Check Yes Juliet (Cap 15)

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El corazón es un músculo que tiene vida, que se mueve, que ayuda a que tu organismo se este movimiento… pero a veces, el corazón habla, y grita para poder ser escuchado.

Habla el Corazón

#Imagina

(JOE)

La peor pesadilla de la vida. Iker ya había anunciado que la boda se efectuaría en 2 semanas. ¿QUÉ DEMONIOS LE PASABA? se supone estaba contemplada para dentro de 2 meses.

Ahora no sabía qué hacer. No quería que ella se casara, pero tampoco quería verla así. Mi July estaba asustada, y no dejaba de llorar. Ni alejarme de ella en ese momento. Lloraba sobre mi pecho desnudo, y juro que en estos momentos, mataría al idiota por causarle semejante angustia.

El teléfono de mi habitación comenzó a sonar. No iba a hacerlo, pero tuve que, por que July me obligó.

Era Nick, y me estaba diciendo algo que ya sabía.

-¿La llamó Alex? ¿Sabes algo de ella? – me preguntó

-Se supone que la has visto ¿No?

Guardó silencio.

-Luego hablamos sobre esto.

Algo no estaba bien, Nick a parte de escucharse apurado por la situación por este español hijo de perra, se escuchaba deprimido. Y sabía que tenía algo que ver con Alex.

Duramos fácilmente 10 minutos charlando, para después colgar y regresar al cuarto de July. Pero ¿Qué creen? Ella no estaba en la habitación. La busqué pero nada.

No perdí la cordura porque aun seguía su equipaje así que solo había salido a tomar aire.

(JULIET)

No era posible que Iker fuera tan egoísta para hacer esto. Estaba a parte de enojada, estaba asustada. Era la sensación más terrible que jamás he sentido en mi vida.

Me lavé la cara y salí de mi habitación porque no quería que Joe me viera llorar ni un segundo más.

No sabía a qué lugar irme, así que comencé a deambular por el hotel. Aun no era tan tarde.

Terminé en el bar, y como era a mitad de semana, no había muchos huéspedes. Y la verdad, quería tomar una copa, la necesitaba.

         -Buonanotte – me dijo el barman que estaba ahí.

         -Che ne dici tu mi dai un bicchiere di brandy? (Qué tal ¿Me podrías dar una copa de brandy?)

-Inmediatamente – respondió el joven.

Para ser honesta, no quería saber absolutamente nada. Hoy quería perderme en el alcohol. Por primera vez en mi vida, quería hacerlo.

(JOE)

Pasaron las horas y ella no llegaba a su habitación. Eran exactamente la 1:45 de la mañana. Ella jamás se va tanto tiempo, a menos que sea conmigo o con Alex. Estuve viendo la tele, escuchando música, revisando el correo, hasta que me desesperé. Agarré una chamarra, me puse unos vaqueros y zapatos.

Bajé al lobby y pregunté si sabían algo de ella.

-Disculpe ¿Sr. Jonas? - me volví. Era el botones que nos había tocado la otra vez.

-Sí. ¿Qué pasa?

-Si busca a la Srita. Luca, está en el bar y le diría que fuera por qué no está en muy buen estado que digamos.

¿Mi July ebria? Ella jamás ha tomado más de tres copas en una noche. Ella jamás había conocido lo que era llegar a eso.

Corriendo, me llevó hasta el bar, mi alma estaba en un hilo.

Llegamos, y el bar estaba solo. El joven que venía a mi lado me señaló donde estaba. Sentada en una mesa con una botella de brandy vacía. Estaba recostada en la mesa demasiado quieta.

-Juliet... July.

-J... Joe... - pronunció con dificultad y alzando la mirada. - ¿Qué... Qué no deberías es... Estar dormido?

-¡Ý tú se supone que deberías estar sobria! - respondí molesto ante esto.

-Ni... Ni empieces Joseph. Mejor... Vete a dormir y yo pido... Otra botella de brandy.

