Check Yes Juliet (Cap 25)

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La perfección rápidamente puede volverse en tu contra…

Del sueño… a la pesadilla.

#Imagina

(JOE)

 

Me dirijo al departamento para descansar después de un día agitado en mi trabajo. Después de la gran fiesta, tuvimos que hacer inventario para saber con cuanto contábamos. No queríamos nada se nos escapara, además, pronto entraríamos a la fechas importantes, como Acción de Gracias y Navidad. No faltaba mucho, de hecho, solo faltaba una semana para que fuera thanksgiving day.

Recibo una llamada. Reviso, y claro está, es mi chica. Dios ¡qué bien se siente decir eso!

        -Hablas con el hombre más enamorado del universo. – solo escuché la suave carcajada del otro lado de la línea.     

        -¡Hola! Oye, voy saliendo de la casa de papá ¿necesitas algo?

        -Nada más que no sea tu presencia aquí a mi lado. – le dije hablando como niño chiquito.

        -¿Estás en tu departamento?

        -Sí, y por eso te digo que te quiero ahora mismo conmigo.

        -Ok. Llevaré comida china ¿te parece?

        -Lo que tú quieras mi princesa.

Después de un “te amo” colgamos.

Unos segundos después caí en lo que había hecho. Jamás en la vida había hecho algo como esto. En pocas palabras, lo que acabo de hacer es demostrarle que estaba desesperado por verla. ¡DAMN! Esto es inédito, insólito y jamás imaginado, pero ¿les digo la verdad? Era cierto… estaba desesperado por estar entre sus brazos y retenerla hasta el amanecer. Definitivamente esto de estar enamorado es una situación que jamás imaginé.

Rápidamente me metí a bañar y a ponerme decente, ya que no quería que mi chica me encontrara sucio y mucho menos mal vestido. A pesar de que ella sabía cómo me veía con pants y descalzo, pero obvio que no andaría así cuando ella cruzara la puerta.

(ALEX)

Hoy fue un día bastante normal, aunque debo decir que es extraño ver a July algo distante con nuestro padre. Claro está que aún estaba molesta por que él le había escondido ese gran secreto de que Joe le recordaba a si mismo cuando era joven, y que por eso no quería que ella terminara saliendo o casada con él. Claro, comimos, platicamos pendientes y asuntos de la empresa, pero nada fuera de ahí.

Pero por otra parte, lo entendía, ya que mi mejor amiga aun no quería abrir la boca para decir que el matrimonio con Iker seria cancelado por la razón que ella iba a cumplir el más grande temor de nuestro padre, estar con su peor pesadilla, el mismísimo Joe Jonas. A decir verdad, era lo mejor para ella, a pesar de que sabía que él había sido el mujeriego más grande de la historia de Chicago, pero bueno, todos merecemos una segunda oportunidad para cambiar.

 

Cuando llego a mi departamento, encuentro un sobre que al parecer lo metieron por debajo de la puerta.

Dejo mis cosas en la mesa para después, sentarme en la comodidad de mi sillón y abrirlo.

En la parte de enfrente, tiene mi nombre escrito con letras “script”.

Me dispongo a abrirlo y saber cuál es su contenido.

       

No por el hecho de que estés con ese tío, serás feliz. De una u otra manera, volverás a caer en mis brazos. Créelo, cuando digo “de una u otra forma” es porque así será.

Abro los ojos atónita al leer esas palabras que parecían sentencia de muerte. Claro, ¿Quién más que podría escribir esas palabras más que Edgar Ortiz? Definitivamente había perdido el juicio de manera nefasta.

Pero la pregunta fue: ¿Acaso ya están aquí en Chicago?

        -¡Por mí que haga lo que quiera! – exclamé molesta y volví a poner esa carta dentro del sobre. Cuando lo estaba cerrando, tocaron a la puerta, haciendo que me exaltara de manera extraordinaria. La interrogante anterior volvió.

        -¿Quién es? – pregunté algo temerosa.

        -¿Quién más que yo preciosa? – esa voz me tranquilizó, era mi Nick. Rápidamente abrí la puerta, y sin explicación alguna, lo recibí con tremendos besos que definitivamente no podría escapar y mucho menos rechazarlos.

        -¿Qué no daría que todos los días me recibieras así? – me dijo cuándo lo deje respirar.

