pero no dejaré que te aproveches de ella otra vez. Porque ahora, tiene quien a cuide. ¡El hombre que la ama!

Kevin se sintió acorralado. Lo habían descubierto, pero lo peor era que le había sido confirmando sus sospechas. Oliver no solo quería a Diana ¡LA AMABA!

Miraba a su competencia por el peligro con el que realmente significaba. Porque un amor puro, es un rival bastante fuerte.

Hasta aquí mis queridos lectores.

¿Qué consecuencias tendrá esta declaración de guerra de Oliver contra Kevin? ¿Diana que es lo que hará ya que se encuentra en una situación bastante extraña?

¿Qué hará Brad para poder simpatizar a su “nuevo reto”?

Todo esto y mucho más en la siguiente entrega…

No te pierdas el próximo capítulo de tu novela favorita “LOVE YOU OUT LOUD”

NOTA: Ando a “full” con los trabajos, pero en mis ratitos libres escribo. Por eso tardo tanto. ¡Gracias por su comprensión!

Pero antes que nada ¡TE INVITO A COMENTAR!

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