-¿Estás loca? No tomarás una gota de vino más. ¡Así que vámonos!

La tomé entre brazos y me la llevé. Ella no opuso resistencia, al contrario, comenzó a llorar en mi pecho mientras la llevaba en camino hacia la habitación.

-Tengo tanto miedo Joe. - no paraba de repetir.

La recosté en su cama. Se la pasaba diciendo incoherencias, se reía y lloraba. En otro momento me hubiera muerto de risa, pero sabía la razón de su borrachera y no me daba gracias.

-Joe... Mi Joe - dijo mientras la arropaba con la sabana.

-¿Qué pasa July?

Alzó una de sus manos, acarició mi mejilla con delicadeza.

-Si sabes que te quiero ¿Verdad?

-Claro que lo sé tonta. - sonreí. Pero en ese momento se me ocurrió decir algo más, porque sabía que estaba ebria y que no lo recordaría

-Y yo también te quiero y demasiado.

Ella abrió los ojos como platos cuando escuchó esas palabras. Pero en vez de responderme algo, me tomó por la nuca y me planto un beso en los labios.

¿¿¿¿???

¿QUÉ? ¿ELLA ME ESTA BESANDO? ¿QUÉ HAGO? ¿LE CORRESPONDO?

Esa acción me tomó por sorpresa. Sus labios sabían a una mezcla de ternura y brandy. Y la verdad, me sabía a gloria. Sentir sus labios en los míos era la sensación que había soñado desde hace tiempo.

Se separó de mí y sonrió de manera cálida, como si esperar algo de mi parte, a pesar de estar ebria veía algo que no veía cuando Iker la besaba.

¿SABEN QUÉ? ¡AL CARAJO!

¡LE CORRESPONDO!

Ahora fue mi turno, la besé como tanto quería hacerlo.

Cuando yo besaba a las mujeres con las que salía, tenía en la mente que solo era sexo y nada más, pero cuando la besé fue diferente. Le estaba dando algo que era desconocido para mí. Era amor, bueno, eso creo porque lo he conocido hasta que ella llegó a mi vida.

Ella rodeó mi cuello en mi cuello induciendo a besarla con más dedicación.

Hacia líneas rectas con su nariz en la mía, sonreía entre besos y enredaba sus dedos entre mi cabello de manera inocente. Pero tenía que estar consciente de que lo que estábamos haciendo no era lo correcto. Ella es una ebria comprometida que no sabe lo que hace. Y yo un idiota enamorado que no quiere perderla y que daría la vida porque este momento no terminara jamás.

Me separé de ella y admiré su rostro. Se notaba que se estaba muriendo de sueño y no quería separarme de ella.

         -Duerme mi July. Mañana será un día agitado.

         -No importa… Joe… ¿estarás conmigo siempre?

         -Claro que si mi quería Juliet. ¡Siempre estaré contigo!  - ella sonrió. Me dio otro beso rápido antes de acostarse.

Me quedé ahí hasta ver que había conciliado el sueño. Acariciaba su cabello, su frente, su nariz.

Cuando cayó en un profundo sueño, procuré salir de la habitación de “puntillas”, pero cuando estaba a tres pasos de ella.

         -Joe… te amo.

Me volteé bruscamente hacia ella y me percaté de que estaba dormida.

LO HABIA ADMITIDO. ELLA ME AMABA.

No tengo por qué mentir, dormí feliz. Más de lo que puede estar un ser humano. Ella me amaba. Pero ¿Cómo lo sabía si estaba ebria y decía puras incoherencias?

Bueno, hay un viejo refrán que dice: “Los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad”. Solo espero que esta vez sí aplique esto. LO PIDO A GRITOS.

(NICK)

La semana transcurría y sin saber nada de Alex. Me estaba desesperando. Tenía que saber donde estaba.