        -Nick, ¡qué bueno que llegas! Tengo que mostrarte algo.

Después de dejar sobre la mesa la caja de Pizza que había traído, le mostré lo que me habían dejado.

        -¡Este tipo no quiere volver a ver la luz del día! – de tan enojado que se puso, estaba arrugando la carta, pero rápidamente se la quité.

        -No te preocupes Nick, está obsesionado, y sabes perfectamente que jamás te dejaría. Mucho menos ahora.

        -Nena, eso lo sé porque ni yo te dejaría por nada del mundo, pero me molesta que el bastardo no se da cuenta de que es “pasado” y el yo soy el presente. – golpeó la mesa tanto coraje contenido.

        -Ya te dije cariño. Solo está obsesionado, ¿de qué te sirve enojarte? Si tú me tienes y siempre me tendrás.

(NICK)

Sentí como su mano tibia tocó mi mejilla, haciendo que poco a poco volviera en razón. Llevé mi mano sobre la de ella que aun descansaba en mi rostro, para llevármela a los labios y darle un pequeño beso sobre los nudillos.

        -¡Ay mi Alex! Perdón que me ponga así enfrente de ti, pero no puedo evitar sentir miedo.

        -¿Miedo a que Nicholas? ¿Qué te deje por él? – alzó la ceja.

        -¡Claro que no! Tengo miedo a que a perderte después de que todos estos años sin decirte nada, quiera llegar un estúpido y me quite lo más sagrado que tengo. Porque tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida, no se compara la dicha que tenía hace unos meses a la que siento ahora porque te tengo conmigo…

No me dejó terminar, ya que atrapó mis labios con los suyos besándome como cuando llegué hace unos instantes. Mis manos se fueron a su cintura y ella a mi cabello, haciendo que todas las tonterías de Ed se nos olvidaran por completo.

        -¿Tienes una idea de cuánto te amo? – me dijo entre besos.

        -No creo que más que yo – no la soltaba para nada.

        -Eso está por verse. – sonrió de manera picara y seductora. Había tanta dedicación en aquellos exquisitos besos y caricias que olvidamos por completo que teníamos la pizza en la mesa lista para ser devorada, ya que nos dirigimos al enorme sillón donde caímos para así proseguir de manera muy peculiar nuestra pequeña discusión

(JULIET)

Saludé al portero que rápidamente me dejó pasar hacia el ascensor que me dejaría en el piso de Joe.

Cuando se abrieron las puertas, me encontré con su presencia justo frente a mí. Con sus Levi’s, playera roja y tenis.

(Debo de decir que según eso, ninguna mujer (a excepción de Denise, Danielle y yo) hemos estado en su departamento. Que jamás ha metido mujeres a su casa y mucho menos a su cama. Además, esa era la regla de oro).

        -¿Qué tal preciosa? – me saludó quitándome rápidamente las bolsas de la mano. Me sentí de verdad extraña cuando entré a su departamento. Un lugar que definitivamente adoraba, con decoración masculina con un toque especial. Ya que cuando lo adquirió, me hiso ayudarlo a escoger los muebles y ayudar con la decoración.

Después de dejar la comida y bolsa sobre la mesa, Joe se volvió hacia mí y me atrapó entre sus brazos y me besó de manera tierna y sin ninguna señal de que quisiera llegar más lejos.

        -Creí que jamás diría esto, pero ¡cómo te extrañé el día de hoy! – exclamó mientras ponía su frente en la mía.

        -Lo mismo digo Mr. Jonas. Me hiciste mucha falta. – le besé la punta de la nariz. Era tan genial estar entre sus brazos y sentir sus besos, que se me olvidaba… ¿Qué era lo que les iba a decir?...

Nos pusimos a cenar, y mientras lo hacíamos, platicábamos de cómo nos había ido en el día. De repente, recordé que pasado mañana, Iker regresaría a Chicago dispuesto a casarse conmigo, haciendo que dejara los palillos por un lado de la caja de comida china.

        -¿Qué pasa? – le dijo Joe notando mi expresión corporal.

        -Iker llegará pronto ¿sabes? – dejó de comer, y su mano se fue directamente hasta la mía apretando mis dedos.

        -Preciosa ¿te estas arrepintiendo de lo nuestro? – me dijo temeroso, haciendo que me volviera hacia él y quisiera darle una tremenda cachetada.