Al parecer, el jefe había visto mi desesperación por encontrarla, así que me llamó a su oficina para darme la información que jamás me esperé de su parte.

         -¿Jacksonville? - dije con una boba sonrisa en mi rostro.

         -Sí, está ahí. – me dio absolutamente todo lo que necesitaba para encontrarla – así que ve por ella.

         -Pero señor. ¡No puedo dejarlo solo!

         -¿Crees que no puedo cuidarme solo?

         -Señor, se alteró cuando supo de lo que había hecho Iker. Ahora su corazón no está bien.

         -Estaré mejor cuando tenga a ese mocoso impaciente frente a mí, pero aun faltan uno días. Para eso, tú ya deberás traer a Alex contigo.

Me daba tanta felicidad que Robert Luca aun me siguiera apoyando. Como siempre lo ha hecho.

La tenía que encontrar, no podía darme el lujo de perderla sin antes haber hablado.

Así que salí de la oficina hacia mi destino que sería Jacksonville. Esta vez Alex no tenía escapatoria, teníamos que aclarar muchas cosas, entre ellas lo que siento por ella, y lo que sienta por mí.

         -¡Suerte muchacho! ¡Ve por ella! -  fueron las últimas palabras que escuché del jefe.

Cuando estaba en mi coche:

         “¡Buenas tardes! American Airlines ¿en qué puedo servirle?” – me dijo la voz al otro lado de la línea.

         -Buenas tardes. Necesito un boleto de avión, el que tenga para salir hoy mismo.

         -“¿Destino?”

         -Jacksonville, Florida.

         -Trabajando señor.

(ROBERT)

¡Este muchacho enamorado! Se nota que su amor hacia mi Alex es puro, y con eso me basta para poder ayudarlo. Además, nada más seria mejor que mis dos muchachos tuvieran algo que ver. Si, Ed me agrada, pero que mejor que mi Nick son mi Alex. Son la pareja perfecta, mis nietos serian perfectos.

Me hace recordar mí tiempo de juventud. Cuando me enamoré de Rose Mary y que no tenía el valor civil de decírselo por mi mala reputación que tenía entre las mujeres.

Me siento en mi escritorio y reviso en correo electrónico que tengo en la bandeja de entrada. Era mi pequeñita.

"¡Pisa es sensacional papi! (veo la fotografía de July que parecía estar recargada en la Torre) Es increíble, un lugar mágico lleno de increíble historia. Es muy diferente a cuando venimos cuando yo tenía 15. Y la pizza... ¡Mmmm! Joe y yo fuimos a comer al restaurante que fuimos ¿recuerdas? Eso si no ha cambiado.

Cuando llegue a Roma te mando otro correo. Joe me está apresurando para subir al jet. Te amo papi. Con cariño: July."

Y una fotografía de ambos comiendo pizza.

La verdad ver a Joe a su lado me tranquilizaba un poco, pero no del todo.

Les juro que el muchacho no me agradaba para nada, pero sabía que la cuidaría porque es su mejor amiga y jamás dejaría que alguien le hiciera daño.

Ese Joe es tan yo en mi juventud.

Volteo a ver el portarretratos que esta a mano derecha y veo la fotografía de cuando Rose y yo nos comprometimos. Esa mujer bella llena de carácter había sido una mujer indomable y llena de sueños. (Tal como mi hija, pero con el carácter aun más tranquilo, mi hija vaya que sí era una maldita, igual que yo).

Y yo, un aventurero, un bastardo con suerte, que siempre obtuvo lo que quiso, tal cual Joe.

Recuerdo la primera vez que la vi como si fuera ayer.

FLASHBACK

1965

La campaña estaba siendo un éxito. Tenía mi lugar asegurado como presidente de clase. Mis amigos y yo éramos los más populares de todo Loyola.

Un primer día de clases, estaba dispuesto a ver la "carne fresca" que había llegado a la Universidad. Así que junto con toda mi comitiva, nos dirigimos hacia el dormitorio de así chicas de primer ingreso.

Vaya que había de todo tipo, desde las rubias con cuerpo de Marilyn Monroe, hasta las chicas castañas doradas por el sol.

Me la estaba pasando de lo lindo platicando con las chicas que se acercaban, cuando de repente vi que del dormitorio salió el ángel que jamás me imaginé.

Con un vestido negro y lunares, cabello largo y castaño, collar de perlas y un par de cuadernos en el brazo.

-¿Quién es esa chica? - le pregunte a Alf, uno de mis amigos.

-No tengo idea Luca, ha de ser una de las chicas nuevas por que semejante belleza jamás ha estado aquí en Loyola.

Y tenía toda la razón. Una chica tan bella como ella, jamás había visto aquí en la escuela. Era una mujer demasiado hermosa. Parecía un sueño hecho realidad. Ella caminaba al compás de la batería de una canción de Elvis Presley. Iba acompañada de otra chica linda, pero en ese momento la única que me importaba, era ella a pesar de estar rodeado de preciosas chicas

-¡Piérdete Luca! - fue la contestación que me dio cuando la invité a salir. Y de hecho, era siempre su respuesta cada vez que le acercaba.

Era la primera vez que una mujer me rechazaba y era lo que más me atraía de ella. Que siempre hacia su santa voluntad, a pesar de tener el mundo en su contra.

Yo sabía que no tenía necesidad de estar detrás de ella, ya que tenia a toda mi disposición a toda mujer hermosa en el campus, pero yo la quería, por lo menos una palabra dulce de sus labios o una simple mirada tierna, pero siempre tuve desprecio.

Cuando me disparó Sánchez sentí que me iba a morir. Lo único que recuerdo son los gritos de Rossie pidiendo auxilio.

Cuando desperté, estaba en el hospital, tenía un fuerte pero soportable dolor en el hombro y las sabanas me picaban.

-¡Luca! - la voz de un ángel decía mi apellido.

Abrí los ojos y vi su hermoso rostro de portada de revista que en sus ojos se notaba que había derramado lágrimas. Y no lágrimas cualesquiera, habían sido por mí.

-¡Robert! ¿Estás bien? - era la primera vez que me llamaba por mi nombre y la verdad, se oía muy bien.

-Rossie ¿Qué pasó?

-Te dispararon - acariciaba mi cabello - pero tú estás bien. La bala alcanzó a salir de tu organismo. Solo te quedará una cicatriz.

-Menos mal. Dicen que a las chicas les gustan los hombres con cicatrices. Espero ahora si ser de tu agrado.

-¿Cómo puedes decir eso? Por mi culpa recibiste un disparo. - los bellos ojos de Rossie se rasgaron con lagrimas.

-No, no digas eso. Fue una pelea. Tú no tuviste la culpa de nada.

No dejaba de llorar y no dejaba de culparse, hasta que...

-Rose Mary, te seré honesto. Hoy más que nunca estoy más que seguro que recibiría todos los balazos solo por ti.

-Eres un tonto. - dijo tratando de sonreír, y tomó mi mano en señal de apoyo.

Días después del suceso:

Ella caminaba en camino a clase con Helen, y yo la alcancé.

-Robert ¿Cómo sigues?

-Mucho mejor. Me quitarán todas las vendas dentro de una semana.

-Te veo en clase Rossie. Recupérate pronto Luca. - Helen nos dejo solos.

-Escucha, sé que me he comportado como idiota, pero ¿Qué te parece si comenzamos de nuevo? Te lo pido con el corazón en la mano.

Se exaltó al escuchar mi propuesta.

-¿Hablas en serio?

-Jamás había hablado así de serio en toda mi vida.

Dudó pero después de unos cuantos segundos, sonrió.

-¿Y prometes no seguir siendo un patán?

-Te lo juro. No hay nada que mas que no quiera que tener una buena charla contigo.