        -¿ESTAS LOCO? Jamás me arrepentiré de que estoy contigo, o que ayer estuvimos juntos. Solo que me siento fatal porque le destrozaré el corazón.

Eso era cierto, tanto que hasta Joe comenzó a sentirse culpable.

        -Mira July, si no terminas con esto de la forma sana, las cosas terminaran aun peor. Además, no estoy dispuesto a ser tu amante. – exclamó para quitar la tensión del momento, lográndolo.

        -¡Eres un idiota! – le pegué en el hombro.

        -¡No me juzgues! El amor está afectando mi sarcasmo y mi cerebro.

        -¡Y vaya de qué manera! – me puse de pie, y me interpuse entre Joe y la mesa, tomándolo por el mentón y dándole un beso en los labios.

        -¿Te digo algo? Debo admitir que como mi mejor amiga, has sido la mejor de todas, pero ahora que te conozco como pareja, te hace la mujer perfecta. – dijo acariciando mi pierna.

        -¿Pareja? ¿Joe Jonas tiene pareja? – le dije irónica.

        -Claro que sí. Se llama Juliet Luca, y ella es mi novia. – me quedé sorprendida.

        -Es la primera vez que dices que dices que tienes novia.

        -Si, por que es la primera mujer que me ha robado el corazón, y la amo como loco. Que daría lo que fuera para estar con ella toda la vida. – definitivamente esas palabras eran nuevas en su vocabulario, y tenía que admitir que era demasiado hermoso que esas palabras fueran dirigidas para mí.

 (JOE)

Claro está que no debo de dar detalles de la maravillosa noche que pasé con mi herma Juliet. A decir verdad, no puedo dejar de recordar nuestros besos y caricias que hubo después de habernos devorado la comida china que llevó para cenar.

No quería ni levantarme cuando sentí su presencia en mi colchón. Era la primera vez que una mujer dormía en mi habitación. Nunca en lo que llevaba viviendo en mi departamento, había dejado dormir a una mujer que no fuera Dani o mamá, incluso la misma Juliet ya había dormido ahí, solo que en diferente habitación. Ahora los dos, habíamos amanecido en la misma cama, haciendo que mi día comenzara más que genial.

Solo faltaban 3 días para la fecha de la boda, pero sabía perfectamente que no pasaría nada.

Mi sonrisa era más que obvia. Mañana llegaba Iker de Madrid, por lo tanto, mi amada Juliet lo mandaría al demonio directito y sin escalas. 

Dolly, querida secretaria (mujer de 50 años) me lleva el café, y nota mi excelente estado de ánimo.

        -Veo que hoy esta de muy buen humor Joe.

        -¡Vaya que lo estoy! Porque hoy le dejaré a July más que claro que la amo con toda el alma.

        -Me da muchísimo gusto de que por fin, quiera sentar cabeza y tener una relación seria. No era justo que si ambos se querían y se quieren, ninguno abriera la boca.

Por eso la quería tanto a mi secretaria. Dolly era un amor con patas que la quería con todo el corazón, y más aún, porque siempre estaba conmigo en todas mis locuras,

(JULIET)

Vaya que llegué de excelente humor a la oficina.

Tanto, que llegué al despacho de mi padre y le di un tremendo beso en la mejilla antes de empezar la jornada laboral.

       

        -¿Qué te pasa Juliet? – Preguntó mi padre – te veo de muy buen humor.

        -¿Acaso tiene algo de malo que salude a mi padre con un beso? – le pregunté sabiendo perfectamente lo que me contestaría.

        -¿Qué quieres que te diga? Si estos días has estado distante conmigo.

        -Bueno, debo de admitir que no es justo para ninguno de los dos que alguno este enojado por tonterías. – le dije acomodando unos archivos.

        -¿Acaso Joe tiene que ver en esto?

Casi se me caen unos papeles.

FLASHBACK

-¿Aun estas molesta con tu padre? – me preguntó Joe cuando estaba a punto de levantarme de la cama.

-¿Por qué lo preguntas? – exclamé.

-¡Por favor Juliet! Te conozco más que a mí mismo. Sé perfectamente que usted es bastante orgullosa y por lo que pasó el otro día, aun no le hablas bien.