-En ese caso... Hola, mi nombre es Rose Mary McKidd, estudiante de 4° de Literatura. – extendió su mano.

-Hola Rose Mary, mi nombre es Robert Luca, estudiante de 7° de Administración.

Ahí comenzamos a platicar, a salir, claro como amigos. Pero después de 6 meses de amistad, le pedí que fuera mi novia. Me costó mucho trabajo que aceptara. Ella a pesar de ser mi amiga, no confiaba mucho en mí que digamos. Pero finalmente lo logré.

Y cuando le pedí matrimonio, tuve que esperar que terminara ella la carrera, mientras yo trabajé como loco por que no quería depender de mi padre para comprar una casa. Quería que viera que estaba dispuesto a hacer lo que fuera por ella y por nuestro futuro, juntos.

Aunque terminamos viviendo en “Casa Luca” porque papá murió y me dejo la casa.

Finalmente, un 21 de Marzo ella y yo contrajimos matrimonio. Les juro que hubo más de uno que creyó que nuestro matrimonio jamás funcionaria, y todo porque decían que le seria infiel, pero ella siempre confió en mí, y además, tenía muchas razones para no engañarla. Ella lo tenía todo, absolutamente todo.

Y cuando supe que sería padre, mi vida cambió.

Cuando tuve a Juliet entre mis brazos, todo mi mundo se volvió hacia ella.

         -Ella será grande – decía mientras la recostaba en su cuna. – será un mujer de bien, trabajadora y dirigirá “Luca & Cía.”.

         -Tal vez sea escritora mi amor – le decía cuando la abrazaba por detrás por la cintura mientras veíamos a nuestra pequeña dormir.

         -No lo creo cariño. Juliet a pesar de ser pequeña tiene algo especial. Algo que los escritores carecen.

         -Pero ¡Es parecida a ti! – le recalqué.

         -Tal vez, pero ella tiene el carácter aun más fuerte. Lo sé.

FIN DEL FLASHBACK

El carácter que July había adoptado, rápidamente nos dimos cuenta que lo había heredado de los dos. Así que sería una mujer hecha y derecha, nada dejada y un dolor de cabeza para los que se metan con ella.

De Álvaro Sánchez supe que había muerto en un accidente, cosa que lamente, porque a pesar de que me haya disparado, gracias a él, había encontrado mi felicidad con mi Rossie, a pesar de que la perdí hace casi 20 años.

(JULIET)

Roma, Italia.

Miércoles por la mañana.

Dios mío, ¿QUÉ DEMONIOS PASÓ?

Me daba vueltas la cabeza, era un dolor que jamás había sentido en la vida. Sentía como mi cuerpo parecía no estar bajo mi control. Creo que el brandy no es muy buen consejero que digamos. Las consecuencias son de verdad HORRBILES.

Después de poder poner algo en su lugar, noté que en mi mesita de noche había un vaso de agua, un envoltorio que decía “Aspirina” y una nota.

“Creo que unas dos de estas, te servirán. Y si te preguntas como llegaste a tu cama, si efectivamente fui yo.

¡Buenos Días!

Joe.

¡DIOS MIO! ¿JOE ME VIO EBRIA? Qué vergüenza de tan solo pensar que me vio en este estado.

Así que de un solo trago, las pastillas a mi organismo y un buen baño con agua fría.

 -“Pequeña ¿Estás bien? – se escuchó la voz de Joe fuera del baño.

 -Si –le respondí apenada.

 -Ok, te espero en mi habitación para desayunes. – y escuché que cerró la puerta.

Supongo que este desayuno no sería muy ameno que digamos. Ya me imagino la clase de regaño que me llevaré.

-¡Buenos Días! - fue lo que me dijo cuando crucé el umbral y él ya tenía lista la mesa con un montón de comida.

-¡Hola! - traté de ponerme lo más arreglada que podía, incluso me puse los lentes de sol para que no se me vieran las olímpicas ojeras que traía.

(JOE)

Cuando entró a mi habitación, ya tenía un festín, porque sabía que tendría mucha hambre. El corazón me latió a 1000/hrs.

Traía los lentes de sol, y sabía perfectamente porque, pero sus vaqueros y camisa morada la hacía ver preciosa.

Se sentó frente a mí y en silencio tomó jugo de naranja. No podía evitar verla mientras intentaba hacerse la fuerte ante el dolor de cabeza que sabía que traía en este momento.

-Supongo que mi escena de ayer te causó mucha gracia - afirmó.

-No exactamente. Estabas muy mal y me asusté. - le dije tratando de sonar casual.

-De verdad, discúlpame por ser tan inconsciente. Te prometo que no volverá a suceder.

-No te preocupes, te entiendo - pasé la mano por la mesa y apreté sus dedos, gesto que fue correspondido.

Seguimos desayunando en silencio, hasta que pregunté.

-¿No te acuerdas de lo que pasó?

-No. - ¡SHIT! - Ni siquiera de como llegué a la habitación.

-¿Nada? ¿Ni siquiera lo que tomaste, o lo que dijiste?

-Sé que suena patético, pero no recuerdo nada. Solo sé que mataré a Iker por ser tan egoísta.

Y siguió devorando su plato de huevos con jamón.

NO RECORDABA NADA. NI SIQUIERA EL BESO QUE ME DIÓ.

Bueno, si ya sabía que no lo recordaría ¿POR QUÉ DEMONIOS ME AFECTABA TANTO? Tenía la esperanza que recordara lo que paso y me dijera.

"¿Sabes qué? Al demonio con la boda, YO TE AMO".

Sería un sueño hecho realidad.

-Joe ¿Qué tanto me miras? - toma mi ilusión se borró al ver que ella me miraba dudosa, ahí me di cuenta que no había dejado de mirar en un rato.

-No... Nada... Es solo... - ahora balbuceaba.

-¡Si tienes algo que decir, escúpelo ya! - exclamó desesperada.

Tenía en la punta de la lengua "Deja todo y vámonos juntos". Pero dije otra estupidez.

-Deja esos lentes, te ves ridícula.

Ella guardó silencio, para después soltar una carcajada. Después yo la seguí. Se pone de pie y me abraza mientras yo sigo sentado y puse mi cabeza en su vientre.

-Gracias Joe. No sabes cuánto de quiero.

-Yo también y no tienes idea de cuánto.

Así duramos abrazados unos cuantos momentos.

Cuando de repente:

-¿Sabes qué? - la miré - ¡Vamos a Madrid!

-¿QUÉ? - casi me infarto.

-Esto tengo que hablarle de frente. Si nuestro compromiso ha de valer, que sea de una vez.

Habló con la decisión y con seguridad. Si la verdad el compromiso iba a terminar, que fuera de una buena vez. Por mi, mejor. Era Juliet Luca, la mujer de “armas tomar”.

         -¿No te importará que dejemos Toscana para otra ocasión?

         -Pequeña, sabes que te acompañaré hasta el fin del mundo si es necesario.

         -Entonces, ve pidiendo el Jet. Nos vamos a Madrid ¡YA!

Terminamos de desayunar y ella se fue a su habitación, mientras yo arreglaba lo del jet.

         -“¿Qué destino Sr. Jonas?

         -Sera Madrid, España. Tenemos que ir a patearle el trasero a un “hijo del coño”. – lo dije tan bien que inclusive la que me atendía, le dio risa.

Y en menos de 2 horas, Juliet y yo salíamos del hotel en camino al aeropuerto donde nos esperaban, para llegar a nuestro destino. Y a mi chica jamás la había visto tan decidida como hoy. ¡Demonios! Por eso la quiero tanto.

ES AHORA O NUNCA.

(ALEX)

Jacksonville.