-No quiero hablarle bien por qué no se me da la gana. – respingué mientras me ponía el pantalón.

-¡Luca! Se puso de pie y me agarró de las manos para que le prestara atención – Es tu padre, él siempre quiere lo mejor para ti. Y si quiso que tú y yo no estuviéramos juntos fue por protegerte.

-¡Claro! Y ahora estoy comprometida con alguien que no amo.

-Y por eso ahora estamos juntos tontita. – me quedé pensativa, me dio un beso en la nariz – además, tu siempre me has dicho que “Dios por algo hace las cosas” ¿no? Por algo te comprometiste, y gracias a ello, nos dimos cuenta de que nos amamos ¿acaso no es cierto? – yo no podía decir nada, porque para mi desgracia, tenía toda la razón.

FIN DE FLASHBACK

        -Si padre, Joe tiene mucho que ver en esto. – sonreí.

        -Bueno, por lo menos de algo sirve que lo tengas de amigo – después de eso, una llamada interrumpió la charla, pero yo me dirigí a mi despacho, muriéndome de risa, porque si, EECTIVAMENTE, JOE JONAS TENIA TODA LA CULPA DE ESTO.

Durante la mañana, estuve en la oficina revisando la campaña que estábamos trabajando últimamente.

Quería dedicarme a ella lo más posible para evitar que otra empresa se no fuera a la nueva compañía. Nos había quitado clientes potenciales, que claro está, nos afectaba y mucho. “Publick Heart” parecía que quería sacarnos como sea del mercado. Aunque era obvio que no me dejaría, ya que nosotros aun queríamos ser siendo, la consentida de nuestros clientes, ya sean frecuentes o no.

(MIKE SCAVO)

 

Como todo abogado civil, estaba en mi despacho atendiendo un caso de divorcio, otro más, por eso no quería casarme. Pero aun así, tenía la inquietud de aquel correo electrónico que me había mandado el investigador. Aun lo tenía aquí en la pantalla y no quería especular nada. Eran demasiados cabos sueltos alrededor de los Ortiz. Pero ¿Qué demonios tenía que ver el “homicida de Loyola” el tal Sánchez? Se supone que había muerto ese tal tipo ¿o no? Tal vez había sido solo un mito y había muerto otra persona y dijeron que era él para poder limpiar su nombre…

        -Disculpe Lic. Scavo, pero lo buscan.

        -¿Quién Dalia? – pregunté cuando finalmente me sacó de mis pensamientos.

        -Es el investigador Downey.

        -¡CLARO! ¡Déjalo que pase rápido! - Por fin llegó Downey a mi oficina. Teníamos mucho de qué hablar, además quería que me explicara de todo.

        -Mr. Scavo. En cuanto bajé del avión me vine directamente para acá, perdoné mi mala presentación, pero esto es urgente.

        -No te fijes en eso Downey. – lo invité a tomar asiento y le ofrecí café. - ¿Qué es lo que me tienes? Vi el correo, pero no entendí, o bueno, no quiero entender hasta que me expliques.

        -A un principio, como ya lo sabe, me costó mucho trabajo encontrar algo, pero es que siempre busqué algo en contra de Iker Ortiz, pero en tipo está limpio. Pero después, recordé el ataque que tuvo Mr. Luca, el caso que sonó demasiado hace muchísimos años aquí en Chicago…

Comenzó a darme una serie de documentos, periódicos que decían acerca del atentado en contra de Robert, luego, me empezó a decir del supuesto accidente que había tenido Sánchez en Madrid. Y para rematar, la foto de este. Y cuando lo comparamos con una foto actual en su computadora con un software en su computadora que ayuda a encontrar rasgos similares entre dos rostros, y me sorprendió saber la verdad.

        -¿Sabe lo que significa? – preguntó Downey al verme con la boca abierta.

        -¡DIOS MIO! Álvaro Sánchez y Álvaro Ortiz ¡SON LA MISMA PERSONA!

        -Y lo peor aún, es que Ortiz ha de estar utilizando a sus hijos para que finalmente pueda dar el golpe final. Derribando la empresa Luca y llevándose a Miss July para quien sabe qué demonios le harán cuando este casada con Iker.

Dios, Joe se iba a morir cuando le dijéramos todo esto.

 (JULIET)

        -Veo que estas de excelente humor también Alex – le dije cuando pasé por su oficina en camino a la mía.