El sol en Jacksonville simplemente es impresionante. Me siento tan bien aquí en la casa que renté para hospedarme, que me daban ganas de comprarla, dejar todo en Chicago y no volver. Pero no podía hacerlo, ya que tengo un compromiso con la empresa, con Papá Bob, con mi madre, con mi mejor amiga. No podía hacer eso ni de broma.

Aun tengo en la cabeza aquel delicioso beso que Nick me dio en su departamento y que no le di la oportunidad de que me diera explicaciones. La muy cobarde ahora estaba aquí disfrutando del bello paisaje, los hombres guapos que pasan en traje de baño caminando por la playa, mientras yo, en la terraza bebiendo jugo de naranja mientras ellos me giñan en ojo, haciéndome sentir aun mas mierda de lo que me siento.

Entró a la casa por algo a la nevera, y me doy cuenta de que lo único que hay es un par de rebanadas de pan integral, tomate y crema que caduco ayer. Es momento de ir al supermarket, tomo las llaves del coche y me dirijo al centro para ir de compras, olvidándome por completo que deje la puerta sin llave que daba hacia playa.

Mientras llenaba el carrito con mis víveres, no dejaba de pensar.

¿Y si Nick de verdad, me quería? Que ese beso ¿fue real? ¿Por fin se había hecho realidad el sueño de la universidad? Sonreí por unos segundos cuando de repente, se borró totalmente ese movimiento en mi rostro para volverse poner serio y pensar ¿Y Ed? ¿Él es el hombre que esperaba para darme la oportunidad?

DEMONIOS, TANTAS COSAS QUE PENSAR. Bueno, aun me quedaba unos días para pensar en todo esto. Y después de eso, regresar a Chicago a enfrentar la cruda realidad.

De tan confundida estaba que decidí comprar el mejor remedio para el dolor de corazón. Helado de Vainilla y chipas de chocolate aparte.

Regreso a casa con algo de música y dispuesta a acomodar el contenido de las bolsas en la nevera. Mientras tenía la cabeza dentro del refrigerador acomodando lo que ya había mencionado, saque la mano para poder agarrar algo que estaba en la mesa, pero eso no fue lo que sentí. Un vientre duro fue lo que sentí con la yema de mis dedos. Subí poco a poco y sentí unos botones. Hasta sentí una dogtag que pretendía enredarse entre mis dedos. ¡ALGUIEN ESTABA AHÍ!

Rápidamente saque la cabeza de la nevera y me volví de manera brusca para enfrentarme de cualquier manera al extraño que estaba detrás de mí.

Cuando pretendí gritar, unos labios sellaron los míos de manera que no pudiera emitir ningún sonido.

Pero les juro que al ver quién era, lo último que quería era separarme de esos exquisitos besos que me proporcionan el suficiente oxigeno para respirar.

         -¿NICK? ¿Qué demonios haces aquí? – le pregunté cuando me dejo respirar.

         -No preguntes nada Alex, te lo pido. Solo quédate con el “TE AMO” que vine a decirte. – Me decían entre besos – Te amo Alexandra Franco y no tienes una idea de cuánto.

Ahora ya no tenía hambre de comer aquel helado de vainilla con chispas de chocolate, ya no tenía ganas de ir a sentarme a ver la tele a deprimirme.

En este momento, lo único que quería, era que NO ME DEJARA DE BESAR.

HASTA AQUÍ.

PERO NO ME ODIEN, PROCURARÉ SUBIR EL CAPITULO 16 EN CUANTO PUEDA. RECUERDEN QUE ES LA PARTE DEL SEMESTRE MAS PESADA EN LA UNIVERSIDAD, Y LOS PROFES MUY CARIÑOSOS ESTAN CON EL AFAN DE DEJARNOS TRABAJOS FINALES A LO ESTUPIDO.

COMENTEN Y RECOMIENDEN ¿VA?

Gracias tripulación… TODAS SOMOS #ArenitaCrew