        -¿Qué quieres que te diga? Es por la misma razón que tú tienes para estar con esa sonrisilla peculiar.

Ella miró a alguien que estaba detrás de mí, claro está, era Nick que estaba en la oficina de enfrente y que también estaba con una sonrisa de oreja a oreja.

        -¿Saben qué? Creo que es mejor que me largue a mi despacho y me quite todas las imágenes mentales que se me vinieron en menos de 5 segundos.

Entré a mi oficina muriéndome de risa, pero bueno, aun teníamos que proseguir con el trabajo.

Y mientras yo seguía con mis asuntos…

        -¡Mi amor! – fue lo primero que dijo al momento que cerró la puerta detrás de él y corrió hacia mí. Me quedé helada al ver quien había llegado de esa manera a mi oficina.

Era nada más y nada menos que Iker que había llegado de Madrid, y yo creyendo que llegaría mañana.

Me dio un beso en los labios, que por obvias razones no le correspondí. Y claro está, que lo notó.

        -¿Qué pasa mi Julieta? ¿Estás bien? – me miró a los ojos con clara confusión. - ¡Estas pálida! – puso una mano sobre mi rostro buscando si no tenía fiebre o algo así. Pero en realidad, estaba a punto de darme un paro cardiaco.

        -¿Qué no llegabas mañana? – le pregunté sorprendida y en claras pausas.

        -Sí, perdón, pero quería llegar ya. Tenía tantas ganas de verte, de abrazarte, de besarte… - estaba a punto de darme otro beso, cuando me alejé de él.

        -Necesitamos hablar seriamente Iker. – procuré guardar la compostura.

        -Suenas como si hubiera pasado algo grave – primero me lo dijo bromeando, pero al ver que mis palabras tenían peso, su rostro se mostró a la expectativa - ¿Qué pasa? – preguntó algo asustado.

No supe cómo responder a su afirmativa, pero efectivamente, sería algo grave para él y para la empresa en sí.

Cerré la puerta y las persianas para evitar que alguien nos interrumpiera, y en este caso, que nos escuchara, porque sabía perfectamente que esto no era una charla de algo casual. Esto era un próximo corazón, un compromiso y un negocio roto respectivamente.

 

        -No… no… NO… JULY ¡NO PUEDES HACERME ESTO! ESTAMOS A 3 DÍAS DEL “FELICES PARA SIEMPRE” ¿CÓMO ME DICES AHORA QUE NO TE QUIERES CASAR CONMIGO? – estaba tan alterado ya que no daba crédito a lo que le estaba diciendo. Comenzó a caminar por toda la oficina temblando, mientras yo tenía que seguir aniquilándolo con mis palabras.

        -De verdad Iker, te quiero y mucho, pero me he dado cuenta que no es suficiente para casarme. Yo…

        -¿POR QUÉ AHORA? JULIET, YO TE AMO.    

        -Pero yo no. Te quiero, mas no te amo como de verdad quisiera. – le dije poniéndome frente a él, expuesta a alguna cachetada, que honestamente me la merecía por lastimarlo.

        -¡ES QUE TU NO ME PUEDES DEJAR! – me dijo con desesperación. – HAY UNA MUY BUENA RAZÓN, DE VERDAD, Y ES QUE NO QUIERO QUE TE PASE NADA

        -¿De qué hablas? – le pregunté algo confundida.

        -Por qué tu padre, Alex y tú están en peligro. – Abrí los ojos como platos – y no lo digo de broma, toda tu familia está en peligro de muerte, y te lo digo con el corazón en la mano… NO TE QUIERO PERDER.

Hasta aquí damas. Como vieron, aun las declaraciones quedan latentes.

¿Qué harán Joe y Juliet al enterarse de las intenciones de Álvaro Ortiz? ¿Acaso la boda seguirá en pie?

Supongo que tendrás que esperar el siguiente capítulo para averiguarlo.

Estamos a unos cuantos capítulos para que esta novela… llegue a su fin.

Así es mis queridos lectores. Estamos a punto de terminar esta gran historia, pero como ven, aún hay más por escribir, ya que tenemos un serio problema. ¿Boda o no?

Tendremos muchas preguntas que aun necesitan ser contestadas.

Por cierto…

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Se los agradecería muchísimo.


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